Balance, efectos y propuestas sobre la aplicación de la ley de transparencia en el congreso de los diputados

AutorMayte Salvador Crespo
Páginas257-277
BALANCE, EFECTOS Y PROPUESTAS SOBRE
LA APLICACIóN DE LA LEY DE TRANSPARENCIA
EN EL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS
Mayte salvador crespo
Profesora Titular de Derecho Constitucional
Universidad de Jaén
I. INTRODUCCIóN
Parlamento y democracia son términos indisociables. La democracia, al
menos tal y como se ha entendido hasta la fecha, no es posible sin una ins-
titución que cumpla las funciones esenciales que le son asignadas al Parla-
mento y de las que se hace eco la Constitución española de 1978: un órgano
que legitime el poder político; que sirva a la integración y a la publicidad
de los actores políticos; que garantice y represente el pluralismo político;
que desde todas esas funciones ejercite y escenifique el control del poder
político 1.
El Parlamento concebido como órgano de la representación del pueblo si-
gue siendo un eslabón necesario en la cadena democrática de la legitimación.
Pero, al igual que ocurre con la democracia, se enfrenta a sus mismas contra-
dicciones, puesto que aunque por una parte goza de universal aceptación, por
otra ha perdido gran parte de su antiguo protagonismo, ahondando así en lo
que se ha denominado como la paradoja democrática 2.
Y ocurre así que, en situaciones de inestabilidad política, ausencias de
mayorías estables, y de fuerte desafección ciudadana con las instituciones y
con sus representantes, su papel se pone en entredicho. A ninguno nos son
ajenas ideas cada vez más asentadas entre la ciudadanía y de las que se ha-
1 J. TudeLa aranda, Parlamento necesario. Parlamento y democracia en el siglo
xxi
, Madrid,
Congreso de los Diputados, colección monografías, 2008, p. 83.
2 Ibid., p. 72.
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cen eco algunos medios de comunicación, como las de que los diputados no
trabajan, que el Parlamento no sirve para nada o que existe una gran lejanía
entre las preocupaciones reales de la gente de la calle y los debates que tienen
lugar en su sede.
Desde una reflexión crítica, dos son las cuestiones que pueden conside-
rarse como las más evidentes del deterioro del funcionamiento del Parlamen-
to y de su posición en el entramado institucional. Por una parte, el progre-
sivo desdibujamiento de sus funciones parlamentarias clásicas (legislativa,
deliberativa y de control) en favor principalmente del poder ejecutivo. De
otra, la crisis de la representación en sí misma considerada. Se cuestiona la
representatividad de unas cámaras prisioneras del sistema de partidos y de su
correspondiente disciplina, sobre las que no es posible proyectar una relación
entre la decisión y la responsabilidad política. Lo que elocuentemente se co-
noce como el divorcio entre representantes y representados o entre Parlamento
y sociedad 3. La consecuencia de ambos escenarios se traduce en un control
parlamentario débil y poco eficaz.
Estas circunstancias colocan a la institución parlamentaria en una di-
fícil coyuntura para asumir con plenitud sus funciones de representación,
legitimación y publicidad de la vida política. Funciones que, se insiste, de-
bieran servir para hacer del Parlamento referencia inexcusable como ele-
mento esencial del control del poder. Ello explica parte de sus disfunciones
actuales y debiera ser, también, acicate para que sea en el interior de la
propia sede donde se inicie el proceso que ha de concluir en su renovación.
Sin duda, solo será posible si los principales agentes parlamentarios, grupos
y diputados, así como partidos, entienden la singularidad y necesidad de la
institución.
Hoy en día el Parlamento tiene que justificarse por su actuación y eficacia
y por las funciones que desarrolla. Regenerar el Parlamento pasa por poner
el acento en la propia institución para recuperar, construir e inventar nuevas
y viejas funciones porque la tradicional idea del Parlamento como represen-
tante formal de la soberanía del pueblo ya no es suficiente. La capacidad del
Parlamento para hacer que los ciudadanos se sientan representados estribará
en su capacidad de dar respuestas rápidas a sus problemas y en que perciban
la sensación de que son escuchados y sus demandas tenidas en cuenta. En
este cometido, la gobernanza, la transparencia y la participación ciudadana
pueden ser un interesante punto de partida.
Las presentes reflexiones se centrarán fundamentalmente en la aplicación
y valoración de la Ley 19/2013, de 9 de diciembre, de Transparencia Acceso a
la Información Pública y Buen gobierno, en el Congreso de los Diputados con
el objeto de evaluar si esta ley y las nuevas tecnologías contribuyen a mejorar
y avanzar en el camino de una mayor representatividad, y una mejor delibe-
ración, así como nuevas vías de participación ciudadana, elementos todos
ellos consustanciales al Parlamento del siglo xxi.
3 P. García-escudero márquez, «Parlamento y futuro: los retos de la institución parlamen-
taria», Cuadernos de Derecho Público, núm. 18, 2003, pp. 191-206.

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