Estudio sobre el conocimiento que poseen los ciudadanos de los símbolos y advertencias que figuran en los productos peligrosos de uso y/o consumo

AutorNelson Castro Gil
Páginas96-146

    Estudio elaborado por Nelson Castro Gil. (I.N.C.).

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I - Introducción

Dentro del marco de los derechos al consumidor, la Ley General para la Defensa de los Consumidores y usuarios -Ley 26/1984, de 19 de julio-, tipifica dos aspectos de gran importancia, como son: «la protección contra los riesgos que pueden afectar a la salud o seguridad» (art. 2.1.a) y el de «la información correcta sobre los diferentes productos o servicios y la divulgación para facilitar el conocimiento sobre el adecuado uso, consumo o disfrute» (art. 2.1.d).

A partir de estos postulados, las autoridades públicas, en sus distintos ámbitos competenciales, -salud pública, sanidad ambiental, transporte de mercancías peligrosas, protección al consumidor, etc.- han adoptado multitud de normas y realizan estrictos controles de mercado, al objeto de alcanzar un nivel elevado de protección a los individuos y al medio ambiente, eliminando las probabilidades de riesgos que pueden causar las denominadas sustancias o productos peligrosos; entendiendo por tales, los preparados o sustancias tóxicas, inflamables, nocivas, irritantes, corrosivas, explosivas, comburentes y peligrosas para el medio ambiente.

Esta categorización de productos peligrosos viene definida por la identificación de los efectos indeseables que una sustancia o preparado, de los anteriormente señalados, es capaz de provocar, ora por las propias características inherentes del producto, ora por el inadecuado uso dado al mismo por el consumidor.

Con el fin de tener un más amplio conocimiento, el Instituto Nacional del Consumo (Inc.) ha realizado una investigación a escala nacional, mediante una encuesta, que permitiese verificar el conocimiento o la comprensión que poseen los ciudadanos del etiquetado preceptivo para los productos peligrosos existentes a su disposición en el mercado, entre otras cuestiones.

La importancia de la investigación hay que enmarcarla dentro de los programas existentes de protección al consumidor, en el ámbito específico de la seguridad de productos. No debe olvidarse, por otra parte, que la misma se engloba en un concepto integral de protección que hay que implementarla con la información existe a través de otros estudios, algunos realizados por el I.N.C, como por ejemplo el Sistema Comunitario de Información sobre Accidentes en el Hogar y del Tiempo Libre-EHLASS1 o la información estadística elaborada por el Servicio de Información Toxicológica (S.I.T.)2, así como otros trabajos realizados por las distintas administraciones3, de manera predominante la Dirección General de Salud Pública, a través de la Subdirección General de Sanidad Ambiental, del Ministerio de Sanidad y Consumo4.

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A partir de los datos EHLASS, que ofrecen información sobre los accidentes que han tenido lugar en los hogares o durante las horas de esparcimiento, y que han necesitado de la intervención de un profesional de la salud, se han observado que algunos productos denominados como peligrosos acarrean un buen número de accidentes. Así, en 1993 se vieron afectados por envenenamientos e intoxicaciones el 1,1% de la población y en 1995 el 1,6%, porcentajes que no agrupan sólo accidentes surgidos por el tipo de productos a estudio. (Ver gráficos n.os 1 y 2).

En paralelo a los datos anteriores, destaca la actividad del Instituto Nacional de Toxicología (I.N.T.). Esta Unidad tiene, entre otras misiones, la de ser centro de asesora-miento e información en materia toxicológica. Así el Servicio de Información Toxicológica, recepciona y da respuesta a las solicitudes de consejos, consultas a informaciones planteadas telefónicamente por los usuarios u otras instancias de los productos peligrosos existentes en el mercado -productos de limpieza, medicamentos, productos del hogar, productos agroquímicos, etc.-

CUADRO N.° 1. Distribución según tipo de productos objeto de consulta en el S.I.T. en 1995

Con el objeto de poseer un mayor número de elementos para el análisis, datos enumerados como indicativos no extrapolarles, a continuación se describen las cifras de aquellos grupos de productos que se analizaron en la encuesta presente -plaguicidas de uso doméstico, productos del hogar y productos de limpieza doméstica- y que, a su vez, fueron objeto de alguna consulta ante el Servicio de Información Toxicológica (ver cuadro °1)

Las cifras descritas, con un carácter indicativo, en el cuadro anterior, como aquellas que se refieren a EH-LASS, tienen como motivación el divulgar los potenciales riesgos que estos productos poseen. Hecho que conduce a destacar la importancia en el desarrollo de todo tipo de medidas preventivas, cautelares o informativas, en beneficio de la seguridad de sus potenciales usuarios.

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Gráfico 1. Lesiones más graves del accidente: 1993 (4.093 = 100%)

[VEA EL GRÁFICO EN EL PDF ADJUNTO]

FUENTE: EHLASS-1993. I.N.C. 1994.

GRÁFICO 2. Lesiones más graves del accidente: 1995 (3.278 = 100%)

[VEA EL GRÁFICO EN EL PDF ADJUNTO]

FUENTE: EHLASS-1993. I.N.C. 1994.

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[VEA EL CUADRO EN EL PDF ADJUNTO]

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Cuadro N.° 1. (Continuación)

[VEA EL CUADRO EN EL PDF ADJUNTO]

FUENTE: Estadísticas 1995. Servicio de Información Toxicológica. I.N.T. 1996.

II - Objetivos de la investigación

Al objeto de centrar la cuestión que se va a abordar, hay que indicar que la mayoría de los productos existentes en los hogares -productos de limpieza, bricolaje y jardinería-, no son intrínsecamente peligrosos, ya que los niveles de concentración de las sustancias químicas que los componen, como el nivel de exposición e incidencia a la que están sometidos sus usuarios, así como la gravedad de las repercu-siones a las que están expuestos sus usuarios no son excesivamente graves. Ahora bien, el simple hecho de la posibilidad o probabilidad de su utilización encierra determinados riesgos, independientemente de la gravedad.

Por todo ello, la comercialización de los productos, denominados como peligrosos, está sujeta a una serie de exigencia que permiten conocer su peligrosidad y sus condiciones de manipulación, así como identificar al responsable de su puesta en el mercado.

A escala internacional la comercialización de los productos peligrosos está muy reglamentada existiendo una gran variedad de disposiciones según los distintos países, aparte de las normas relativas al transporte.

En el ámbito de la Unión Europea (U.E.) existe un procedimiento armonizado para la comercialización de sustancias y preparados peligrosos recogido en diferentes disposiciones que contemplan aspectos relativos a notificación, clasificación, envasado, etiquetado y fichas de datos de seguridad, y que tiene por objeto lograr una eficaz protección del medio ambiente, la salud y la seguridad.

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Estas disposiciones, de obligado cumplimiento para la comercialización de los productos en cuestión en todo el ámbito de la U.E., han sido transpuestas en su mayoría al ordenamiento jurídico español por la Subdirección General de Sanidad Ambiental de la Dirección General de Salud Pública del Ministerio de Sanidad y Consumo. Así, las autoridades competentes en la materia poseen una sensibilidad especial hacia aquellos productos que pueden producir riesgos para la salud. Este hecho se constata mediante la implantación y desarrollo de diversos y variados mecanismos, que garanticen que los productos puestos a disposición del público en general sean seguros: normas5, controles de mercado, sistemas de notificación e intercambio de información entre distintos estamentos y servicios de información, consulta y asesoramiento a los consumidores.

Ahora bien, existe un segundo escalón que está referido al comportamiento, hábitos y actitudes de los consumidores y usuarios frente a los distintos productos que se denominan peligrosos y que tienen una gran presencia en los domicilios. La importancia de este segundo nivel, respecto a la seguridad, tiene mucho que ver con la lectura y comprensión de los pictogramas y leyendas preceptivas en los envases, con el cumplimiento y seguimiento de las normas de uso o utilización, con la cautela y prevención en la utilización de determinados productos que conlleva riesgos para sus usuarios o para terceros, etc.

Sobre la base de esta última circunstancia, ha sido por el que se diseñó una investigación dirigida a verificar el conocimiento y comprensión que poseen los ciudadanos del etiquetado de los productos y sustancias peligrosas de gran consumo. Para ello, se marcaron los siguientes objetivos:

  1. - Posicionar, a juicio de los entrevistados, la percepción del grado de peligrosidad de una serie de productos o sustancias existentes habitualmente en los hogares.

  2. - Determinar si los consumidores interpretan correctamente los símbolos obligatorios -inflamable, comburente, explosivo, irritante, tóxico, corrosivo, nocivo y peligroso para el medio ambiente- que se imprimen en los envases.

  3. - Detectar si los individuos encuestados saben diferenciar o relacionar fácilmente los conceptos, pictogramas y leyendas de los atributos «inflamable» o «muy inflamable», «nocivo» o «irritante», «tóxico» o «muy tóxico» u otros distintivos de seguridad, y si...

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