Apología de sócrates
| Autor | Juan B. Cañizares |
| Cargo del Autor | Profesor Ayudante Doctor. Universidad de Valencia |
| Páginas | 28-34 |
La literatura como herramienta didáctica en los estudios universitarios jurídicos y empresariales
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1. CONTENIDO Y GUÍA METODOLÓGICA PARA LA LECTURA DE LA OBRA ADAPTADA
A LA DISCIPLINA DE HISTORIA DE LAS INSTITUCIONES EN LOS GRADOS DE
DERECHO, CRIMINOLOGÍA Y A.D.E.
Apología de Sócrates es una obra escrita por Platón. Platón nació en Atenas o Egina en el 428-427 a. C. y murió
en Atenas en el 348-347 a. C. Esas fechas le sitúan en la Edad Antigua, y si se tienen en cuenta dichos lugares hay
que situar a este autor en la Antigua Grecia –concretamente en la llamada Grecia Clásica-.
En relación a todo lo que se va a exponer a continuación sobre el ámbito occidental en general, de entrada
conviene afirmar que la ciencia griega se transmitió al Occidente cristiano, desempeñando un papel decisivo en
esta labor la España musulmana.
En el ámbito político-jurídico occidental, la Edad Antigua se caracteriza por ser el período en el que se
empieza a formar –al menos en Occidente- lo que se acabó conociendo como el “Estado” y su correspondiente
Derecho, por lo que es a partir de entonces cuando se empieza a formar lo que se podría denominar el “Derecho
estatal” en el sentido de Derecho que rige en sociedades (entendidas como pluralidades de personas que conviven
en un territorio) y cuyo tenor es respaldado y aplicado por el poder político, independientemente de la naturaleza
de éste.
Por lo que respecta al origen de lo que se acabó conociendo como el “Estado”, y de lo que se podría
denominar el “Derecho estatal” y su contenido, la aportación de la Antigua Grecia en general y la Grecia Clásica
en particular es especialmente relevante.
A la pregunta de si los seres humanos siempre han convivido en sociedades regidas por normas jurídicas
respaldadas y aplicadas por el poder político, una de las tesis sostenidas al respecto existe desde la Grecia Clásica
al atribuirse su origen a Aristóteles. A modo de resumen, esta línea doctrinal sostiene que, como el ser humano es
un ser sociable y político por naturaleza, necesita vivir en sociedad y esto justifica que siempre hayan existido
sociedades regidas al menos por normas jurídicas y por un poder político también considerado natural. Por lo
tanto, para este erudito griego y para todos los defensores de esta tesis desde que el ser humano existe siempre ha
habido sociedad, poder político y Derecho. Esta línea doctrinal fue sostenida –entre otros- por Santo Tomás y por
un gran número de escolásticos, pudiendo afirmarse que esta tesis fue la dominante hasta el siglo XVII.
A partir de ese momento, se profundizó en la tesis opuesta en el marco del iusnaturalismo racionalista y la
Ilustración (tesis iniciada sobre todo por Bártolo de Sassoferrato partiendo de los textos bíblicos relativos al Paraíso
y desarrollando ideas de los Santos Padres), tesis según la cual la sociedad, el poder político y el Derecho fueron
realidades posteriores –e incluso contrapuestas entre sí- al pecado original o al llamado “pacto social”, según el
caso.
En relación a esta materia, a partir del siglo XIX el historicismo y el positivismo jurídico supusieron estudiar
este asunto aplicando una metodología basada en estudios empíricos sobre sociedades existentes para a partir de
ahí llegar a conclusiones lo más objetivas y realistas posible, y no siguiendo la metodología utilizada hasta entonces
basada en especulaciones abstractas que daban lugar a afirmaciones metafísicas sobre esta cuestión. Utilizando
aquella metodología se puede afirmar que la mayoría de estudiosos consideran que siempre han existido normas
tendentes a resolver problemas de convivencia, a imponer determinadas conductas y a proteger la continuidad de
esa sociedad protegiendo la cohesión interna, la paz interior y la independencia respecto a otras sociedades, por lo
que se puede afirmar que actualmente la mayoría de expertos consideran que desde que el ser humano existe
siempre ha habido sociedad y normas, aunque esto no signifique necesariamente que siempre haya habido un poder
político en cada sociedad –en el sentido de poder ejercido por una minoría gobernante- y que esas normas
solamente fueran normas de tipo jurídico.
En consecuencia, la tesis relativa a esta materia y cuyo origen se sitúa en Aristóteles sigue siendo como mínimo
parcialmente válida en la actualidad, habiéndose llegado a demostrar de manera empírica parte de sus postulados.
En el ámbito político-jurídico occidental, la Grecia Clásica se caracteriza por ser la época de apogeo de las
“polis” griegas, siendo éstas el principal ámbito desde el que se desarrolló y expandió la civilización griega (incluso
por Oriente Próximo y Oriente Medio) a lo largo de la historia, siendo este período de la historia griega el de mayor
auge económico que experimentaron los pueblos griegos –especialmente durante la Grecia Clásica-, auge
propiciado por la generalización de la economía monetaria –y con ello el desarrollo de la banca y el apogeo
industrial- y por el dominio ateniense en el Egeo, superando incluso dicho ámbito marítimo para empezar por
entonces a fundar ciudades griegas en el Mediterráneo occidental.
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