Nuevo poder financiero y modelo de empresa: una fuente de fragilidad del sistema [*]

AutorCatherine Sauviat
CargoInvestigadora del IRES (Francia)
Páginas04

En Estados Unidos, este comienzo de siglo se ha visto marcado por un recrudecimiento de las quiebras y por resultados negativos de numerosos grupos industriales y de servicios. En el año 2000, el ciclo bursátil en alza que duraba desde comienzos de los 80 se invierte y finaliza un ciclo de crecimiento de la productividad, particularmente sostenido, a lo largo de toda la segunda mitad de los años 90. La concatenación de estos acontecimientos no es algo nuevo en la historia americana, sometida bastante regularmente a ciclos económicos y financieros de mayor o menor alcance. Aunque deba por ello relativizarse, pone en evidencia una lógica de un nuevo modelo que, a partir de los años 90, parece influenciar el comportamiento de las grandes empresas y de sus directivos: la búsqueda de una optimización de la rentabilidad de los capitales propios basada en la valoración de las cotizaciones en bolsa, lo cual supone a la vez un incentivo para el crecimiento vía fusiones-adquisiciones y un medio primordial de inversión financiera para los directivos; una tendencia evidente a manipular las cuentas para aligerar los balances de las sociedades y producir los beneficios esperados por los mercados. Las dos quiebras más importantes de la historia americana (Enron y WorldCom) son una muestra casi perfecta de esta gestión empresarial al servicio exclusivo de las cotizaciones en bolsa.

Al parecer, esta lógica tiene poco que ver con la que había prevalecido y guiado el comportamiento de las empresas y de sus directivos hasta los años 70. Sin lugar a dudas, ha sido preparada por la fase de reorganización financiera de las grandes empresas americanas durante los años 80 (Fligstein & Markovitz, 1993). En todo caso resulta de la afirmación de un nuevo tipo de poder financiero basado, en primer lugar, en los inversores institucionales (es decir, en las instituciones financieras no bancarias), pero, también, en el marco de una redefinición más general, dentro del campo global del mundo financiero, de las relaciones de fuerza entre bancos de inversión, corredurías, bancos comerciales, compañías de seguros, gestores de activos, etc... Este poder ha podido afirmarse y consolidarse gracias a ciertos cambios institucionales que han marcado la economía americana a mediados de los años 70 y que han canalizado enormes movimientos de ahorro hacia los mercados financieros. Ha contribuído a dar forma a un modelo de empresa específico, tanto desde el punto de vista de su racionalidad económica como de su organización interna. De esta manera, también ha modificado la naturaleza de los riesgos a los que se exponen las empresas a partir de ahora y que se ilustran por concatenaciones casi mecánicas que conducen a la quiebra.

Así pues, la trama central y el principal interrogante de este artículo está constituido por la viabilidad a largo plazo del modelo económico de empresa configurado por el nuevo poder de las finanzas. Este modelo de empresa no podría haberse desarrollado sin un nuevo contexto macroeconómico y macroinstitucional, que fue anunciado en sus relaciones sistémicas por Aglietta (1998), bajo la denominación de capitalismo patrimonial. Refiriéndose al procedimiento regulador, nuestra problemática podría plantearse así: cómo una arquitectura institucional particular (aquí, el mercado financiero) influye sobre las decisiones organizativas y estratégicas de las firmas y sobre su viabilidad a largo plazo. Se nos podría objetar la diversidad de formas existentes de organización empresarial en el seno de la economía americana. De las dos versiones formalizadas por Aoki (2001), es la gran empresa tradicional tal y como es analizada por Chandler (1990) la que resulta beneficiada por el análisis, antes que la empresa de la Silicon Valley. Pero ello no debe cuestionar el alcance general de nuestro interrogante. Y más teniendo en cuenta que la empresa de la Silicon Valley puede considerarse un modelo de empresa paroxística configurado por el mercado financiero.

En primer lugar, recordaremos brevemente las condiciones que han hecho posible el surgimiento de un nuevo tipo de poder financiero, es decir, aquellas que han transformado el capital financiero portador de interés en un capital financiero portador de derechos de propiedad. En segundo lugar, reflejaremos los efectos más importantes de este nuevo tipo de poder financiero en la evaluación de la empresa y en la configuración de un modelo típico, insistiendo en la función desempeñada por ciertos intermediarios en la difusión de este modelo. En tercer lugar, esbozaremos a grandes rasgos y más como un programa de investigación que como una demostración finita, las tendencias dominantes que afectan al funcionamiento de este nuevo modelo de empresa y que hacen pensar que este modelo está lejos de ser viable a largo plazo. Finalmente, demostraremos en un cuarto punto que esta viabilidad es cuestionada por añadidura porque este modelo de empresa destruye, en los mecanismos de construcción institucional, la confianza indispensable para controlar los mercados financieros. Desde este punto de vista, analizaremos, en función de las experiencias de Enron y de WorldCom, las lógicas que explican que dos mecanismos esenciales de este dispositivo de control (los auditores y los analistas financieros) fallen de manera particular. Y cómo los directivos empresariales han conseguido invertir la nueva configuración de fuerzas a su favor, convirtiendo en todavía algo más frágil su modelo de empresa.

Las condiciones del surgimiento de un nuevo tipo de poder financiero

El surgimiento de un nuevo tipo de poder financiero se ha visto favorecido por cambios de naturaleza macroeconómica y macroinstitucional. El ahorro financiero de los hogares, acumulado con vistas a la jubilación, ha generado el desarrollo de la industria financiera de gestión colectiva en Estados Unidos. Con respecto a esta evolución, el control de la acumulación del capital, que ha sido durante mucho tiempo el resultado de un arbitraje que se daba principalmente entre los bancos y las empresas, sin que los accionistas hayan podido revindicar ningún tipo de poder, se ha desplazado a favor de los nuevos agentes. A partir de los años 80, se han instaurado nuevas relaciones de fuerza entre los inversores institucionales, convertidos a la vez en los nuevos accionistas y los principales creadores de empresas (fondos de pensión, mutual funds, filiales de bancos especializados en la gestión de activos) y estas mismas empresas. En ambos casos, el Estado forma también parte de esta relación, por su capacidad de legislar y por su política económica y financiera. Este proceso ha dado lugar, por un lado, a una recomposición de la industria financiera y, por otro, a que las empresas hayan recurrido a los mercados financieros cada vez con mayor asiduidad. Esto no hubiera podido producirse sin un vacío reglamentario en el mundo financiero, en los intercambios y en la inversión directa que fijan el marco macro institucional de esta evolución y la condicionan.

El desarrollo del ahorro «institucional» y la importancia adquirida por los inversores institucionales

El aumento del ahorro para la jubilación de los empleados americanos nacidos en el baby-boom y en el período de crecimiento fordista fundamenta el desarrollo de los haberes de los inversores institucionales y de su nuevo poder. Los fondos de pensión (FP) americanos, que han recibido este ahorro, han visto que sus haberes financieros han aumentado muy notablemente a partir de los años 80, tal y como lo muestra el gráfico 1.

La ley ERISA de 1974 ha favorecido el aumento de este ahorro para la jubilación exigiendo a los fondos de pensión con prestaciones definidas que, de ahí en adelante, estén provisionados. Ha incitado así mismo a los FP a confiar la gestión de sus fondos a gestores especializados (money managers). Las ventajas fiscales establecidas a principios de los años 80 con ocasión de la creación de regímenes empresariales de cotizaciones definidas (401 k) y de planes individuales de jubilación (IRAs) han contribuído al desarrollo del ahorro salarial. La cotización en bolsa ha influido en el crecimiento del stock de ahorro acumulado, en un contexto de burbuja financiera característica, especialmente, de la segunda mitad de los años 90.

Frente a esta oferta de ahorro acrecentado, la política de colocación de los FP se ha orientado hacia activos cada vez más arriesgados, a medida que la legislación federal surgida de la ley ERISA aflojaba las restricciones en la materia en los años 80 (Duca, 2001) y que el mercado bursátil ofrecía perspectivas de ganancias crecientes. Los grandes FP del sector público, sujetos durante mucho tiempo a reglamentaciones estatales en su estrategia de asignación de carteras (Useem & Hess, 1999), se han puesto a invertir de forma creciente en los años 90: en septiembre del año 2000, la cotización en acciones de su cartera había alcanzado un 61% (excepto en el caso del capital de riesgo) mientras que sólo suponía un 30% de media en 1985, lo cual representa enormes flujos monetarios orientados hacia el mercado accionarial. Durante el mismo período, los FP empresariales con prestaciones definidas del sector privado hacían lo mismo, el porcentaje de sus acciones en carteras pasaban de un 48% a un 63%. Finalmente, mientras que los planes 401k eran poco importantes en 1985 y se invertían masivamente en productos de seguros (contratos garantizados), habían acumulado haberes muy importantes en el año 2000 (1.800.000 millones de $) y se invertían masivamente en acciones (69%). Estos tres factores de aumento de la demanda de inversión en acciones han contribuido a aumentar el precio de las acciones y, asimismo a acelerar esta demanda por parte de los inversores individuales (crecimiento de la inversión en acciones de las cuentas individuales de jubilación de tipo IRAs) y de los inversores extranjeros. Por lo tanto, la institucionalización del ahorro explica en parte el...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR