La España de ultramar: territorios y contenidos
Autor | José Antonio González Clapham |
Cargo del Autor | Profesor asociado de Historia del Derecho y de las Instituciones en la Facultad de Derecho de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) |
Páginas | 37-73 |
CAPÍTULO I
LA ESPAÑA DE ULTRAMAR:
TERRITORIOS Y CONTENIDOS
1.1. VISIÓN GENERAL DE ULTRAMAR EN NUESTRAS PUBLICACIONES
La lectura crítica de la colección decimonónica de la Revista General y su Boletín,
nos permite advertir una primera particularidad, de carácter general: la presencia
de los territorios españoles de Ultramar en nuestras publicaciones no es, en ningún
caso, uniforme. Dicho hecho es consecuencia de la distinta envergadura que aqué-
llos detentan en su relación con la España peninsular. El cuadro que reproducimos
a continuación, elaborado sobre la base de los contenidos que el Boletín dedica a los
territorios ultramarinos a lo largo de todo el XIX, refleja una comparativa numérica
aproximada de la presencia de dichos territorios en esta publicación 92:
92 Los datos reflejados en este cuadro resultan de un recuento de los contenidos a nuestro juicio
más relevantes sobre Ultramar publicados en el BRGLJ, con independencia de su naturaleza.
J A G C
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Cuba, llave americana
Que la isla de Cuba es la posesión española de Ultramar que mayor importan-
cia tiene para la metrópoli española durante el XIX, es un hecho conocido. Una
confluencia de factores, que van desde la pérdida de toda la América continental
hasta el inédito auge de la industria azucarera, atribuyen a la Antilla Mayor la con-
dición de centro político y administrativo de España en las Antillas, que conserva
a lo largo del siglo 93.
La conciencia de la hegemonía de Cuba, “la colonia más rica del mundo” 94,
sobre la generalidad de posesiones españolas, es un hecho ya palmario en el pro-
pio el XIX. Sin necesidad de mayor abundamiento, nos remitimos a dos persona-
jes vinculados a nuestras publicaciones. El primero es Eugenio María de Hostos,
cuyo pensamiento vira hacia el independentismo, no solo ante la conciencia de la
marginación colonial de las Antillas, sino ante la insignificancia de Puerto Rico
frente “a una Cuba, rica, incomparablemente más culta y centro político del Ca-
ribe con su Capitanía General” 95. Por su parte, ya en las postrimerías del siglo,
Víctor Balaguer se lamenta –en sus memorias– de la proverbial falta de atención
del Gobierno hacia las Filipinas. Pronostica que “se acerca el siglo XX, y con él
amanecerá el de su esplendor y de su gloria, y en él Filipinas será algo más, mucho
más de lo que haya podido ser en sus mejores tiempos la nación más pujante” 96. A
juicio del ex ministro de Ultramar, las razones por las que dichas perspectivas son
tarea pendiente, desvelan una vez más la hegemonía de la Antilla Mayor,
93 Circunscribiéndose al ámbito económico, y a efectos de retratar el crecimiento exponencial de
la industria azucarera cubana, Thomas señala que –ya para la década de 1770– la Antilla Mayor exportaba
anualmente una media que superaba las 10.000 toneladas de azúcar (quintuplicando así las exportaciones
de la década anterior, y multiplicando por treinta las de la década precedente a ésta). Señala asimismo que
para 1861, la producción de azúcar cubano fue de 449.000 toneladas y que –pese a haberse retraído en las
décadas intermedias– el promedio entre 1891 y 1895 sobrepasó las 900.000 toneladas anuales, alcanzando
la cosecha tope –más de 1.000.000 de toneladas– en el año 1894-1895. Véase: THOMAS, Hugh, Cuba. La
lucha por la libertad, Barcelona, Debolsillo, 2012 (pp. 75, 122 y 210).
94 Un singular testimonio del auge azucarero cubano a mediados del XIX, bellamente ilustrado,
resulta de Los Ingenios de la Isla de Cuba, obra del hacendado Justo Germán Cantero. El estudio introduc-
torio a una reedición reciente (del que proviene nuestra cita), escrito por Luis Miguel García Mora y Ángel
Santamaría García, relata la impronta de la industria azucarera en la vida económica de la Antilla Mayor,
a lo largo del XIX. Los datos que Cantero expone dan fe, entre muchas otras cosas, del avance de la tecnifi-
cación de dicha explotación. Véase: CANTERO, Justo G., Los ingenios. Colección de vistas de los principales
ingenios de azúcar de la Isla de Cuba, Madrid, Ediciones Doce Calles, 2005.
95 CABALLERO WANGÜEMERT, María, Memoria, escritura, identidad nacional: Eugenio María
de Hostos, Alicante, Universidad de Alicante, 2005 (pp. 50-51). A su vez, Lalinde apunta que la inferior
condición de Puerto Rico frente a Cuba, viene avalada por la simple comparación geográfica y por la
contínua influencia de los hechos históricos cubanos en la vida puertorriqueña del XIX. Véase: LALIN-
DE ABADÍA, Jesús, La administración española en el siglo XIX puertorriqueño (Pervivencia de la variante
indiana del decisionismo castellano en Puerto Rico), Sevilla, Escuela de Estudios Hispano-americanos de
Sevilla, 1980 (p. 35 y ss).
96 BALAGUER, Víctor, Islas Filipinas (Memoria), Madrid, R. Anglés, 1895 (p. 54).
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(…) ahí está Cuba, Cuba, que desde 1870 viene monopolizando todas las horas
del ministro, apoderándose de él en cuerpo y alma. Porque es así. Cuba, con sus
grandes intereses que se imponen y deben ser atendidos; con sus diputados, que
apremian en cumplimiento de altos deberes; con sus necesidades crecientes, que
reclaman predilecta solicitud; Cuba, con sus complicaciones, sus turbaciones y su
filibusterismo, siempre en acción ó en vela, no deja al ministro un momento de re-
poso, y absorbe, más aún, atrae y cautiva su atención toda y todo su tiempo 97.
A lo largo del XIX, la Metrópoli está lejos de constituirse en un gran receptor
de las exportaciones cubanas (cuyos principales consumidores son los Estados
Unidos e Inglaterra). Lo contrario sucede en el caso del comercio importador, del
que España recoge provechosas ganancias en Cuba, merced a su política protec-
cionista 98. Paralelamente, la incapacidad metropolitana de distribuir, transformar
y/o redistribuir la gigantesca producción de azúcar cubano, genera “una descom-
posición o, si queremos, un inacoplamiento” entre la España peninsular y la Anti-
lla Mayor, que acaba ralentizando recíprocamente “el desarrollo socio-económico
de las bases históricas de ambos territorios” 99. Como un ejemplo singular, plan-
teado desde el análisis de los negocios cubanos de los dos primeros marqueses de
Comillas, Hernández ilustra la intervención directa del Estado durante las cuatro
últimas décadas del XIX, en favor de determinadas empresas privadas, como me-
canismo para evitar la pérdida de los territorios de Ultramar 100.
Si bien muchos otros testimonios apuntalan la preponderancia cubana (par-
ticularmente en el terreno de lo económico), la Revista General y sobre todo, su
Boletín, no revelan la construcción –a través de normas– de una supeditación po-
lítica o administrativa del resto de territorios ultramarinos a la isla de Cuba. O di-
cho de otra manera, no existe un correlato normativo que desvele tal situación de
subordinación: la única norma que hemos hallado en el Boletín a lo largo de todo
el XIX, que podría sugerir sombra en dicho sentido, se circunscribe estrictamente
al ámbito de la defensa, y se limita a disponer que “La Capitanía general de Puerto
Rico se considerará dependiente de la de la isla de Cuba para todo lo que tenga
relacion con su armamento y defensa” 101.
97 Ibid (p. 3).
98 ZANETTI LECUONA, Óscar, “Las relaciones comerciales hispano-cubanas en el siglo XIX”, en
PALAZÓN FERRANDO, Salvador y SAIZ PASTOR, Candelaria (eds.), La ilusión de un imperio. Las re-
laciones hispano-cubanas en el último siglo de dominación colonial, Murcia, Universidad de Alicante, 1998
(p. 94 y ss).
99 CAYUELA FERNÁDEZ, José, “El nexo colonial de una transición: élite antillana y capitanes
generales de Cuba”, en: NARANJO OROVIO, Consuelo/MALLO GUTIÉRREZ, Tomás (eds.), Cuba, la
perla de las Antillas. Actas de las I Jornadas sobre Cuba y su Historia, Jarama, Doce Calles/Consejo Supe-
rior de Investigaciones Científicas, 1994 (pp. 240-248).
100 HERNÁNDEZ SANDOICA, Elena, “A propósito del imperio colonial español en el siglo XIX:
los negocios cubanos del Marqués de Comillas”, en: Ibid (pp. 183-195).
101 Nos referimos al “Real decreto de 11 de noviembre, mandando que la Capitanía general de
Puerto-Rico se considere dependiente de la de la isla de Cuba en todo lo que tenga relacion con su ar-
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