Sindicalismo y democratización en el capitalismo global: el caso vasco

AutorJon Azkune, Eneko A. Romero y Jule Goikoetxea
Cargo del AutorUniversidad del País Vasco (UPV/EHU)/Universidad del País Vasco (UPV/EHU)/Universidad del País Vasco (UPV/EHU)
Páginas103-120
SINDICALISMO Y DEMOCRATIZACIÓN EN EL
CAPITALISMO GLOBAL: EL CASO VASCO
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DOI: 10.14679/13535
1. INTRODUCCIÓN
Saskia Sassen muestra cómo la globalización ha sido impulsada por los propios
Estados, transriendo elementos clave del estado-nación a las esferas privadas. Esto ha
dado como resultado el proceso que hemos denominado la privatización de la demo-
cracia (Goikoetxea, 2017). La transferencia de capacidades de Estado y, por lo tanto, de
capacidades políticas públicas (la toma de decisiones, creación e implementación de le-
yes, evaluación, regulación, producción y distribución) hacia manos privadas, sean
expertos, lobbies, grupos de interés, instancias ejecutivas o grandes corporaciones, son
todas características de la privatización de la democracia.
El proceso de vaciamiento de la capacidad pública (autoridad) del Estado ha sido
impulsada por diferentes estados-nación (no por necesidades objetivas del mercado o
verdades económicas universales) como resultado de relaciones de poder y los intere-
ses de las diferentes clases socioeconómicas. En ese sentido, la globalización no afecta
de la misma manera a todos los estados-nación, puesto que sus efectos dependerán de
las diferentes conguraciones internas de cada uno y de su propia estructura económi-
ca. De acuerdo con Sassen (2008), la globalización es el resultado del desensamblaje de
las lógicas organizacionales del estado-nación y de sus capacidades y su reensamblaje en
la escala económica, judicial y nanciera global. Estas nuevas capacidades y lógicas or-
ganizadoras dan como resultado una desnacionalización. Sin embargo, en ausencia de
unas estructuras políticas públicas a nivel internacional elegidas por el pueblo, la pala-
bra “desnacionalización” es un eufemismo. Sin estas estructuras a nivel global elegidas
y supeditadas al control popular, la “desnacionalización” es otro termino para indicar la
privatización de la democracia o la desdemocratización.
Jon Azkune, Eneko A. Romero y Jule Goikoetxea104
En el caso vasco una de las caras de la privatización de la democracia la encontramos
en la expulsión del sindicalismo, o al menos, de una parte del mismo. Así, observaremos
como se ha dado un vaciamiento en la capacidad de las llamadas Instituciones Estatales
Vascas (IEV) (Goikoetxea, 2013) en lo referente a las tomas de decisión sobre elementos
claves del mercado laboral, mediante la recentralización de las mismas en el Estado ma-
triz. Este fenómeno va acompañado de una expulsión sistémica, en el sentido referido por
la propia Sassen (2014), de las clases socioeconómicas tradicionalmente representadas
por los sindicatos, dándose una terciarización de la economía basada en trabajos femini-
zados de carácter precario o directamente no pagado (Goikoetxea, Lujanbio, Rodriguez
& Garai, 2020).
La respuesta sindical a este proceso de desdemocrtización es variada, si bien podemos
diferenciar dos grandes grupos: la denominada “mayoría sindical vasca, formada por dos
de los principales sindicatos (ELA y LAB) y otros sindicatos sectoriales (Steilas, Hiru...);
y el bloque formado por los sindicatos del Estado matriz, CCOO y UGT. Analizaremos
la estrategia de re-democratización del primer bloque, centrados en sus intentos de ins-
titucionalización a escala local de un proyecto de gubernamentalidad alternativo al
desarrollado por el Estado matriz y a otras IEV.
Para argumentar estas tesis, comenzaremos con una revisión de las teorías del Estado,
para poder desarrollar una relación causal entre, por un lado, la gubernamentalidad neo-
liberal y la desdemocratización, y, por otro, entre el sindicalismo y la democratización
valiéndonos para ello del enfoque relacional estratégico del Estado.
2. LA TEORÍA DEL ESTADO MÁS ALLÁ DE LAS MESAS SEPARADAS
En la mayoría de las lenguas romances y germánicas las palabras que contienen la
raíz st- tienden a reejar e(st)abilidad y, por ende, duración temporal: estatua, estructu-
ra, institución, estatuto, Estado… Por lo tanto, por mucho que intentemos prescindir de
ellas vuelven de una forma u otra a la primera línea del debate académico y requieren una
readecuación casi generacional. Sin embargo, estas reexiones no se hacen en el vacío,
sino condicionadas tanto por las corrientes dominantes en cada época como por el con-
texto político general.
A la hora de estudiar la cuestión, ha predominado la tendencia a la segmentación,
o lo que Gabriel Almond metafóricamente denominó “mesas separadas” (1988). En su
opinión, diferentes escuelas y sectas dentro de la ciencia política se sientan en mesas se-
paradas, cada una con su concepción adecuada de lo que es la ciencia política, pero cada
una manteniendo su propia vulnerabilidad (1988:828).
El debate sobre la teoría del Estado ha corrido de forma paralela a los grandes debates
en sociología y ciencia política entre los que destacan la disputa entre abstracción contra
empirismo, estructura y agencia o la separación entre estado y sociedad (Simón, 2004:47).
Mientras que cada corriente ha defendido la supremacía de su enfoque, solamente unos
pocos han intentado buscar un diálogo constructivo e integrar lo mejor de cada uno.
Creemos que entender la base de estos debates e intentar superarlos nos ayudará a
enriquecer nuestra perspectiva teórica y situarla en las rupturas epistemológicas más
importantes de las últimas décadas. Tal y como nos indica Simón, tanto Migdal que pro-

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