Interacciones educativas en la comunicación de la ciencia.

AutorIsidro Moreno Sánchez
CargoFacultad de Ciencias de la Información. Universidad Complutense de Madrid.
  1. Interacciones en el laberinto del conocimiento

    Una investigación rigurosa o un libro excelente sobre cualquier materia suponen una aportación sobre ella y sus relaciones con otras ramas del saber. Otros muchos libros afrontan la loable y necesaria tarea de sistematizar y resumir el conocimiento de una determinada área. Investigadores y estudiantes son conscientes de que aprehender y aprender el conocimiento, por muy específico que sea, en un solo libro es imposible; pero también es imposible lograrlo con todas las investigaciones y todos los libros del mundo, porque el conocimiento abre continuos senderos que se bifurcan dando

    acceso a infinitos laberintos que esperan ser explorados.

    'El universo (que otros llaman la Biblioteca) se compone de un número indefinido, y tal vez infinito, de galerías hexagonales, con vastos pozos de ventilación en el medio, cercados por barandas bajísimas.

    Desde cualquier hexágono, se ven los pisos inferiores y superiores: interminablemente'.

    El centro de esta biblioteca es (...) 'cualquier hexágono, cuya circunferencia es inaccesible. (...) Como todos los hombres de la Biblioteca, he viajado en mi juventud, he peregrinado en busca de un libro, acaso del catálogo de catálogos; ahora que mis ojos casi no pueden descifrar lo que escribo, me preparo a morir a unas pocas leguas del hexágono en que nací' (Borges, 1994).

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    Acceder a la Universidad es adentrarse en el apasionante y complejo laberinto del conocimiento. Las claves están en el conocimiento mismo. Y esas claves nos ayudan a elegir los hexágonos que mejor se adaptan a nuestras inquietudes y a descubrir las interacciones entre ellos. Las preguntas crecen y una cierta desazón invade a los jóvenes cuando tienen que afrontar las diversas materias sin un conocimiento perfectamente limitado a las páginas de un libro de texto.

    www.contenidos.com/literatura/borges/laberin0.htm

    Sin embargo, esa desazón puede transformarse en goce científico al descubrir que la materia está abierta a muchas aportaciones, incluida la nuestra, y que el profesor -si de verdad lo es- está ahí, a nuestro lado, para alumbrar esos senderos que se bifurcan continuamente y acompañarnos en su recorrido, y no para enfrentarse a nosotros y deslumbrarnos con pequeños trechos que él conoce muy bien.

    Con cierto estupor, me comentaba una profesora que había observado cómo los alumnos de los primeros cursos eran una esponja y que tenía la sensación de que, en lugar de ir dilatando sus poros, según avanzaban los cursos, esa esponja se iba transformando en un caparazón.

  2. Interacciones educativas

    Una buena comunicación entre docentes y discentes es la clave fundamental para conseguir unas interacciones educativas adecuadas en la enseñanza universitaria; pero hay otras muchas claves que, con frecuencia, se olvidan. Dichas interacciones comienzan cuando los jóvenes estudiantes deben elegir la especialidad universitaria que cursarán. En esta elección predomina la intuición sobre el conocimiento, a pesar de la trascendencia que conllevan los estudios superiores.

    Una vez admitidos en una determinada Facultad, no siempre se les explicará su nuevo entorno con todos los servicios que tendrán a su disposición, así como sus derechos y obligaciones.

    Este espacio reducido puede parecerles un oscuro laberinto casi inexpugnable. Por ejemplo, los pasillos de acceso a los estudios de radio, salas de edición, platós... de la Facultad de Ciencias de la Información pueden antojarse complejos pasadizos por los que aún deambulan los fantasmas de la película 'Tesis' de Alejandro Amenábar o los laboratorios de Medicina, enigmáticas salas en donde el Dr. Jekyll se transforma en Mr. Hyde.

    Si el entorno físico no es fácil de conocer, el humano resulta mucho más complejo, pues los despachos de los profesores suelen estar diseminados por toda la Facultad y la señalética no siempre es la óptima.

    A medida que se conoce mejor la Facultad de cada uno, tanto los ámbitos físicos como a las personas, el mundo exterior al que deberán incorporarse graduados y licenciados se vislumbra desconocido e inaccesible, mucho más que la propia Universidad cuando se cursaban las enseñanzas medias.

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    Fotograma de 'Tesis', de Alejandro Amenábar

    Es fácil deducir que las interacciones educativas son múltiples: primero deben servir para conocer las especialidades con el fin de elegir libre y adecuadamente los estudios superiores; después es necesario interaccionar con el ámbito físico y con las personas de la Facultad y de la Universidad y, a la vez, interaccionar con el mundo exterior, con ese complejo y difícil mundo llamado mercado de trabajo, de forma que el proceso se afronte de una manera completa.

    Abordar este complejo proceso de...

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