Profesorado y derechos humanos: más allá de los contenidos
| Autor | Sara Arrazola Ruiz/César Bernal Bravo |
| Cargo del Autor | Universidad Rey Juan Carlos/Profesor Universidad Rey Juan Carlos |
| Páginas | 111-128 |
[111] La educación y la justicia: una mirada para la formación inicial de docentes
ISBN: 978-84-1377-782-5
VI PROFESORADO Y DERECHOS HUMANOS: MÁS ALLÁ DE LOS CONTENIDOS
Existe una tendencia a reducir la cuestión de la educación en Derechos
Humanos a una doble vertiente: la prestacional, es decir, la universalización de
la educación y el acceso universal a la misma; y la programática en el sentido de
entender los Derechos Humanos como parte del contenido educativo. Hay una
tercera aproximación que suele dejarse fuera de los criterios que es la del papel
del docente en la relación entre Derechos Humanos y Educación. La educación
así entendida no es sólo un servicio público o un derecho sino también una
forma concreta de entender la enseñanza. Torquemada aborda bien la
problemática al exponer que
Hoy en día asociar la educación a la noción de derechos humanos
podría parecer una práctica absurda principalmente por dos razones. La
primera por la presencia de las múltiples problemática s que reflejan la
violación creciente a los derechos huma nos. La segunda por la falsa creencia
de que las instituciones educativas se encuentran en una dinámica que las
mantiene al margen de la problemática económica y social de su tiempo. Sin
embargo, es precisamente ahora cuando la escuela debe hacer patente su
necesidad de vincularse con la vida cotidiana160
La idea que subyace es que la escuela primaria debe contribuir, tal y
como se ha expuesto, al desarrollo de una moral ciudadana y no convertirse en
un instrumento meramente canalizador de conocimiento teórico o instructivo
o de futuro profesional. Es c ierto que el debate se plantea especialmente
entorno a la educación universitaria o superior pues se la considera bastante
estanca y teórica o alejada de la realidad. Hay una creciente preocupación por
acercar educación y realidad, por vincular conocimiento con utilidad social y
práctica, por, en definitiva, no aislar la educación del contexto s ocial en el que
se inserta. Integrar los Derechos Humanos en la pedagogía, concepto y práctica
educativa es un elemento clave para abordar esta cuestión o corregir esta
deficiencia de los sistemas educativos.
Romeo Dallaire, general al mando de las tropas de Naciones Unidas en
Ruanda durante el genocidio en una entrevista realizada en 2004 donde se le
preguntaba para qué servía la educación respondió que
El extremista o el africano que está en la estructura política de élite,
es una persona muy bien educada, estudia en las mismas escuelas que
nosotros y conoce muy bien la política internacional (...) están
160 TORQUEMADA A D La práctica educativa de derechos humanos en educación primaria
Eikasia. Revista de Filosofía,
nº13, 2007, pp. 181-204, p.182.
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ISBN: 978-84-1377-782-5
extraordinariamente bien formados intelectualmente. El problema es cómo
se les puede inculcar el sentido del humanismo, el respeto por los derechos
humanos161
La cuestión de la radicalización no es poco relevante, especialmente por
el papel preventivo de la educación en este aspecto y por el papel de alguna
manera integrador de la educación en Derechos Humanos; en otros términos,
la educación en Derechos Humanos ofrece un campo de acción en materia ya no
sólo de justicia social sino también de entendimiento de los valores universales,
fomentando climas de inclusión, de integración, que no de asimilación, y de
comprensión y respeto. Refiriéndose a América Latina, Mujica lo planteaba en
los siguientes términos:
El desafío es construir una sociedad en la que los derechos humanos
sean su fundamento ético y funcionen como pautas tanto para la vida política
como para la vida cotidiana, que regulen las conductas de las personas y de
los ciudadanos. Pero, ¿cómo asumir ese desafío?, ¿le toca a la educación
asumir la tarea?, ¿cómo pedirle que asuma este reto una educación que en
mayor o menor grado está en crisis en nuestro continente? Hay que
considerar que la crisis de nuestros sis temas educativos no obedecen sólo al
fracaso de lo s diversos ensayos educativos que se han hecho en diversos
lugares y en diferentes momentos sino, fundamentalmente, a que no se le
asigna a la educación el lugar que v erdaderamente le corresponde dentro de
un proyecto de desarrollo global de los países, que tenga base y proy ección
humana162
El planteamiento es extrapolable también a las sociedades europeas
especialmente en la coyuntura actual donde desde la acuciante crisis económica
del año 200 8, todo el sistema de integración, de bienestar y de Derecho se ha
visto sometido a numerosas tensiones que lo han dejado casi en sus cenizas. No
son pocas las críticas hacia la sostenibilidad del sistema y es cierto que, de
nuevo, en términos puramente economicistas los sistemas de gestión requerían
entonces y requieren de una revisión pero esta no se articula solamente en
términos de ingresos y gastos sino también en términos de gobernanza. El uso
de un criterio totalmente aritmético para determinar o para definir el futuro de
las sociedades deja al margen el principal elemento de las mismas, a saber, lo
humano. La labor educativa es esencial en ese sentido pues debe dar al
individuo el papel que le corresponde como parte de un engranaje social
complejo y no sólo productivo, como parte de un entorno diverso en el que debe
manejarse y como parte de un clima de entendimiento. No s e trata de
circunscribir el debate a si es necesario un criterio económico o un criterio
161 COELLI I Ruanda la herida abierta de un fracaso de la humanidad Entrevista a Roméo
Dallaire
Papeles,
nº86, pp.159-168, p. 160.
162 MUJICA R M Qué es educar en derechos humanos
Idela,
vol. 15, nº7, 2007, pp. 21-36, p.
22.
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