La prevención del delito en las ciudades. Viejas y nuevas políticas. La participación de la policía autonómica

AutorIgnacio Badenas Gil de Reboleño
Cargo del AutorComisario Jefe. Cuerpo General de la Policía Canaria
Páginas159-176

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1. Definición del concepto prevención del delito

Se entiende por prevención del delito el conjunto de acciones, tácticas y estrategias encaminadas a disminuir los factores que propicien la violencia y el delito. El término se puede clasificar en1:

- Prevención Primaria: que tiene por objetivo a la población general y los entornos físicos.

- Prevención Secundaria: que se centra en la población en riesgo de delinquir o ser víctimas.

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- Prevención Terciaria: que tiene por objetivo los sujetos - los delincuentes y las víctimas.

Por su parte, la prevención, en cuanto a su perspectiva sociológica, se clasifica en:

- Prevención Situacional: que actúa sobre las situaciones predelictuales y ocasiones y abarca la administración, diseño y manipulación del entorno físico al objeto de reducir las oportunidades para la comisión de delitos, así como el control de instrumentos y objetos que puedan servir para la comisión de éstos.

- Prevención Social: que actúa sobre los infractores potenciales y sus disposiciones a través de procesos sociales. Las medidas de este tipo se dirigen a la población escolar y grupos juveniles, creando principalmente oportunidades de estudio y de empleo.

- Prevención Comunitaria o Mixta: que combina tanto las medidas situacionales como las sociopreventivas.

Además, la prevención se puede clasificar en2:

- Oficial: si es realizada por una persona o institución que tenga ese carácter.

- Privada: si es ejercida por particulares.

- Mixta: cuando se combinan ambos sectores.

Vistas las definiciones del término, y en relación con la cuestión que nos ocupa, se podría concluir que la prevención del delito en las ciudades supone un tipo de prevención primaria, en todo caso, y secundaria, en aquéllos entornos considerados ya marginales y desviados, además de una prevención situacional comunitaria y, en algunos aspectos, también social.

2. Breve aproximación a la delincuencia en el Estado Español

Datos obtenidos en la realización de diversos estudios acerca de la estructura y evolución de la criminalidad en el Estado español ponen de manifiesto que la tasa de criminalidad en el Estado, medida por el número de infracciones penales por cada mil habitantes, registró un incremento fuerte y sostenido a lo largo de casi toda la década de los 80 del pasado siglo, manteniéndose estable hasta mediados de los años 90, iniciando, a partir de ese momento un paulatino incremento, el cual se vió ligeramente frenado entre los años 2000 y 20043, y registrándose, por su parte, una ligera disminución hasta 20094. Así, se puede afirmar que la tasa de criminalidad en España en 2009 ha bajado en comparación con los máximos históricos registrados en 2002, a excep-

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ción de la registrada en las Comunidades de Extremadura, Castilla y León y Castilla la Mancha, en las que la delincuencia parece haber experimentado un ligero repunte (según las Estadísticas oficiales del Ministerio del Interior, que a veces no coinciden con las de la Fiscalía General del Estado).

Los datos ofrecidos al respecto por el Ministerio del Interior reflejan que en 2009 la tasa de infracciones penales por cada mil habitantes ha descendido 27,9 puntos en Baleares, 15,5 puntos en la Comunidad Valenciana, 14 puntos en Canarias, 13,9 puntos en la Ciudad Autónoma de Melilla, 12 puntos en Madrid, 11 en Ceuta y 2 en Galicia. De esta manera, la cifra correspondiente al Estado se sitúa en 45,8 infracciones penales por cada mil habitantes, lo que supone 1,8 puntos menos que en 2008 y 6,3 por debajo del máximo alcanzado en el año 2002.

Por su parte, la estructura de la criminalidad no ha variado desde hace muchos años. Así, los hurtos y los robos dan cuenta de la gran mayoría de las infracciones, ocupando casi el 70% del conjunto de delitos, correspondiendo al 30% restante a delitos patrimoniales, contra las personas, contra la seguridad del tráfico, en relación con la tenencia y consumo de drogas o contra la libertad sexual.

Si prestamos atención a la criminalidad registrada en las diferentes ciudades españolas podríamos afirmar, conforme a los datos ofrecidos por las autoridades competentes, que la Comunidad Valenciana es la ciudad que ha registrado un mayor descenso5.

Sin embargo, si comparamos los datos acerca de la criminalidad en nuestro Estado con los datos registrados en otros Estados europeos como Francia, Italia o Gran Bretaña, se pone de manifiesto que el nuestro está en la cima de la lista de los países en el que más delitos y faltas se cometen a diario.

3. Relación entre la conformacion de la ciudad y la aparición de la conducta delictiva

Diversos estudios de ámbito sociológico reflejan que los problemas de las ciudades españolas se concretan en6:

  1. Problemas derivados de la aglomeración y difusión de la urbanización, como son: - la densificación demográfica y la presión urbana sobre el espacio no urbanizado,

    - el elevado precio de compra o alquiler de viviendas,

    - la necesidad de numerosos abastecimientos, equipamientos y recursos (agua, energía, equipamientos sanitarios, culturales, zonas verdes,...), que requiere de una gran inversión económica,

    - la ordenación del tráfico y del transporte.

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  2. Problemas económicos, que se derivan de la excesiva terciarización de las actividades urbanas, fomentándose para su solución la diversificación.

  3. Problemas sociales, más frecuentes en las grandes ciudades, en las que sus habitantes están más expuestos al estrés, al aislamiento, al hacinamiento, al desempleo, al desarraigo, destacando aquí el fenómeno de la delincuencia y la marginación por razones de drogadicción, prostitución, alcoholismo o la falta de integración o convivencia con algunos grupos de inmigrantes.

  4. Problemas ambientales, como son:

    - la existencia de un microclima urbano, caracterizado por temperaturas y precipitaciones más altas que las del campo circundante, ocasionadas por el exceso de tráfico, las calefacciones y la industria,

    - la contaminación atmosférica,

    - los altos niveles de ruido, que provocan trastorno como el insomnio, cefaleas o sordera, además del incremento de las situaciones de estrés, - la producción y eliminación de residuos,

    - la desaparición de espacios verdes, lo que acentúa la congestión de las ciudades.

    Sin duda alguna, factores como el desempleo, la marginación, la soledad, el estrés y la presión, la escasez de recursos e infraestructuras, la masificación de y en las viviendas, la pobreza o la falta de integración y convivencia se convierten en factores de predisposición y precipitación de la delincuencia.

    Santiago Redondo YIlescas (Dpto. Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico de la Universidad de Barcelona)7, considera, para la explicación y prevención del delito, la necesaria utilización del Modelo del Triple Riesgo Delictivo (o TRD). Este modelo, que no es contradictorio con las teorías tradicionales de la delincuencia sino que se concibe como una estructura más global, susceptible de acoger distintos procesos explicativos del comportamiento delictivo, parte de la premisa de que para la explicación de la delincuencia y, por tanto, para su prevención y tratamiento, se requiere el intervenir en los individuos, las sociedades y las oportunidades., dimensionándose al efecto tres fuentes del riesgo:

  5. Riesgo personal: que comprende las características individuales, tanto constitucionales como adquiridas (impulsividad - autocontrol, egocentrismo - empatía, creencias antisociales - pro-sociales,...).

  6. Riesgo pro-social: que comprende aquéllas características y condiciones ambientales (familiares, educativas y sociales) que conforman al individuo a los largo de su vida.

  7. Riesgo en la oportunidad delictiva: que comprende todas aquellas características ambientales que favorecen o dificultan el comportamiento antisocial

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    (tiempo pasado fuera de casa en la adolescencia, ofertas del entorno - recur-sos, infraestructuras y medios, nivel de accesibilidad a propiedades,...

    Paralelamente al riesgo personal, la proporción de joyerías en una determinada área geográfica, la proporción de cajeros automáticos sin cerradura de seguridad por área geográfica, la proporción de personas que trabajan en horario nocturno, el número de horas diarias que una persona para fuera de casa, la falta de iluminación en deter-minadas áreas o el exceso de ociosidad y desempleo son factores que determinarán el que una ciudad o territorio registro mayores o menores cifras de delincuencia.

    En este sentido, teorías criminológicas como la promulgada por la Escuela de Chicago, a principios del siglo XX8, otorgan a la aparición y conformación del fenómeno criminal una estrecha vinculación con la estructura urbana. Desde esta teoría se propone la existencia en la ciudad de una serie de áreas concéntricas asociadas a distintas tasas de criminalidad. Se parte, por tanto, de la hipótesis de que existe una relación directa entre el nivel de "desorganización social" de los diferentes barrios de la ciudad y sus tasas delictivas.

    A este respecto, Shaw y Mckay analizaron esta relación en la ciudad de Chicago, estudiando así la distribución urbana de los delincuentes juveniles entre los años 1990 y 1994. Tal y como...

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