Una nueva generación y otros grandes aportes

AutorMiguel Ayuso
Cargo del AutorCatedrático de la Facultad de Derecho (ICADE) de la Universidad Pontificia Comillas de Madrid
Páginas81-97
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6. UNA NUEVA GENERACIÓN
Y OTROS GRANDES APORTES
Para 1982 se pensó en el tema de la democracia, plan-
teado sin tapujos. El título acordado, para los días 12, 13
y 14 de noviembre, era «¿Crisis de la democracia?» 155. Una
errata de imprenta lo convirtió en «¿Crisis en la democra-
cia?». De alguna manera era más acertado. Pues la democra-
cia podía ser considerada como un reflejo de la crisis políti-
ca, en sí misma, de manera que una crisis coyuntural podía
agravar una crisis endémica. Como quiera que sea, una vez
producido el error, se prefirió dejar las cosas como estaban.
Se programó el temario con cuidado y volvieron una parte
de los pesos pesados que quedaban, con exclusión de Euge-
nio Vegas, que iba declinando físicamente, aun conservan-
do la memoria y la lucidez asombrosas que siempre tuvo.
Pero se mantuvieron algunos de los jóvenes incorporados
a la primera división de las ponencias. Quedó así: Estanis-
lao Cantero, Rafael Gambra, Gonzalo Ibáñez, Juan Vallet,
Francisco Canals, Miguel Ayuso, Enrique Zuleta, Vladimiro
Lamsdorff, Federico Müggenburg, Federico Cantero, Javier
Urcelay y Abelardo de Armas. Cuatro precisiones. La pri-
mera, la presencia de Gonzalo Ibáñez, que –como se dijo
antes– vivió en Madrid en los momentos del acceso al poder
de Allende, lo que determinó el regreso a su tierra natal,
justo cuando muchos eran los que se iban de Chile. Ahora,
años después, había elegido París en lugar de Madrid para
doctorarse. Sobre todo por cursarlo, muerto Elías de Teja-
155 Verbo (Madrid), n. 207-208 (1982), pp. 689-691, y n. 209-210 (1982),
pp. 963-964, respectivamente programa y crónica.
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Miguel Ayuso
da, bajo la dirección de Michel Villey con una tesis crítica
del personalismo. La segunda, mi propia ponencia. Yo tenía
asignado un foro, sobre «La evolución ideológica en torno
al centralismo», que no dejé de exponer y publicar en Ver-
bo, pero dos meses antes José Antonio García de Cortázar,
a quien se le había atribuido desarrollar «El totalitarismo
democrático», tuvo un problema de salud, creo que en la
vista, de la que siempre anduvo mal, hasta el punto de aca-
bar ciego, llevando la limitación de una manera admirable
que a todos nos edificó. El caso es que Juan Vallet me llamó
y me dijo que tenía que asumirla yo. De manera que, todavía
estudiante universitario, volví a repetir ponencia, pero en
un congreso que no estaba concebido como el anterior. Fue
una gran responsabilidad. Recuerdo todavía, como si fuera
hoy, la sala de los Dominicos de Alcobendas, llena de ami-
gos, pero también de desconocidos, y también algún error
mío en la pronunciación del francés, que entonces estaba
empezando a leer de modo autodidacta. La especial asisten-
cia procedía de la programación de un tipo de sesión que
hasta entonces había sido inédita en nuestras reuniones, la
de una mesa redonda, que concitó especial interés y en la
que intervinieron, entre otros, dos personas de relieve aje-
nas a la Ciudad Católica: Gonzalo Fernández de la Mora y
Vintila Horia. Del segundo señalaré escuetamente que se
trataba de una verdadera figura de la literatura y el pensa-
miento que, a esas alturas, reinaba en las páginas culturales
del diario El Alcázar, caracterizadas por un gnosticismo di-
fuso a veces netamente distinguible y por una marginación
del tradicionalismo católico. Vintila Horia no era ajeno a lo
primero. Y, en cuanto a la segundo, ignoro su responsabi-
lidad en ello. Respecto de Gonzalo Fernández de la Mora,
me remito a lo que abajo se ha de consignar. Una última
anotación sobre Federico Müggenburg Rodríguez-Vigil. Ar-
quitecto mejicano, amplió estudios en la Universidad Com-
plutense de Madrid, enlazando con el grupo de la Ciudad
Católica. En 1970 Verbo publicaba una reseña de su libro La
Cruz, ¿un ariete subversivo?, escrita por Alberto Ruiz de Ga-
larreta 156, donde hablaba ya a la sazón de «nuestro querido
156 A.R.G., «recensión» al libro de Federico Müggenburg, La cruz, ¿un
ariete subversivo?, en Verbo (Madrid), n. 89 (1970), pp. 897-899.

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