¿Qué es el voluntariado?

AutorGiovanna Rossi - Lucia Boccacin
CargoUniversidad Católica de Milán
Páginas19-35

¿Qué es el voluntariado? GIOVANNA ROSSI * LUCIA BOCCACIN * 1. ASPECTOS DEFINITORIOS 1.1. Los límites E l espacio que el voluntariado ocupa en el escenario social puede ser con- siderado sobre la base de dos dimen- siones. Una que es la que proporciona las coordinadas internas al Tercer Sector, otra que hace relación a los límites de la acción volun- taria con el exterior del Tercer Sector, es decir respecto a otros tipos de acción social en gene- ral, y en este sentido hay que hacer referencia a los principios enumerados en la Ley 266/1991 sobre el voluntariado organizado, a falta de una normativa sobre el TS en su conjunto. En el primer sentido el voluntariado se distingue de las actividades «homólogas» de TS por la consideración de su motivación pro- social, o por su primordial orientación al al- truismo y a la reciprocidad, que eleva a un primer plano el carácter de la gratuidad y otorga un significado particularmente inten- so al valor de la solidaridad. Los tres caracteres distintivos del volunta- riado (motivación prosocial, gratuidad y soli- daridad) vienen recogidos ex post por la Ley 266/1991 con el fin de delimitar la importan- cia social de una actividad denominada como «voluntaria». Para que ésta sea considerada como tal ha de ser ofrecida «de forma perso- nal, espontánea, gratuita, a través de la orga- nización de la que el voluntario forma parte, sin fin de lucro, ni siquiera indirecto y exclu- sivamente con fines solidarios» (art. 2, parrafo 1.). La legislación se preocupa de formalizar la distinción corrientemente aceptada hoy en día entre acción voluntaria individual ---una tipología nacida en los años setenta y ochen- ta--- y acción voluntaria prestada en el ambi- to de una organización que se surte de manera preferente del trabajo voluntario. Otro límite que a menudo se ha convertido en un verdadero «tabú» para las organizacio- nes de voluntariado es el que hay entre el tra- bajo profesional y el voluntario, considerados incompatibles, en base al teorema «profesio- nalidad» igual a «remuneración» y distinto a la «acción voluntaria». Sin embargo nos da- mos cuenta que precisamente la combinación trabajo profesional-voluntario, ha permitido acometer actividades mixtas, a veces próximas a las empresas sociales. El voluntariado por lo tanto, puede asumir una cierta categoría de empresario social, como por ejemplo en las coo- perativas sociales, transfiriendo sus caracterís- ticas peculiares a contextos organizativos inusuales. El voluntario que se compromete con una cooperativa se vincula «a través de su pertenencia, dejando a parte la elección ideal, expresa, altruista que la motiva, con la asunción de unas previas y precisas respon- sabilidades organizativas» (Rei, 1995, p. 160). Otra actividad del TS con la que limita el voluntariado organizado y con relación a la 19 * Universidad Católica de Milán. REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES que es oportuno trazar con precisión las lí- neas de separación, es el asociacionismo pro- social. Hoy en día sucede que determinadas asociaciones -que por su naturaleza no tienen necesidad de ninguna estructura para existir, sino solamente de un acto constitutivo--- de- ciden trasformarse para conseguir los objeti- vos para los cuales se han creado; con tal fin crean una organización, es decir un medio de trabajo que utiliza recursos humanos, incluso diferentes de los socios fundadores, para con- seguir las finalidades asociativas. Sin embargo la naturaleza de las organi- zaciones de voluntariado es intrínsecamente diferente de la de las asociaciones volunta- rias, a pesar de que a veces los términos se consideren sinónimos. En efecto, estas últi- mas pueden estar formadas por personas que han puesto en común simplemente la propia voluntad, sin plantearse otros objetivos. Esto implica una gran libertad de acción para los socios, que deben responder de sus actos sólo a la asociación misma, es decir a quien ha ex- presado su misma voluntad. De este modo, cuando una asociación se «organiza», puede manifestarse una cierta incompatibilidad en- tre los objetivos personales (que coinciden con los de los otros miembros de la asocia- ción) y los objetivos organizativos (el funcio- namiento del organismo del cual forman parte también voluntarios distintos de los so- cios) y pueden suscitarse algunos problemas desde el momento que el disfrute de los bie- nes o servicios producidos por la organiza- ción, no sea sólo interno a la asociación, sino también externo, y por lo tanto sujeto a la aprobación de los que la financian y de sus usuarios (Colozzi, Bassi, 1995 a, pp. 126-7). En su conjunto, el voluntariado es algo de- cididamente muy variado que se desmarca de la simple acción individual, desde la forma organizada «pura» hasta tipologías mixtas en las que el espíritu altruista se convierte en el hilo conductor que une experiencias muy di- versas, que van desde la cooperación social, a las asociaciones legalmente reconocidas y a las fundaciones prosociales. 1.2. Los caracteres distintivos El elemento que ha sido identificado como «esencial» del TS italiano en general ---o sea la orientación solidaria que da contenido a la naturaleza preferentemente gratuita del compromiso--- está reconocido también en el ámbito legislativo, como característica distin- tiva de la acción voluntaria organizada. En el ámbito de una encuesta de la Funda- ción italiana para el voluntariado (FIVOL)I --- que siendo la más reciente (1992) encuesta hecha a nivel nacional, constituye un punto de referencia para quien quiera hablar de volunta- riado organizado--- vienen enumerados de ma- nera concreta los criterios para definir el otro aspecto legislativamente discriminante del vo- luntariado, es decir su existencia organizada: Ac- tuación conjunta de una pluralidad de personas; coparticipación en los motivos, objetivos, desti- natarios, métodos e instrumentos de trabajo; estructura interna con presencia de un respon- sable; autonomía de gestión (sobre los balances y sobre las decisiones operativas); apariencia social (denominación, sede y/o domicilio); for- malización institucional, aunque no esté explí- citamente codificada (FIVOL, 1995, pp. 14-5). Siguiendo el recorrido marcado por el es- tudio de FIVOL se pueden individualizar al- gunos elementos que nos permiten encuadrar mejor el fenómeno: a) Distribución territorial. La mitad de las organizaciones se encuentran en el Norte de Italia (y aproximadamente un tercio en el Noroeste), otro tercio en el Sur y en las is- las, y el escaso 17% restante en el Centro. Se trata de una distribución proporcionada con la de la población que alcanza sus máxi- mas cotas en las zonas metropolitanas. La tendencia de las organizaciones a concentrar- se en el Norte se confirma con respecto a la anterior encuesta nacional (Rossi, Colozzi, 1984, p. 284) 1 , realizada diez años antes, 20 ESTUDIOS 1 Ha sido realizada por COLOZZI y por quien escribe en 1983, por encargo del Ministerio de Trabajo y de Pre- visión Social, sobre una muestra de 7.024 grupos. REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO YASUNTOS SOCIALES mientras que en el Noroeste se registra un notable incremento. b) Nivel organizativo. La mayor parte de las organizaciones tiene una ligera estructu- ra que varía notablemente (por el tipo de or- ganismos internos y por las funciones que llevan a cabo) con relación a las prestaciones y a los problemas de los que se ocupan. c) Relaciones entre las organizaciones. Más de dos tercios de los grupos están rela- cionados con otras realidades mediante vín- culos asociativos o federativos, confirmando una tendencia ya observada hace diez años (ibid, p.294). d) Quien ha fomentado su creación. Las organizaciones de voluntariado nacen funda- mentalmente por impulso de asociaciones y movimientos (un tercio), de parroquias y Ca- ritas (un sexto), mientras que es minoritaria la presencia de partidos y sindicatos entre los entes promotores. e) Año de constitución. Las organizacio- nes más numerosas son las que han nacido en el último periodo, después de 1985 (36,6%). La proporción disminuye en años anteriores (el 30,7% entre 1976 y 1985; el 19,8% entre 1951 y 1975; el 12% hasta 1950), indicando el incremento constante de este fenómeno, que observado en su dimensión territorial, regis- tra una fuerte fase expansiva sobre todo en el Sur y en las islas. Con relación al tipo de ne- cesidades que las organizaciones atienden, es interesante notar que mientras últimamente es menos sensible (entre el 7 y el 10%) el in- cremento de la atención a las problemáticas más tradicionales (enfermedades, familias en dificultades, protección civil, madres solte- ras), emergen necesidades como la toxicode- pendencia, o la seropositividad y el SIDA. Existe también un aumento notable de activi- dades dirigidas a la conservación de los bie- nes ambientales, culturales y los contextos sociales/territoriales en peligro experimen- tan un aumento muy notable (entre el 30 y el 40%). f) Orientación de las intervenciones a fa- vor de terceros. Tres cuartas partes de las or- ganizaciones trabaja exclusivamente a favor de personas que no forman parte de la misma organización, mientras que el 10% desarrolla preferentemente actividades de selfhelp abiertas también a terceros. Después hay un 13% en las que la relación está inver- tida, trabajan esencialmente para usuarios externos, pero también para miembros de la organización. g) Dimensiones. Las organizaciones gran- des no están muy difundidas (el 10% tiene más de 100 miembros y otro 10% entre 50 y 100), predominan los organismos pequeños (25% hasta 10 miembros, 25% de 11 a 20) y medianos (25% de 21 a 50). h) Tiempo de dedicación de los volunta- rios. La dedicación típica (65% de las organi- zaciones) es de 5 horas semanales. Siguen las organizaciones en las que la dedicación es de 6 a 10 horas (22%) y por último (7%) aquellas en las que el tiempo que se presta es de 10 a 15 horas a la semana. i) Distribución por razón del sexo de los voluntarios. Es interesante observar que hay un sustancial equilibrio entre la parte femeni- na y la masculina, sin embargo esto es debido a una proporcionalidad entre las organizacio- nes de tipo femenino y las de tipo masculino. j) Edad de los voluntarios. La franja de los adultos entre los 30 y los 65 años (con mayo- ría entre los 30 y los 45) es la más numerosa (dos tercios) seguida por la de los voluntarios más jóvenes (en el 25% de los organismos tra- bajan personas de edades comprendidas entre los 18 y los 29 años), mientras que es minorita- ria la existencia de organizaciones donde hay sobre todo personas ancianas (3%) k) Formación de los voluntarios. Es sig- nificativo que el 63% de las organizaciones empleen para la formación sus propios vo- luntarios. De estas, más del 77% se autoges- tionan. 21 GIOVANNA ROSSI Y LUCIA BOCCACIN REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES l) Operatividad de las organizaciones del voluntariado. A través de un complicado cálcu- lo de la contribución de los voluntarios, realiza- do sobre 8.893 organizaciones registradas en la encuesta FIVOL, se llega a la conclusión de que «el voluntariado social lleva a cabo cada año al menos ciento cincuenta millones de horas de servicio» (FIVOL, 1995, pag.34). ¿Qué tipo de trabajo es el realizado en las organizaciones de voluntariado que limita por una parte con la llamada «buena volun- tad» mientras que por otra llega a desarrollar funciones auténticamente profesionales? ¿En qué se diferencia del trabajo retribuido? ¿Cuáles son los requisitos de una organiza- ción laboral que debe gestionar preferente- mente prestaciones voluntarias?. Colozzi y Bassi identifican algunas características del trabajo voluntario organizado: está ante todo fundado sobre mecanismos de control ba- sados en unos determinados valores (copartici- pación de los fines y de los instrumentos para realizarlos) y no sobre la coacción; se sirve pre- ferentemente de «contactos y comunicaciones mediatas» para suplir las escasas ocasiones de coordinación directa y formal; presenta una «división del trabajo poco rígida y poco respetada» que origina a menudo una super- abundancia de «nuevos roles» (sobre todo de coordinación) y una escasez de otros (en parti- cular de trabajos auxiliares; sufre de una «ten- dencia a la infravaloración que provoca riesgos» (Colozzi, Bazzi 1995ª, pp.128-132). Todos estos caracteres van en detrimento de la profesionali- dad y de la eficacia, pero influyen de forma muy marginal sobre la solidez de su estructura y sobre la eficacia de su acción, gracias a la fuerza de las relaciones trabadas no sobre un vínculo contractual, sino sobre la adhesión íntima al pro- yecto común y sobre una recíproca y profunda unión en la que lo normal es dar sin ningún lími- te, al menos lo que nos es solicitado. 1.3. La multiformidad del voluntariado Todos los estudios resaltan la notable heterogeneidad del voluntariado, que se ar- ticulasustancialmentea lo largodetrescoor- dinadas principales: a) El perfil organizativo, o por decirlo de otra manera el grado de formalización, la va- riabilidad de las estructuras de decisión, la vertebreda composición interna de la organi- zación. b) El perfil de las áreas de intervención: es decir los diversos tipos de necesidades a las que se dirigen (enfermedad, tercera edad, desarrollo juvenil etc.). c) El perfil de los tipos de intervención: es decir las prestaciones ofrecidas (animación sociocultural, educación e instrucción, asis- tencia domiciliaria), la utilización de métodos tradicionales o modernos (intervenciones a través de la red), la prestación de servicios que operan sobre la necesidad de modo diver- so (asistencia primaria, asistencia continua- da, promocional preventiva), pudiendo ser monovalentes o polivalentes los contextos operativos en los que se desarrollan (estruc- turas hospitalarias, centros de asistencia te- lefónica, casas de reposo etc.). 2. LOS SECTORES DE INTERVENCIÓN Las áreas de necesidad en las que traba- jan las organizaciones de voluntarios son muy numerosas e incluyen problemáticas «anti- guas» que constituyen una tradición consolida- da del trabajo voluntario y necesidades nuevas respecto a las cuales la disposición del volunta- riado es hoy enorme, demostrando que la fle- xibilidad de este tipo de acción social permite trasladar en masa los recursos con una acti- tud pionera y vanguardista al lugar donde surgen nuevas emergencias. Sería interesante ofrecer un aspecto lon- gitudinal de la evolución de los sectores de intervención, pero nos tropezamos con diferen- cias sustanciales en los métodos de clasificación utilizados en las encuestas sociológicas sobre dicho fenómeno, que impiden indicar con pre- 22 ESTUDIOS REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO YASUNTOS SOCIALES cisión las líneas orientativas. El primer estu- dio nacional sobre grupos de voluntariado (Rossi, Colozzi, 1984) hacia una macro-distin- ción entre los sectores socioasistenciales, sa- nitarios, de animación cultural, de defensa ambiental y de bienes culturales, de protec- ción civil. FIVOL distingue entre áreas de destino, prestación efectuada y estructura so- bre la que trabaja 2 . Ocupándonos de los sectores de interven- ción haremos referencia a la división por áreas de destino aplicada en la encuesta FI- VOL que nos ofrece el cuadro más actual. La única área de necesidad que supera el 30% es la enfermedad, que es seguida por «la tercera edad», necesidad sociocultural y no li- gada a una patología específica. Significativo esfuerzo a favor de los discapacitados y de las necesidades de los menores, de los jóvenes y de la familia. También la inmigración absor- be hoy en día, una notable proporción del tra- bajo de los voluntarios, colocándose en los 23 %sobre 8.893 VA . Enfermedad . Patología mental . Enfermedades terminales . Seropositividad y SIDA . Minusvalía física . Minusvalía sensorial . Minusvalía psíquica . Otras minusvalías . Alcoholismo . Ancianos no autosuficientes . Desarraigo juvenil . Desarraigo de menores (infancia) . Desarraigo de menores (adolescencia) . Necesidades familiares . Maternidad . Tercera edad . Toxicodependencia . Corrupción . Marginación . Personas sin hogar . Prostitución . Inmigración . Vagabundos . Detención y postdetenció . Grupos sociales/espacios naturales en peligro . Protección civil . Bienes ambientales . Bienes culturales 34 % 6 % 5 % 4 % 17 % 7 % 10 % 9 % 6 % 13 % 21 % 15 % 16 % 19 % 6 % 28 % 10 % 6 % 13 % 5 % 1 % 13 % 4 % 5 % 6 % 10 % 10 % 6 % 3.057 522 427 387 1.469 603 897 820 497 1.230 1.889 1.344 1.384 1.694 557 2.528 880 506 1.175 452 118 1.155 369 412 513 843 841 573 Los porcentajes no se pueden sumar porque cada grupo puede intervenir en más de un área de necesidad. 2 Hasta ahora las tres dimensiones han sido englo- badas indistíntamente en el vocablo «intervención», creando notables incongruencias: una organización se definía como centro de atención telefónica (prestación) y otra como grupo de inmigrantes (destinatarios), pero no había nada que impidiese que el centro de atención telefónica tuviese como destinatarios a los inmigrantes o que, entre las prestaciones del grupo de los inmigrantes, estuviese en exclusiva o compartida la asistencia telefó- nica (FIVOL, 1995, pp. 16-17). GIOVANNA ROSSI Y LUCIA BOCCACIN REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES mismos niveles de la toxicodependencia, de los ancianos no autosuficientes y de la margi- nación en general (13%). Hay que subrayar la notable presencia de organizaciones de vo- luntariado que se ocupan de la protección ci- vil y de los bienes ambientales (10%). 3. EL PRODUCTO SOCIAL DEL VOLUNTARIADO 3.1. Los servicios Hablando de las prestaciones realizadas por las organizaciones de voluntariado, es oportuno ante todo distinguir entre una pri- mera fase de aproximación al problema (pri- mera intervención, atención primaria etc.) encaminada a disminuir la gravedad del mis- mo, otra fase más continuada, caracterizada por la toma en consideración de las necesida- des y de las diversas formas de asistencia y una tercera, que cada vez más a menudo tien- de a integrar las intervenciones continuadas y asistenciales, de prestaciones «preventivas» tendentes a eliminar las mismas causas del desastre. Desde este punto de vista las orga- nizaciones de voluntariado registradas se subdividen en las modalidades de interven- ción indicadas en la siguiente tabla (FIVOL, 1995, pp. 54-5) 3.2. Los tipos de intervención El voluntariado parece indicar el cam- bio, en la actuación de los servicios socia- les, de una modalidad asistencial a otra que pone en el centro de la intervención a la persona (G. Rossi, 1994b, p. 34). Su carac- terística principal consiste en gozar de una notable flexibilidad que es el requisito clave para administrar la relación directa y libre de intermediarios entre la actuación gratuita y la demanda social. El voluntariado por lo tanto se aleja cada vez mas de prácticas de inter- vención estandarizadas e indiferenciadas, y por esta causa debe hacer cada vez más efi- caz (profesional) la relación de ayuda entre el caregiver y el destinatario (G. Rossi, 1994b, p. 34). En lineas generales, por tanto se puede afirmar que la tipología distintiva de la inter- vención del voluntariado social, es la relación de ayuda. Sin embargo en un cuadro más analítico se pueden distinguir tipologías ba- sadas en parámetros muy distintos. La dis- tinción clásica entre voluntariado expresivo (en el que prevalece un componente de auto- gratificación) y voluntariado de servicio (en el que es más relevante la relación con los demás), entre actividades de servicio social, actividades recreativas, protección civil y defensa ambiental (Morris, 1962), entre or- ganizaciones en las cuales son distintos los que proporcionan el servicio y sus destina- tarios, organizaciones de auto-ayuda, orga- nizaciones comprometidas con causas de interés común (Murray, 1969), están ac- 24 ESTUDIOS MODALIDADES DE INTERVENCIÓN Asistencia primaria (80%) Asistencia continuada (55%) A. Preventiva (59%) -- Compañía -- Atención telf. -- Primeros auxilios -- Donaciones de sangre y de órganos -- Servicio de comedor -- Asistencia domiciliaria -- Asistencia social -- Prestaciones profesionales -- Animación socio-cultural -- Formación profesional -- Reinserción -- Defensa de los derechos civiles Los porcentajes están calculados sobre 8.893 organizaciones censadas. REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO YASUNTOS SOCIALES tualmente superadas por dos clasificaciones particularmente eficaces para resaltar las diferencias que hoy aparecen como más re- levantes en el interior de una realidad tan diversificada como es el voluntariado organi- zado. La primera distingue entre las organiza- ciones que ofrecen servicios monovalentes, que concentran su propia actuación sobre un área de necesidad, y organizaciones polivalen- tes que intervienen en diversas áreas proble- máticas. La segunda clasificación diferencia las intervenciones tradicionales y las interven- ciones emergentes (Cesareo, Rossi, 1986). Son prestaciones que tienen una larga tradi- ción, aunque después sufren los necesarios ajustes para adaptarse a la evolución de las necesidades de los usuarios, la asistencia do- miciliaria, la asistencia social, el transporte de enfermos, la asistencia dentro de residen- cias, todos servicios que tienen un claro valor sustitutivo en relación con las carencias del ente publico. Podemos en cambio agrupar en el área de los servicios emergentes, las inter- venciones a través de la red, la animación cultural y las intervenciones polivalentes. El trabajo a través de la red se basa en la conti- nuada interrelación entre los diferentes re- cursos que estan disponibles en el territorio (desde la familia a la comunidad de acogi- da, etc.) y exige una notable competencia para administrar de forma coherente este complejo entramado: « el voluntariado actúa, en dicha situación, como el promotor de un net- work, de un circuito de relaciones establecidas» (G. Rossi, 1994b, p. 32), apelando al fuerte compromiso de los voluntarios y a la gran flexibilidad y capacidad de adaptación a las nuevas necesidades con intervenciones del todo originales. También el examen de los planos operati- vos en los que actúan las organizaciones de voluntariado puede ser indicativo de los dife- rentes modos de operar del voluntariado so- cial, cuya intervención tiene diferente valor según que se desarrolle solamente en el inte- rior de estructuras sanitarias --y esta situa- ción es hoy en día la predominante--- o haya conquistado otras estructuras de intervención y de política social o incluso haya realizado otras propias o nuevas (FIVOL, 1995, p. 56); el voluntariado opera hoy en día además de en estructuras hospitalarias y ambulatorias, también en casas de reposo, oratorios, cen- tros sociales, cooperativas, centros de aten- ción telefónica, de primera acogida, casas de familia, consultorios etc. Con relación a las formas de intervención, se pueden hacer observaciones interesantes si se entrecruzan informaciones diferentes. Se establece una suerte de «complementarie- dad de las organizaciones de voluntariado» (ibid, p. 67) que consigue que estén cubiertas todas las áreas de necesidad, pero a través de formas muy diferenciadas de respuesta a los problemas. De todo esto se desprende una ló- gica implícita, y bastante clara (ibid, p. 65-69) en base a la cual las organizaciones menos formalizadas actúan preferentemente sobre sectores caracterizados por su elevada preca- riedad y marginalidad (inmigrantes, vaga- bundos, sin techo) y a través de prestaciones menos especializadas y de primera asisten- cia, mientras que para los destinatarios más estables (protección civil, enfermos en gene- ral, bienes ambientales, etc.) se activan pre- ferentemente los organismos con un nivel de formalización más elevado, que, además, ope- ra de modo más preventivo y permanente. En el ámbito de la encuesta FIVOL se su- brayan algunas claves para la lectura de éste fenómeno, que resaltan los trends más signi- ficativos (ibid, pp. 150-155). La reflexión parte de la clasificación de las organizaciones en base a las diversas áreas de intervención, que nos muestra una enorme desproporción (se pasa del 34% al 1%) entre las necesidades más «estables» (enfer- medad, tercera edad, etc.) y las más «precarias y marginales» (vagabundos, inmigrantes, etc.). Al mismo tiempo se perfila una especie de «distribución selectiva de los recursos» de for- ma tal que la existencia de las organizaciones 25 GIOVANNA ROSSI Y LUCIA BOCCACIN REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES es proporcional a la de los usuarios, configu- rándose una tendencia a desarrollar inter- venciones que garanticen una aproximación interpersonal entre voluntario y destinatario. La ecuación además se complica, cuando se tiene en cuenta el diferente esfuerzo tempo- ral que exigen las diversas áreas de necesi- dad, con relación al tipo de intervención ofrecido; a la luz de éste último elemento la re- ferida proporcionalidad debería desembocar en un incremento de las organizaciones que se ocupan de las áreas más marginales, que son también las que exigen más intervenciones de tipo preventivo y que absorben mayor tiempo. Entre otras cosas, la simple consideración del número de horas que los voluntarios están dispuestos a prestar demuestra claramente que bastaría redistribuir el recurso/tiempo, para aliviar las áreas más difíciles: no sola- mente es el tiempo disponible el que explica la selección de las áreas de necesidad. De este modo, para explicar la selección llevada a cabo por las organizaciones entre las necesidades de los usuarios, no se puede tener sólo en cuenta la ley de la demanda y de la oferta, sino que es necesario actuar más en profundidad, penetrando en el ámbito de las motivaciones de la actuación voluntaria. Aquí se perfila una situación en la que la elección de los sectores de compromiso se corresponde con el tipo de «inversión personal exigida a los voluntarios». Con esto no se quiere afir- mar que los voluntarios se retraigan ante las situaciones más conflictivas; al contrario quiere decir, que en los grupos de voluntaria- do esta hoy en día muy extendida la opinión de que es necesario adquirir mayores compe- tencias para poder desarrollar una relación de ayuda eficaz. El iter sigue por regla general un desarro- llo expansivo y en aumento, de forma tal que a las áreas con problemáticas más difíciles acuden organizaciones que se han ocupado ya--- adquiriendo una buena experiencia--- de situaciones más fáciles, perfeccionando su propia forma de actuación y proyectándose más decididamente sobre la prevención. Se origina, bajo esta perspectiva, una gran coinci- dencia entre la «progresión del esfuerzo del vo- luntariado social» y la «progresión de los niveles medios de competencia en la relación de ayuda» que exigen las diversas áreas de necesidad. La competencia en las relaciones se articula ---se- gún el análisis de FIVOL--- sobre cuatro nive- les: mínimo, medio o simple, alto y muy alto o especializado. Dicha clasificación vendría a coincidir con las áreas necesitadas, configurán- dose un marco donde el voluntariado organizado y eficazmente diversificado realiza prestaciones con una competencia apropiada al sector en el que interviene, en un proceso donde las necesi- dades de los usuarios resultan condicionadas «por los ritmos de crecimiento de la compe- tencia de los voluntarios». 4. EL IMPACTO DE LA LEY 266/1991 SOBRE LAACCIÓN VOLUNTARIA ORGANIZADA La ley-marco sobre el voluntariado de 2 de agosto 1991, número 266, junto con la de Coo- peración Social (Ley de 8 de noviembre 1991, nº 381), representa un punto de partida fun- damental para la interpretación jurídica de la función social llevada a cabo por el TS ita- liano. A esta regulación se ha llegado, des- pués de un accidentado iter, a lo largo del cual en 7-8 años, se han presentado diversos proyectos de ley que expresaban unas bases ideológicas y políticas heterogéneas, en las que se apoyaban las diversas tesis referentes tanto a las motivaciones de los voluntarios como a la definición misma del voluntariado. Después de su aprobación también se han elaborado otras propuestas relacionadas con elementos cruciales de las relaciones entre la sociedad en su conjunto y el TS --- en particu- lar, la cuestión fiscal y tributaria--- que afec- tan muy de cerca al voluntariado social, pero que todavía no han tenido seguimiento, como documenta Donati en el Cap.12. El hecho de que la polémica sobre la regu- lación del TS y del voluntariado organizado en particular esté todavía de actualidad nos 26 ESTUDIOS REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO YASUNTOS SOCIALES demuestra, que después de cinco años desde su aprobación, la ley presenta aspectos pro- blemáticos y ambiguos. Para valorar el impacto de la intervención legislativa es oportuno referirse a una reciente encuesta sobre el voluntariado de la Lombardía (1994-1995) que ha examinado expresamente la evolución de este sector del TS después de la aprobación de ley nacional de 1991 3 . El estudio es tres años posterior a otra investigación so- bre la situación en la región lombarda, en el periodo 1991-92, es decir después de la apro- bación de la ley (Cesareo, Rossi, 1994). De esta forma es posible documentar con datos comparativos la recaída de la intervención le- gislativa sobre el fenómeno del voluntariado social. El análisis de la situación lombarda permite resaltar las dificultades creadas por la superposición de la normativa nacional a una legislación regional que se remonta al año 1986 (perfeccionada por la ley de 24 de julio de 1993, nº 22) y que atestigua la «praxis consolidada del reconocimiento de la función social del voluntariado y la conexión entre los entes locales y los organismos del voluntaria- do» (Cesareo, 1994, p. IX). Las dificultades fundamentales de proce- dimiento que se encuentran las organizacio- nes del voluntariado que desean inscribirse en el Registro son: a) La libertad para escoger la configura- ción jurídica que deseen adoptar, dejan- do aparte el fin solidario. b) Sistema de elección y gratuidad de los cargos asociativos. c) Obligación de la presentación del ba- lance. d) La necesidad del aseguramiento de los voluntarios. e) El origen de los recursos económicos vertebrado en siete categorías (aporta- ciones de los asociados, aportaciones de los particulares, aportaciones públicas para la financiación de actividades o proyectos específicos y documentados, aportaciones de organismos internacio- nales, donaciones, reembolsos deriva- dos de determinados acuerdos, ingresos derivados de actividades comerciales y productos marginales. f) Algunos incentivos fiscales entre los cuales la exención del pago del impuesto sobre el valor añadido (IVA), el existente sobre las donaciones y las adjudicaciones de herencias o legados y sobre la renta de las personas físicas (IRPF). g) El criterio de la preponderancia del personal voluntario que, de todas for- mas, tolera la presencia de personal retribuido para poder acceder a los re- gistros, ratificando una distinción muy clara entre las figuras del voluntariado y del personal retribuido. h) El derecho a la flexibilidad del horario de trabajo, que permite disfrutar, de forma compatible con la organización empresa- rial, de horarios flexibles en el trabajo o en los turnos, siempre que esten previs- tos contractualmente. Después de cinco años de la aprobación de la Ley 266/1991 los elementos problemáticos y ambiguos derivados de la aplicación de la nue- va normativa han adoptado una fisonomía su- ficientemente precisa. Se pueden individua- lizar esencialmente cuatro puntos críticos. I. En primer lugar, la intervención legis- lativa formula un «modelo de estructura» al 27 3 La encuesta ha sido llevada a cabo por encargo de la región de la Lombardía por un equipo del departa- mento de Sociología de la Universidad Católica de Mi- lán, dirigido por G. ROSSI y V. CESAREO e integrada por L. BOCCACIN, D. BRAMANTI, C. LANZENI y A. LAFIOSCA. El estu- dio relativo a la región lombarda se articula a traves de dos apartados, uno realizado sobre 354 organizaciones de voluntariado, de las que 244 estaban inscritas y 110 no inscritas y otro sobre 958 personas incorporadas a ta- les organizaciones; para un examen analítico de las in- formaciones recogidas se reenvía al trabajo que lleva por título «Público y Privado en Lombardía: heterogeneidad de los sectores de intervención y nuevas posibilidades de colaboración», julio de 1995. GIOVANNA ROSSI Y LUCIA BOCCACIN REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES que se tendrían que adaptar las organizacio- nes para ser definidas de «voluntariado» y donde se preve la preferencia de prestaciones gratuitas y espontáneas, mientras que los es- tudios sobre este campo han puesto de evi- dencia la orientación siempre más extendida hacia formas mixtas. II. En segundo lugar, la necesidad de en- trar en una compleja maquina burocrática en la que resultan penalizados, sobre todo, los grupos menos estructurados; el riesgo que se corre es el de implantar un proceso de selec- ción en el interior del mundo del voluntariado entre organizaciones inscritas en el Registro y grupos no inscritos. Los datos de la Lom- bardía confirman que entre los organismos inscritos hay un aumento de las asociaciones de hecho, que han llegado a alcanzar un 76,1% (cuando en sus inicios representaban el 48,3%), mientras que tienden a desapare- cer los grupos informales, que han pasado de un 17,4% al 1,3%. Las organizaciones no ins- critas, que no tienen vínculos legislativos adoptan las formas jurídicas más variadas, con un predominio de las asociaciones de he- cho (53,5%), pero con una notable presencia de los grupos informales (21,2%). Los volun- tarios de las organizaciones inscritas en el re- gistro, por su parte, denuncian en el 45,3% de los casos un incremento de la burocratización y en el 29,4% un empeoramiento de los con- troles con respecto a la normativa, pero juz- gan positivamente en el 38,2% la necesidad de tales controles. Hay que indicar que quien se adhiere al proyecto institucional subscribe casi en su to- talidad los motivos que ha inspirado al legis- lador. En este marco es lícito preguntarse si la separación que provoca una divergencia estructural entre organizaciones inscritas y no inscritas, nos puede llevar en los próximos años a una ampliación de las áreas y de los estilos de intervención 4 . III. En tercer lugar la institución de los centros de servicio ha originado algunos pro- blemas, al tratarse de una realidad creada ex novo y ligada a una modalidad de financia- ción muy particular. Los centros, en efecto, tendrían que estar financiados por las funda- ciones bancarias; esta prerrogativa ha desenca- denado una lucha de poder entre las Cajas de Ahorro para garantizarse la mayoría absoluta en los comités de gestión y una batalla jurídica en las altas esferas institucionales hasta llegar al recurso ante el Tribunal Constitucional. Este hecho ha producido un bloqueo de la ley duran- te tres años; de este modo la operatividad de los centros sólo se ha puesto en marcha, has- ta hoy, en dos regiones italianas, el Veneto y la Emilia Romaña, y en las demás permanece como una interesante utopía. Su puesta en marcha podrá resultar una ayuda o una sobrevenida fuente de conflicto para las organizaciones del voluntariado, pero esta valoración solo podrá hacerse cuan- do la mayoría de las regiones haya desarro- llado tales centros. IV. En cuarto lugar, la ley ha comportado notables cambios en las relaciones entre el voluntariado y los entes públicos. El primer estudio hecho en el ámbito lombardo, había ya puesto en evidencia que la contribución más apreciada de la ley era el haber sacado de la pura discrecionalidad a relaciones que, por otro lado, ya existían y de someterlas a meras formas de interelación, como por ejem- plo la contractual. Sin embargo, desde este aspecto también falta una valoración explíci- ta del elemento subjetivo de las organizacio- nes (Boccacin, 1994 a, pag. 202). La formula del contrato prevista por la nueva normativa, que ha derogado los usuales contratos de arrendamiento, tendría que suponer un me- jor compromiso entre las partes y facilitar un procedimiento dentro de la cual debe produ- cirse una comparación entre los objetivos y 28 4 En el PAR 5 se establece una sensible diferencia entre el budget de las organizaciones inscritas en el regis- tro de la Lombardía y el de las no inscritas que resulta sensiblemente más rico (el 18,7% de los grupos no inscri- tos declara ingresos de más de cien millones, frente al 15,2 de los inscritos). ESTUDIOS REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO YASUNTOS SOCIALES los medios para alcanzarlos, hasta llegar a una común voluntad de los contrayentes. No obstante se observa que el «sujeto» de la con- tratación no es el grupo, sino el conjunto de servicios que exige preferentemente la utili- zación de personal retribuido (asistentes so- ciales, psicólogos, guardias jurados, etc.), dejando en un segundo plano la dimensión específica de la organización, es decir la fina- lidad solidaria que se manifiesta, sobre todo, en el «hacer juntos para» (ibid). Con esto se quiere subrayar el riesgo que existe de que las relaciones entre el voluntariado y el ámbi- to público se desarrollen según una lógica to- davía eminentemente instrumental. Dos capítulos de la normativa han resulta- do particularmente gratos para los trabaja- dores del voluntariado social y son la posibilidad de aprovecharse de un régimen flexible de horario de trabajo (utilizado por el 10% de los voluntarios lombardos) que repre- senta un notable reconocimiento del trabajo realizado en el interior de las organizaciones de voluntariado y la oportunidad de disfrutar de algunas exenciones fiscales. El estudio lombardo del 1991-1992, que hace referencia al primer impacto de la ley de 1991, manifestaba una cierta perplejidad de los voluntarios con relación a la normativa fiscal que exigía un notable esfuerzo para su comprensión, estableciendo unas ventajas aparentemente exiguas. Después de cinco años de experiencia, las medidas recogen, sin embargo, óptimos resultados, pues de hecho el 71,6% de las organizaciones declara que sabe utilizar las ventajas fiscales y es muy elevado el porcentaje de los grupos que se han beneficiado (34,1%) o que piensan benefi- ciarse en el futuro (37,5%) desde el momento de su inscripción en el registro (posterior al año 93 en el 90,5% de los casos). 5. LA DIMENSIÓN FINANCIERA A través del análisis del balance de las orga- nizaciones del voluntariado es posible extraer precisas informaciones sobre la rentabilidad de algunas prestaciones y obtener indicacio- nes precisas sobre su introducción «en el te- rritorio y sobre el servicio efectivamente desarrollado» (Boccacin, 1994, pag. 51). Al mis- mo tiempo es necesario tener muy claro que no es posible establecer adecuadamente la eficacia y la eficiencia de organismos non profit, utilizando parámetros meramente económicos, considerados en un ámbito for profit. En las empresas non profit el recurso es- tratégico es el factor humano caracterizado por formas de comportamiento no del todo previsibles y al margen de paradigmas utili- tarísticos de la prestación. Desde este punto de vista es oportuno precisar las formas de fi- nanciación de este tipo de organizaciones, distinguiendo con precisión la naturaleza de los ingresos, el sujeto que los aporta y el des- tinatario, sobre la base de la tipología socioe- conómica descrita por Hansmam (1990, 1995). Así se configura una clasificación que incluye la autofinanciación, la financiación por terceros externos a la organización y una forma mixta entre las dos fórmulas preceden- tes. A la vez hay que tener en cuenta si existe o no coincidencia entre quien financia el ser- vicio y quien lo disfruta: en el primer caso es- taremos en presencia de grupos «self-help» (Boccacin, 1995). La ley 266/91 establece para las organizaciones inscritas en el registro for- mas de financiación indirectas a través de subvenciones en los precios, ventajas (des- gravaciones fiscales), donaciones deducibles de la renta. Los tipos de recursos financieros por me- dio de los cuales una organización tiene ga- rantizada la supervivencia van desde las cuotas de los asociados a la autofinanciación, de las contribuciones privadas a las contribu- ciones públicas, de las cuotas de los usuarios a la venta de los productos. Los datos más ac- tualizados en el ámbito nacional sobre el aspec- to económico de la actividad del voluntariado se pueden extraer de la encuesta FIVOL (1995, pag.106-110). 29 GIOVANNA ROSSI Y LUCIA BOCCACIN REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 1) La gran mayoría de las organizaciones (73%) declara como preferentes (más del 50% del total) los ingresos de origen privado; entre estos destacan las apor- taciones de personas particulares, se- guidos por los de las empresas, las cuotas asociativas y las contribuciones de los socios. Los datos del último son- deo en Lombardía señalan, entre otras cosas, que va abriéndose camino, pero todavía muy débilmente, la tendencia al «fund-raising», es decir la tendencia a recibir recursos financieros de forma autónoma a través de modalidades deci- didamente innovadoras para el volunta- riado italiano (por ejemplo la esponsori- zación) lo que conlleva un inusual com- promiso de algunos agentes del mercado. 2) Sólo el 23% declara como preferentes las aportaciones públicas; es importan- te resaltar que entre estas destacan las aportaciones a fondo perdido sobre las derivadas de contratos y convenciones, lo que indica la persistencia de una si- tuación de escasa autonomía y de una pobre afirmación de la propia titulari- dad de los grupos que disfrutan de esta forma de financiación. Los interlocuto- res públicos más generosos con las or- ganizaciones lombardas censadas en el último estudio han sido las USSL. 3) El gasto global soportado por el volun- tariado social puede ser estimado en torno a los 711 mil millones de liras. 4) Solo el 5% de las organizaciones desa- rrollan actividades productivas (pro- ducción de bienes o servicios económica- mente relevantes), el 85% de forma no estructurada, el 5,8% en cooperativas, el 0,8% en sociedades de responsabili- dad limitada y el 6,4% de otro modo. El fenómeno está más extendido en la Ita- lia nororiental y central. Si se observa en particular el ámbito de la Lombardía, hay un notable aumento de los ingresos derivados de la renta de servicios, de los cuales más del 28,5 de las organiza- ciones que disfrutan de tales ingresos obtiene más de cuarenta millones, fren- te al 6,0% de la anterior encuesta. Una survey realizada en Emilia Romaña (Colozzi, Bassi, 1995) sobre una muestra me- nos consistente que la lombarda (125 casos) pero igualmente significativa, permite, gra- cias a la disponibilidad de un anterior estudio de 1983 (Colozzi, 1987), delinear en el marco de un decenio la metamorfosis económica de las organizaciones del voluntariado. Se pue- de, así, constatar que se ha producido un signi- ficativo movimiento ascendente del peso económico del voluntariado organizado, aún manteniéndose en su conjunto un cuadro general de «pobreza relativa» (usuarios «po- bres» más medios «pobres»); han desapareci- do así las organizaciones sin ningún ingreso, han aumentado más del 50% aquellas con ba- lances inferiores a 10 millones y en menor medida aquellas con balances superiores a los 100 millones, mientras que el 75% se si- túa en la franja que opera entre «0 a 50 millo- nes». Hay que tener en cuenta, sin embargo, la enorme disparidad entre los grupos; en efecto el 45,3% declara una situación de po- breza «absoluta» (hasta un millón) o «casi ab- soluta» (hasta 10 millones), mientras que sólo el 19,2% declara ingresos superiores a cien millones. La situación en la Lombardía ofrece una perspectiva un poco menos pro- metedora, puesto que en los niveles bajos (hasta 10 millones) se coloca el 49,7% de las organizaciones inscritas, mientras que en aquellos más elevados (más de cien millo- nes) solo se encuentra el 15,2%. Desde este punto de vista parece que estén en ventaja los grupos no inscritos que ven que del por- centaje de distribución es menor la cuota de formaciones «pobres» (35,2%) y mejora la de los «ricos» (19,7%). El balance, sin embargo, equilibra el resultado, poniendo en eviden- cia una cierta «habilidad» del sector «non profit» en este ámbito que, aún demostran- do una profunda vocación para el servicio y la gratuidad, trabaja con pérdidas en menos del 30% de los casos y con superávit en más del 45% de las organizaciones. 30 ESTUDIOS REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO YASUNTOS SOCIALES 6. LAS FUNCIONES SOCIALES DESARROLLADAS Las actividades desarrolladas por las or- ganizaciones de voluntariado, pueden ser cla- sificadas no sólo desde el punto de vista del campo donde intervienen, de las prestacio- nes, de los tipos de intervención, sino tam- bién de forma transversal a estas tipologías, con relación a los bienes «de la interacción so- cial» producidos y a las funciones que cum- plen en el citado contexto, es decir teniendo en cuenta los elementos que hacen del volun- tariado social un fenómeno de relieve del TS. Desde el punto de vista del universo-vo- luntariado es posible comprender también a que tipo de «ciudadanía societaria» (Donati, 1993) pueden y deben aspirar los sujetos que forman parte de esta área non profit. Por lo que se refiere al primer aspecto, la actividad de voluntariado produce una vastí- sima gama de bienes relacionales propios y exclusivos del TS. Las organizaciones de vo- luntariado inscritas (y no inscritas) demues- tran que son conscientes de esta particular prerrogativa, puesto que en la encuesta de la Lombardía, el 35,4% (31,4% para los no ins- critos) de los grupos estima que responden a las exigencias de la comunidad a la que perte- nece, asumiendo las demandadas solidarias que se producen o (26,5% de los inscritos y el 27,5% de los no inscritos) creando una exten- sa cultura de la solidaridad o respondiendo de forma directa a las necesidades de la co- munidad (33,7% para los inscritos y el 32,4% de los no inscritos), es decir poniéndose en con- tacto directo cara a cara con las necesidades «reales» del contexto social en el que operan y evitando las intervenciones burocráticas o la selección del mercado. Por lo que se refiere al segundo aspecto, la reflexión sociológica sobre el voluntariado so- cial ha puesto de relieve, a medida que se iba profundizando en el conocimiento del tema, una tipología específica atendiendo a las di- versas funciones sociales. El estudio empírico de dicho fenómeno ha revelado por una parte las notables posibilidades reales de tal clasi- ficación, mientras que, por otra parte, había una tendencia a su revisión cada vez que el concepto del objeto se iba haciendo más con- fuso. Al término de la encuesta más reciente, la llevada a cabo en el ámbito de la región lom- barda en 1994/95, el esquema se estructura a través de cuatro dimensiones principales. En la parte de los roles tradicionales lleva- dos a cabo por el voluntariado, nos encontra- mos con los de sustitución e integración. Como fundamento está por una parte, la im- posibilidad de establecer el precio, lo que es propio de los bienes y servicios gratuitos y de los objetos benéficos (Donati, 1978) que exce- den de todo tipo de negociación; en este caso sustituyen totalmente al Estado y al merca- do, ocupando un «tercer espacio» social, con parámetros éticos e instrumentales diferen- tes. 31 BALANCE DE LAS ORGANIZACIONES DEL VOLUNTARIADO DE LA LOMBARDÍA INSCRITAS EN EL REGISTRO (a) Y DE LAS ORGANIZACIONES NO INSCRITAS (b) (a) (b) Balance equilibrado 23,7% 26,7% Con déficit 29,8% 28,0% Con superávit 46,5% 45,3% GIOVANNA ROSSI Y LUCIA BOCCACIN REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES Por otra parte, el coste excesivo de algunas prestaciones del sector público o del mercado (North, 1977) hace que se busquen canales complementarios para responder a las mis- mas necesidades, de este modo la rebaja de los costes realizada por el voluntariado com- pleta el conjunto de las posibles respuestas, permitiendo de este modo, la satisfacción de algunas necesidades, y haciendo asequibles algunos servicios a un mayor número de per- sonas. También es característica la función de in- novación respecto al Estado y al mercado, allí donde se advierte una insuficiencia cuantita- tiva de estos (Weisbrod, 1975, 1988, 1995) para ofrecer soluciones a las necesidades que se plantean; el voluntariado se convierte en promotor de «nuevas formas de organización social» (Colozzi, 1984, p. 271) En la encuesta lombarda ha aparecido, que una parte no despreciable de organiza- ciones (9,5%), confirmando su propia voca- ción de servicio en su forma «pura» e incontaminada, más allá de toda considera- ción de la incidencia social de la propia ac- ción, señala como prioritaria la función de responder a las necesidades de los enfermos. En conjunto, sin embargo, entre los grupos que operan en esta región, la función más es- timada es la de sustitución de los servicios de wellfare (41%), lo que pone de manifiesto el carácter específico e insustituible de los bie- nies producidos con la acción voluntaria. En segundo plano, se subraya el valor innovativo de la propia intervención (26,6%), lo que im- plica la capacidad de intuir en tiempo real las nuevas necesidades del territorio en el que se trabaja. Esta función precede a la de integra- ción de los servicios proporcionados por el Es- tado (22,5%), que hoy por hoy busca todavía «llenar las lagunas», más que actuar por la fuerza del «principio de subsidiariedad». La articulación de las funciones sociales del voluntariado organizado en Lombardía confirma «la relevancia tanto en el aspecto cuantitativo como en el estratégico, de las ac- ciones voluntarias que suplan la carencia de los servicios institucionales, operando una simplificación del desajuste social ocasionado por esta carencia» (G. Rossi, 1994b, p. 44). 7. INDICADORES DE CAMBIO Para establecer los signos de la evolución existente en la realidad del voluntariado or- ganizado, es necesario distinguir dos ordenes de factores, uno primero relativo a las trans- formaciones sobre «el campo» de actuación y otro segundo que apunta a la existencia de una intensa reflexión sobre las bases cultura- les y los estilos de la acción voluntaria. Desde el punto de vista de «la praxis» se observan cambios notables respecto a las áreas de necesidad que entran en el círculo de atención de los grupos de voluntariado: como hemos visto, aumentan sobre todo las necesi- dades emergentes, los bienes ambientales y los bienes culturales (que suponen un incre- mento del 41% entre las organizaciones sur- gidas antes de 1950 y aquellas después de 1985), los contextos sociales y los espacios na- turales en peligro (más del 39%), toxicode- pendientes (más del 34%), seropositivos y enfermos de SIDA (más del 28%, FIVOL, 1995, p. 25). También cambian las formas de interven- ción a favor de un incremento en el ámbito de las prestaciones dirigidas a la solución de los 32 ESTUDIOS FUNCIONES DESARROLLADAS POR EL VOLUNTARIADO EN LOMBARDIA Sustitución 41,1% Integración 22,5% Innovación 26,6% Servicio «puro» 9,5% Fuente: ROSSI, BOCCACIN, BRAMANTI (1995). % sobre 169 casos. REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO YASUNTOS SOCIALES problemas, en particular de aquellos de re- ciente aparición. Se consolidan además unas exigencias muy determinadas que requieren cada vez más una mayor profesionalidad de los volun- tarios, mientras que siguen teniendo prefe- rencia prestaciones como la de animación sociocultural, la ayuda moral y religiosa, la educación, enseñanza e instrucción, el entre- tenimiento, confirmando la estrecha relación existente con los valores originales y las ideas tradicionales que han caracterizado siempre la actuación voluntaria (ibid, p. 27). Analizando en cambio, los pasados proce- sos culturales, aflora a menudo el esfuerzo de estos agentes del TS para adquirir una fiso- nomía menos amable, en la que el espíritu de servicio se conjugue a su vez con la conciencia de que deben aumentar su propia competen- cia en las relaciones. Esto implica por una parte, la estimación de las profesionalidades existentes, y por otra la promoción de una ac- tividad de formación seria y continuada. En este sentido es muy indicativo lo que se des- prende de la comparación entre las dos encues- tas lombardas: en efecto las organizaciones de voluntariado que llevan a cabo actividades de formación sea de forma autogestionada o en colaboración con entes públicos o con otras organizaciones de voluntariado, han pasado del 73,4% (en el año 1991-92) al 93,4% (en el 1994-1995). La necesidad de someterse a una adecuada formación es considerada en su conjunto muy positiva por los voluntarios lombardos (88,3% en la última encuesta), que aprecian su papel de ayuda fundamental, no sólo para el perfeccionamiento de los conoci- mientos técnicos y operativos, sino también para la creación y para el reforzamiento del sentimiento de member ship. Ya desde hace cuatro años, la actividad formativa aparecía como factor clave en la vida organizada de los grupos de voluntariado lombardos, punto de referencia en la unión entre cada voluntario y la organización a la que se había incorporado (Boccacin, 1994, p.204). Otro factor importante de la revolución cultural en marcha es el que pone de relieve el progresivo cambio de actitud en relación con los entes públicos; frente a la predomi- nante demanda de una contribución a cambio de la prestación de un servicio, se hace cada vez más urgente la exigencia de una partici- pación (ibid, p. 188) en las decisiones políticas y sociales, confirmando su condición de sujeto social y el pleno derecho de ciudadanía de las organizaciones de voluntariado. Con este fin, es fundamental presentarse ante el escenario social con una sólida «capa- cidad de redes, de conexiones, de relaciones» (Bobba, 1995, p. 17), que sea una garantía contra el riesgo de aparecer como interlocuto- res en un segundo plano respecto al ente públi- co. Desde este punto de vista, las encuestas sobre el voluntariado en Lombardía revela la presencia de un network estable y entrelaza- do entre las organizaciones, que sin embargo tiene un límite intrínseco de estar circunscri- to solamente al ámbito de un solo sector de intervención (Boccacin 1994, pag. 206-207), mientras que es escasa la comunicación entre áreas diversas. Si además se tienen en cuen- ta los intercambios con otras experiencias del TS, dejando aparte las características especí- ficas del voluntariado social, la estrategia de red está incluso en vías de extinción; en efec- to si hace cuatro años existía una proporción de un 34,4% de contactos esporádicos contra un 17% de relaciones estables, hoy nos con- tentamos con pocas relaciones ocasionales (5%), mientras que las duraderas están desa- pareciendo (1,3%). En resumen el mensaje que el voluntaria- do envía en el momento actual es el de una realidad en profunda evolución, que desde el modelo tradicional asistencial y amable se encamina hacia una dimensión en la que se conjugan la solidaridad, la promoción y la profesionalidad de la relación de ayuda. El camino parece poco traumático, puesto que la acción voluntaria, incluso organizada (es de- cir sujeta a un mayor control) resulta dotada en su constitución de una notable flexibilidad 33 GIOVANNA ROSSI Y LUCIA BOCCACIN REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES y de una capacidad de adaptación a los cam- bios que exigen la transformación de las áreas de necesidad y de las estrategias de so- lución de los nuevos y complejos problemas sociales. BIBLIOGRAFÍA BOBBA, L., Le associazioni de auto-aiuto in Italia. Fondazione Italiana per il voluntariato, Roma, 1995. BOCCACIN, L., I resultati emersi, en V. Cesareo, G. Rossi ( dirigido por), pp. 155-208. (1555-208). CESAREO, V., Prefazione, en V. Cesareo, G. Rossi (di- rigido por), pp. IX-XI, 1994. CESAREO, V., ROSSI, G. (dirigido por) Voluntariato e Mezzogiorno. Aspetti e problemi. Edizioni De- honiane, Bologna, 1996. COLOZZI, I., BASSI, A., Una soliedarietá efficiente. Il terzo settore e le organizazzioni di voluntariato, La nueva Italia Scientifica, Roma, 1995. COLOZZI, I., Il volontariato in Emilia Romagna, in L. Benedetti, M. La Rosa, A. Dandini (dirigido por), 1987. DONATI, P., donna e scambio simbolico in tre gene- razioni, in P. Donati, C.Cipolla., 1978. DONATI, P., La cittadinanza societaria, Laterza. Roma-Bari, 1993. HANSMANN, H.B., Encoraging Entry and Exit of non Profit Firmus, Relazione alla «Internatio- nal on non-profit Organization», Stresa, 26, 27 ottobre, 1995. HANSMANN, H.B., The role of nonprofit enterprise, Pompo Working Paper, nº1 «Yale Law Univer- sity», nº 89, April, pp. 838-98, (1990). MORRIS, M., Social Enterprise, National Council of Social Service, London, 1962. MURRAY, G.J., Voluntary Organizations and Social Welfare, Oliver and Boyd, Edimburgh, 1969. NORTH, D.C., Market and other allocations system in history: the challenge of Karl polanyy, in «Journal of European Economic History», 6, 1997. REI, D., Le organizazzioni del terzo settore, in Id, Servizi sociali e politiche, La nuova Italia Scientifica, Roma, cap. 8, 1995. ROSSI, G., COLOZZI, I. Il voluntariato in Italia. Alcu- ni dati dalla prima ricerca nazionale sui gruppi di volontariato. In P. Donati (a cura di), 1984, p. 282-317. ROSSI, G., I servizi prestati, in V. Cesareo, G. Rossi (a cura di) 1984, p. 282-317. ROSSI, G., La famoglia multidimensionale. Vita e Pensiero, Milano, 1990. WEISBROD, B., Private Good, Collective Good: the role of nonprofit sector, in K. M. ClarKson, D.L. Martin (eds) (1980), the economics of non pro- pietary organizations, JAI Press, Greenwich (1975). WEISBROD, B., The evolution and economics and so- cial importance of non-profit organization, Rela- zione a International Conference on non-profit organizations, Stresa, 26-27. Ottobre. WEISBROD, B., (1988) The nonprofit Economy, Har- vard University Press, Cambridge (MA). 34 GIOVANNA ROSSI Y LUCIA BOCCACIN REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO YASUNTOS SOCIALES RESUMEN: El voluntariado es algo decididamente muy variado que se desmarca de la simple acción in- dividual, desde la forma organizada pura hasta tipologías mixtas en las que el espíritu al- truista se convierte en el hilo conductor que une experiencias muy diversas. Éstas van desde la cooperación social, a las asociaciones legalmente reconocidas y a las fundaciones prosociales. El mensaje que el voluntariado envía en el momento actual es el de una realidad en profun- da evolución, que desde el modelo tradicional asistencial se encamina hacia una dimensión en la que se conjugan la solidaridad, la promoción y la profesionalidad. 35 GIOVANNA ROSSI Y LUCIA BOCCACIN REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR