Violencia
| Autor | Silvina Álvarez Medina |
| Páginas | 175-202 |
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CAPÍTULO VI
VIOLENCIA
La vida privada y familiar tiene una de sus repercusiones más severas
en los registros de maltrato en las relaciones familiares e íntimas. Las per-
sonas más expuestas a dicho maltrato se encuentran con frecuencia ubi-
cadas en posiciones de menor capacidad decisional, es decir, cuentan con
menor capacidad de autonomía, entendida esta como autonomía gradual
y relacional. Las personas vulnerables por su situación de subordinacióny
dependencia han sido las que con mayor frecuencia han sufrido la violen-
cia en el ámbito privado y familiar. Las niñas, niños y adolescentes son
exponente de esta situación de vulnerabilidad y opresión, y se pueden ver
expuestos a diversos tipos de abusos y violencias por parte de los adultos
en el ámbito familiar; dichos abusos han persistido en el tiempo al am-
paro de lo que en capítulos anteriores se ha denominado el mandato de
privacidad, que ha profundizado el aislamiento familiar y ha funcionado
como disuasor frente a la posibilidad de externalizar los conictos, como
se ha explicado en capítulos anteriores. En el marco de la subordinación
estructural que impone el patriarcado y sumado a situaciones especícas
de dependencia —psicológica, emocional, económica, por motivos religio-
sos, culturales, familiares u otros—, las relaciones familiares han propicia-
do que, en dichas situaciones, las mujeres hayan podido encontrarse en
una posición de vulnerabilidad y expuestas a diversos tipos de maltrato
o violencia.
La violencia contra las mujeres, tal como se registra en nuestras so-
ciedades, es un hecho social complejo que, naturalmente, no encuentra
su causa exclusivamente en la concepción de la vida privada y familiar
que aquí se ha trazado. Como se ha expuesto en la primera parte del Ca-
pítulo IV, una nutrida estructura que da forma a la sociedad patriarcal y
se proyecta en la construcción de roles, identidades y modelos relaciona-
Silvina Álvarez Medina
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les, se encuentra en la raíz del concepto de género y su repercusión en
la sexualidad, la reproducción y las situaciones de violencia en el ámbito
privado y familiar. Sin embargo, la concepción de la vida privada y fa-
miliar como espacio resguardado de la mirada pública, que tiene su raíz
en la concepción de la política y del derecho expuesta en el Capítulo I,
conforma un escenario en el que la violencia privada e íntima ha sido tra-
dicionalmente guiada hacia el silencio. Esta concepción de la vida íntima
guiada por el mandato de privacidad forma parte del entramado ideológico
que refuerza la posición de las mujeres como cuidadoras y dispensadoras
de bienestar íntimo, sustentadoras del ámbito privado, en un entorno sin
protecciones externas. Esta posición se recrea, como se ha expuesto en los
capítulos precedentes, a través de una concepción de su vida sexual, re-
productiva y de pareja, encuyo marco debe entenderse la violencia íntima
o violencia degéneroen las relaciones íntimas. Desde los años setenta del
siglo pasado, el feminismo ha realizado una intensa labor por desvelar las
situaciones de maltrato gestadas al amparo de la vida privada y familiar,
y mantenidas como parte de los acuerdos interpersonales íntimos, gober-
nados por la supremacía de la decisión autónoma que, a su vez, conere
legitimidad al mandato de privacidad, es decir, a las relaciones y acuerdos
del ámbito privado exentos del alcance de los poderes públicos. Dicha la-
bor del movimiento feminista ha ido acompañada de desarrollos políticos
y jurídicos que han servido de insumos para las más recientes elaboracio-
nes legales y jurisprudenciales. En lo que sigue expondré algunos de los
recorridos más importantes en relación con el maltrato o violencia íntima
contra las mujeres en las relaciones de pareja.
1. LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES EN LAS RELACIONES
ÍNTIMAS
La violencia contra las mujeres se puede manifestar de diversas mane-
ras y en diversos ámbitos. La violencia física es la cara más visible de dicha
violencia, pero no es la única y ni la más extendida. A menudo, los con-
textos de violencia están presididos por un trasfondo de maltrato emocio-
nal, de palabras que hieren con sus signicados, con su impostación, con
los gestos de que van acompañadas. Se trata de una violencia que afecta
aspectos psicológicos de las relaciones y de las personas involucradas en
ellas. En el contexto de desigualdad estructural creada por el patriarcado
y puesto de maniesto a través del género como categoría que expresa las
relaciones que se traban en dicho contexto, las violencias contra las mu-
jeres se insertan en un tejido que es histórico, social y cultural. Como ha
puesto de maniesto Rita S, hay formas o modelos de maltrato que
han llegado a naturalizarse, es decir, a ser aceptados como pautas actuales
o posibles de ciertos tipos de relaciones entre varones y mujeres. S
explica que, en las encuestas, cuando se pregunta a las mujeres si han su-
frido violencia en el ámbito familiar o doméstico, las respuestas negativas
son mayoritarias. Sin embargo, constata la autora, cuando las preguntas
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