Activando la innovación y colaboración ciudadana en Alcobendas. Una experiencia en la evolución de la Participación Ciudadana

AutorJavier Arteaga Moralejo
Cargo del AutorSubdirector general de Participación Ciudadana y Cooperación al Desarrollo. Ayuntamiento de Alcobendas
Páginas223-256
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CAPÍTULO 9
ACTIVANDO LA INNOVACIÓN Y COLABORACIÓN
CIUDADANA EN ALCOBENDAS. UNA EXPERIENCIA
EN LA EVOLUCIÓN DE LA PARTICIPACIÓN
CIUDADANA
Javier Arteaga Moralejo
Subdirector general de Participación Ciudadana y Cooperación al Desarrollo.
Ayuntamiento de Alcobendas
1. INTRODUCCIÓN
La participación ciudadana vive momentos de transformación. No solo
por la pandemia sufrida, sino porque las ciudades, los territorios, la ciuda-
danía y, por qué no, también las Administraciones, necesitamos superar el
tradicional concepto de participación e incluir en estas dinámicas, nuevos
términos, nuevos conceptos, nuevas maneras de hacer las cosas, más allá de
la mera utilización de herramientas tecnológicas que no solo no son el reme-
dio a problemas, como la falta de participación o la legitimidad de la misma,
sino que, en ocasiones, los acentúa.
Se presenta en las siguientes páginas, la construcción de una experiencia
desde lo práctico, pero basada en la reflexión y la experiencia de todo el
equipo técnico en un municipio como Alcobendas.
El modelo se inició a finales del 2019 y, sobre lo inicialmente previsto,
se han tenido que ir incluyendo, en la medida de lo posible, modulaciones
conducentes a una mayor adaptación a las cambiantes situaciones sociosani-
tarias vividas hasta el día de hoy. En cualquier caso, se ha pretendido, en
todo momento, basar el modelo en la innovación que la participación ciuda-
dana necesita para evolucionar en una ciudad como Alcobendas.
A lo largo de la experiencia que se presenta, podrá apreciarse que cualquier
avance o propuesta de actuación en la misma, se basa en cinco pilares fun-
damentales:
GOBIERNO ABIERTO, INNOVACIÓN PÚBLICA Y COLABORACIÓN CIUDADANA
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Aumentar la flexibilidad y agilidad de la participación ciudadana; princi-
pal escollo de muchos modelos y reglamentos actuales de participación.
Simplificar el modelo y las propias opciones de participar de los ciuda-
danos y ciudadanas, unido a minimizar la burocracia y los órganos de par-
ticipación sin contenido, a la vez que intentar adaptar la participación a las
nuevas realidades, más aún con lo vivido en el último año y medio, incor-
porando la participación virtual u otras vías.
Y, por último, aparte de innovar en el cómo, se intenta inyectar altas dosis
de innovación también en el qué, en el cuándo y en el dónde.
Con todos estos ingredientes, pretendemos, por tanto, construir una nueva
fórmula o esquema en el que desenvolvernos y avanzar, junto al resto de
agentes sociales, actuando en tres líneas: la ciudad, como territorio en el que
hacerlo, el conocimiento como base y proceso reflexivo y motivador, y las
organizaciones como activo social y estructurador de la ciudad.
En cada uno de ellos se define un «proyecto motor innovador», a través
de los cuales se pretende, a su vez, generar nuevos movimientos y acciones
con la misma impronta y cuya capacidad para conectarse con otros proyectos
y acciones municipales será básica para poder incorporar el conocimiento
ciudadano y social en el diseño y gestión de políticas públicas impulsadas
desde la organización municipal.
La que se presenta es, por tanto, una experiencia «inconclusa» en la que
no solo el devenir de estos tiempos, sino las propias demandas de la ciudad
como organismo compuesto de infinidad de células le harán permanecer en
constante construcción.
La experiencia que, a continuación, se presenta se localiza en Alcobendas,
ciudad al norte de Madrid con cerca de 110 000 habitantes.
Como en otras muchas ciudades españolas, la participación ciudadana y
su evolución ha estado marcada, a lo largo de los años, por una serie de
cuestiones clave en el desarrollo de nuestras ciudades.
La cronología de dicha participación se inicia, casi a la par que la acti-
vidad del propio tejido asociativo en la vida de la ciudad, otorgando especial
importancia, en un primer momento, a la agrupación de personas bajo un
mismo objetivo (Del Águila y Montoro, 1984). En muy poco tiempo, las
políticas de participación ciudadana se ocuparon de reglamentar todo lo que
tenía que ver con relaciones entre la ciudadanía y el ayuntamiento, llegando
incluso a sufrir, con el paso de los años, cierto exceso de reglamentación en
torno a la participación ciudadana, que hoy en día se sufre también en algu-
nos territorios.
ACTIVANDO LA INNOVACIÓN Y COLABORACIÓN CIUDADANA EN ALCOBENDAS
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En otro orden de cosas, a finales de los años noventa, en Alcobendas, la
participación ciudadana, al igual que en muchas otras ciudades, se fue limi-
tando a cuestiones urbanísticas, llevando muchos procesos participativos al
terreno del diseño, no tanto de servicios, sino de espacios y mucho más
enfocado a la vía pública que a cualquier otro ámbito.
Este hecho tiene su reflejo también en algunos proyectos, como los pre-
supuestos participativos, que han ido quedando limitados, casi en su totalidad,
a proyectos de actuación en la vía pública o de diseño de otro tipo de espa-
cios urbanísticos, dejando de lado, en la mayoría de las ocasiones, el diseño
de servicios o de otro tipo de proyectos fundamentales para la ciudad (Subi-
rats, 2011).
Más adelante, en este recorrido de las políticas de participación ciudadana
fue cobrando importancia la participación online, generándose multitud de
portales web, herramientas y canales de lo más variado, que pretendían favo-
recer la participación ciudadana y la relación entre organizaciones, institución
y vecinos a través de medios electrónicos y sobre todo, de internet y redes
sociales (Planchuelo, 2018).
Esta última etapa ha llevado, incluso, a muchas organizaciones a basar
prácticamente toda la participación ciudadana existente en sus territorios, en
formatos online y virtual, sin prestar apenas atención a otro tipo de cuestio-
nes más relacionadas con la gestión interna de los asuntos, que esa propia
participación online generaba en el seno de las Administraciones.
Este factor se fue sumando al hecho de seguir reglamentando e incorpo-
rando estos factores a la reglamentación ya existente en materia de partici-
pación.
La construcción de la participación ha sido, pues, «sumativa» a lo largo
de los años, es decir, se han ido incorporando diseños nuevos de estructuras
y políticas de participación sobre la anterior, encontrándonos con unas estruc-
turas excesivamente complejas, con un gran número de órganos o canales de
participación difícilmente entendible por la ciudadanía y, en muchos casos,
con poca o nula infraestructura. Y cuando esa estructura ya estaba lo sufi-
cientemente colapsada y saturada, hemos incorporado «lo online» como
posible solución a los problemas generados, acentuándolos aún más e incor-
porando variables desconocidas, no solo en su puesta en práctica, sino en
sus consecuencias para los territorios y la propia gestión de las organizacio-
nes, al abrir canales de relación con la ciudadanía prácticamente inabarcables
para las menguadas dimensiones de muchas estructuras de participación
ciudadana que, en muchas ocasiones, sufre importantes variaciones cada
cuatro años.

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