Los distintos aportes

AutorMiguel Ayuso
Cargo del AutorCatedrático de la Facultad de Derecho (ICADE) de la Universidad Pontificia Comillas de Madrid
Páginas19-39
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2. LOS DISTINTOS APORTES
Aun sin negar el impulso inicial decisivo de Eugenio
Vegas, es de justicia reconocer que –al igual que en Acción
Española– el empeño iba más allá de su persona. De modo
que se hace necesario calibrar los distintos caudales que
allegaron sus aguas en ese cauce. Para empezar, entre quie-
nes constituyeron las sociedades no todos participaron ac-
tivamente, o no por mucho tiempo. Y, a continuación, se
sumaron pronto otras personas que sí iban a hacerlo en
cambio. El aporte de éstos no fue siempre del mismo tipo:
intelectual en algunos, económico o incluso moral en otros.
Una vez más ha sido Juan Vallet, pues Eugenio Vegas no
dejó escritas sus memorias de esta fase de su vida, a quien
hemos de acudir para repasarlo.
Distinguía al respecto Vallet tres principales afluentes,
que –según se mire– podrían ser cuatro o incluso cinco.
La estela de Eugenio Vegas
El primero no podía ser otro que el de Eugenio Vegas
y sus amigos. Pero aquí, a su vez, se hace preciso distinguir
entre sus viejos camaradas de lucha de los tiempos de Acción
Española y otros posteriores.
De los primeros no hubo muchos que se incorporaran,
aunque sí algunos de los que en la República eran jóvenes
estudiantes. Es el caso del ya mencionado Gabriel Alférez,
convertido con el tiempo en Letrado del Ministerio de Justi-
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Miguel Ayuso
cia, de procedencia integrista 22. Fidelísimo desde que tengo
memoria a las reuniones de los martes en la sede de la calle
del General Sanjurjo, luego José Abascal, primer despacho
notarial de Juan Vallet en la capital, que donó a la Funda-
ción Speiro. También el de José Antonio García de Cortázar
y Sagarmínaga, que durante muchos años figuró en la man-
cheta de Verbo como director por el hecho –a la sazón exigi-
do– de tener un viejo carnet de periodista, arrumbado des-
de que abandonó esa profesión para ganar plaza de notario
de Alcoy, donde permaneció muchos años 23. Cuando volvió
a Madrid, y antes de quedarse ciego, su presencia siempre
risueña y un punto ingenua, sazonaba de alegría la tertulia
de los martes. Cortázar, como Alférez, había frecuentado de
estudiante la de Acción Española, y en su familia había una
veta carlista muy activa, aunque no en él. Su sobrino Juan
Carlos, por ejemplo, aparcó sus estudios de ingeniería in-
dustrial para acompañar en 1965 a Don Sixto Enrique de
Borbón en su aventura legionaria 24. José Antonio Cortázar,
por cierto, había pasado por la Legión en la guerra, como
Teniente provisional, en la misma IV Bandera en que reca-
ló Eugenio Vegas con nombre supuesto. De él escribió en
su despedida: «Otros le llorarán como hombre ejemplar,
22 Francisco José F   C, «In memoriam Gabriel
Alférez», Verbo (Madrid), n. 369-370 (1998), pp. 925-931. Se advierte la men-
talidad tradicionalista de Gabriel Alférez, al margen del asunto dinástico,
en toda su obra, pero singularmente en su trabajo «Eugenio Vegas, apóstol
del derecho público cristiano», Verbo (Madrid), n. 337-338 (1995), pp. 691-
707. Se le debe incluso una Historia del Carlismo, Madrid, Actas, 1995, de la
que el mismo Fernández de la Cigoña, al reseñarla en Verbo (Madrid), n.
343-344 (1996), pp. 432-435, destacó su espíritu militante y apostólico más
que erudito.
23 Cfr. Francisco  G, «In memoriam José Antonio García de
Cortázar y Sagarmínaga», Verbo (Madrid), n. 261-262 (1988), pp. 25-31. Hay
que tener en cuenta las limitaciones administrativas que conocía la prensa y
que, sin duda, marcaron el nombramiento de director, por más que de facto
fuera Juan Vallet. Limitaciones que no sólo afectaban a eso. Quien escri-
be recuerda, avanzados los años setenta, durante el proceso de elaboración
de la Constitución de 1978, las ironías cuando el número de asistentes a la
tertulia excedía de un cierto número, pues podría haber determinado la
disolución gubernativa.
24 Véase Manuel  S C, Apuntes y documentos para la historia
del tradicionalismo español (1939-1966), tomo 27 (1965), Madrid, Gráficas La
Torre, 1991, pp. 83-86.

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