Trabajo y Globalización

AutorImanol Zubero
CargoDepartamento de Sociología Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea
Páginas05
¿Globalización del trabajo?

Compro un libro para mi hija. Se titula Baserri alaia. Un vistazo a su contraportada me informa de que tengo entre mis manos un producto global. En su origen la historia procede de un libro publicado en inglés por una editorial ubicada en la ciudad de Surrey, en Gran Bretaña. La traducción del inglés al castellano fue realizada por una editorial de Buenos Aires, Argentina. Publicado en euskera por una editorial de San Sebastián, las tareas de impresión, es decir, la confección física del libro, tuvieron lugar en Tailandia. Desde Tailandia los ejemplares volvieron a Euskadi y se distribuyeron por las librerías. Y esto si nos fijamos tan sólo en las tareas de edición e impresión, que no agotan todo el proceso de composición y venta del libro. ¿De dónde procedía la madera utilizada para elaborar el papel? ¿Dónde se realizo la transformación?

Estamos hablando de un simple libro. Pensemos en un producto más complejo, como por ejemplo un coche. Robert Reich presenta un ejemplo del complejo funcionamiento de esta nueva red transnacional: "Cuando un norteamericano compra un Pontiac Le Mans a General Motors, inconscientemente está realizando una transacción internacional. De los 10.000 dólares que paga a General Motors, cerca de 3.000 van a Corea del Sur, donde se efectuaron los trabajos de rutina y las operaciones de montaje; 1.750 dólares van a Japón por la fabricación de los componentes de vanguardia (motores, eje de dirección e instrumentos electrónicos); 750 dólares a Alemania por el diseño y el proyecto del prototipo; 400 dólares a Taiwan, Singapur y Japón por los pequeños componentes; 250 dólares a Gran Bretaña por los servicios de marketing y publicidad; y cerca de 4.000 dólares pasan a los intermediarios estratégicos de Detroit, a los abogados y banqueros de Nueva York, a los lobbys en Washington, a las aseguradoras de todo el país, y a los accionistas de General Motors-la mayoría de los cuales son norteamericanos, aunque hay un número creciente de extranjeros" (Reich, 1993: 121).

Es la globalización, decimos. Nos hemos acostumbrado a desayunarnos con noticias sobre deslocalizaciones, anuncios de empresas que desplazan su producción a otros países, informes sobre la creciente presencia de trabajadores extranjeros en determinados sectores productivos, etc.1 Como la información ("Está Page 86pasando, lo estás viendo": así se publicitaba Canal + durante la guerra de Irak); como los productos que consumimos, los artefactos que manejamos o las prendas que vestimos; como el capital (según algunas fuentes, en 1998 las transacciones diarias en los mercados cambiarios alcanzaron un total de 1,4 billones de dólares, una cantidad cien veces mayor a la suma necesaria para cubrir las transacciones de bienes y servicios realizadas en ese mismo año)2; como los efectos del cambio medioambiental; como el "riesgo", mismo (Beck habla de la sociedad del riesgo global); como todo ello, el trabajo se ha vuelto un hecho global.

"Internacionalización", "globalización", "mundialización", son conceptos utilizados para denominar el nuevo estadio de un viejo proceso que supera los límites de la economía: el histórico encuentro entre las distintas regiones del mundo y sus desiguales resultados. Siglos de conflictiva relación han generado una auténtica economía-mundo capitalista (Wallace, 1990; Kindleberger, 1996), con perdedores y ganadores: la imagen Norte-Sur resume esta situación. A la luz de los trabajos de diversos autores, los rasgos principales del proceso de globalización de la economía son los siguientes:

-La economía capitalista mundial se convierte en el nuevo escenario para la acumulación de capital, escenario que supera a la acumulación a escala nacional, característica de la etapa de formación de mercados interiores. Esta acumulación a escala mundial implica una determinada forma de relación entre los agentes, dando lugar a la actuación de corporaciones transnacionales, en torno a cuya actuación se internacionaliza la economía y, más aún, se configura un auténtico sistema global (Sklair, 2003).-La internacionalización afecta a todo el conjunto del capital social: al ciclo del capital-mercancía, basado en la expansión del comercio internacional; al ciclo del capital-dinero, cuya máxima expresión es la exportación de capitales y la difusión de la inversión directa en el extranjero, acompañada de una profunda interrelación monetaria y financiera entre los diversos países; y al ciclo del capital productivo, cuya base se encuentra en la posibilidad de fragmentar los procesos productivos en busca de mayores rentabilidades del capital.-Esta internacionalización se da en el marco de un sistema estructuralmente estable, constituido por un centro (economías capitalistas con desarrollo autónomo, autocentrado, integrado y expansivo) y una periferia (eco-Page 87nomías dependientes, extravertidas, con desarrollo inducido desde fuera, desarticuladas y explotadas).-Las relaciones que se establecen entre los países del centro y de la periferia son relaciones de intercambio desigual, generando una situación de dependencia y supeditación que afecta a todos los ámbitos: económica, comercial, política, militar, ideológica, tecnológica (Vidal, 1987: 16-17).

¿Qué es lo nuevo, lo radicalmente nuevo, de la actual fase de internacionalización? Manuel Castells diferencia entre economía mundial (la descrita por Wallerstein y, antes que él, por Braudel), una economía en la que la acumulación de capital ocurre en todo el mundo, y la nueva economía global, caracterizada por ser "una economía con la capacidad de funcionar como una unidad en tiempo real a escala planetaria" (Castells, 1997: 119-124). En la práctica, sin embargo, tal capacidad sólo es posible en lo que se refiere a los mercados financieros (no así en los mercados laborales, de bienes y servicios, o en lo que tiene que ver con la ciencia y la tecnología).

No es el trabajo lo que se ha globalizado (en el sentido definido por Castells), sino el proceso de trabajo. La distinción es importante. A diferencia de lo que ocurre con el capital, potencialmente globalizable en todas y cada una de sus unidades (dólares, euros), el trabajo es indisociable de la persona trabajadora. Por su propia naturaleza, las personas no pueden ni deben ser movilizadas en el mercado global de la misma manera que otros factores de producción: no pueden desplazarse por el mundo en tiempo real, como el capital; no deben almacenarse, acumularse como stock, trasladarse de un mercado a otro en busca de la mejor relación de coste, etc. Pero, por encima de todo, al capitalismo global no le interesa que las personas puedan moverse por el mundo con libertad.3Porque la libertad de movimientos va asociada a la disposición de derechos. Y hoy como siempre-esto no cambia- la vieja batalla entre el proyecto político democrático orientado a la creciente desmercantilización de todos aquellos ámbitos de la existencia que nos permiten hablar de derechos y libertades, y la tendencia del capitalismo a mercantilizar cada vez más aspectos de nuestras vidas, sigue abierta.

La situación del trabajo en el mundo

En 1974 Harry Braverman publicaba su ya clásico Labor and Monopoly Capitalism. The Degradation of Work in the Twentieth Century. Puede ser cierto que, como alguien ha dicho, la obra de Braverman debe ser recuperada para ayudar-Page 88nos a interpretar las características actuales de los procesos de trabajo globalizados (Smith, 1995/96).

¿Qué está ocurriendo con el trabajo en el mundo? Siguiendo el informe Tendencias mundiales de empleo, publicado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT, 2004), podemos presentar el siguiente panorama (datos referidos al año 2003):

-A pesar de la mejora experimentada por el crecimiento económico tras dos años de declive (3,2 por ciento), el desempleo no ha dejado de crecer en la última década. Este incremento del desempleo ha afectado especialmente a los jóvenes, de manera que la tasa de desempleo juvenil en el mundo ha alcanzado una tasa del 14,4 por ciento, dos veces más que la tasa global de desempleo (6,2 por ciento). Según las estimaciones de la OIT, en 2003 había 185,9 millones de desempleados en busca de trabajo.

El desempleo en el mundo (en millones)

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NO INCLUYE TABLA

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-Paralelamente al citado empeoramiento de las tasas de empleo, se detecta un preocupante estancamiento de los trabajadores pobres (con ganancias de un dólar o menos al dia), asociados a estructuras de economía informal, llegando a los 550 millones. Más de 1.400 millones de trabajadores (la mitad de los alrededor de 2.800 millones de personas con empleo en el mundo) ganan menos de dos dólares diarios.-Esta situación convierte en altamente improbable el objetivo de Naciones

Unidas de reducir a la mitad la pobreza en el mundo para el año 2015. La OIT estima que, en el mejor de los casos, para esa fecha podría reducirse el porcentaje de trabajadores que viven en la pobreza del actual 49,7 por ciento al 40 por ciento.

Pero los datos cuantitativos no reflejan suficientemente la auténtica dimensión de lo que hoy está ocurriendo. Por ello, es fundamental fijarnos en algunas tendencias de fondo (Martin y Schumann, 1998: 123-173) que, de continuar progresando, amenazan gravemente no sólo el futuro del trabajo y de los trabajadores, sino los regímenes democráticos mismos.

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1. Generalización de los sistemas de...

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