La estructura del mercado de trabajo

AutorFrancisco Ramos Martín
Cargo del AutorTutor de los estudios de Ciencias del Trabajo en la Univesitat Oberta de Catalunya

El objetivo de este capítulo es mostrar los principales rasgos que caracterizan la estructura de los mercados de trabajo, sobre todo en lo que respecta a las ocupaciones y a la participación (desempleo, actividad, ocupación) en el mismo. Y ello, básicamente, para constatar las recientes modificaciones (terciarización de la producción, incorporación de la mujer, flexibilización, segmentación y precarización del mercado de trabajo) que afectan al trabajo. De este modo pretendemos poner de relieve la creciente dificultad de los trabajos para garantizar el nivel de rentas e ingresos que el desarrollo de las economías de la posguerra del siglo pasado había procurado, así como exponer las crecientes dificultades de los estados de bienestar para atender las necesidades (de recursos y de servicios) no cubiertas por el mercado.

En primer lugar, analizaremos sucintamente las principales transformaciones de los trabajos y los empleos en un ámbito general, para luego analizar específicamente el caso español y culminar con un análisis comparado respecto de nuestra realidad más inmediata.

1. Modificaciones en los trabajos y en los empleos

Independientemente del esquema teórico de partida, conviene reconocer que son múltiples las causas que inciden en la evolución y el futuro del trabajo. Para reflexionar acerca de los factores que afectan al trabajo y al empleo, se suele apuntar a factores tales como el contexto (de crecimiento o estancamiento) económico; la estructura del mercado de trabajo; los cambios demográficos; los cambios en el empleo y las nuevas formas de trabajo; la globalización (financiera, tecnológica y comercial); la polarización social; las tecnologías de la información y la comunicación (TIC); y la preocupación por el medio ambiente o la descentralización institucional.

En este punto, es interesante identificar el contexto, la estructura en que las causas antes mencionadas intervienen y la forma en la que interactúan. Para ello, algunos autores hacen referencia a los sistemas de empleo, para referirse al conjunto de instituciones y políticas que determinan los niveles de desempleo y empleo, y que se caracterizan por la interacción de dos subsistemas, el sistema productivo y el sistema del mercado de trabajo. En este marco teórico, los sistemas de producción son aquellos donde se produce la toma de decisiones respecto a la producción, decisiones que dependen del tipo de interés, de las innovaciones técnicas, de la demanda efectiva, del coste de producción de los factores, etc. En cuanto al sistema de mercado de trabajo, son cuatro las instituciones que tienen un papel fundamental: la familia, el sistema de relaciones industriales (especialmente en cuanto al nivel y estructura de los salarios), el sistema educativo y el sistema de seguridad social.

En definitiva, lo que pretendemos es poner de relieve la necesidad de contemplar un elevado número de variables y dimensiones en la problemática que nos ocupa. La figura 10.1 y la tabla 10.1 pueden darnos una idea de lo que estamos diciendo.

Teniendo presentes estas ideas, en primer lugar debemos conocer muy bien los principales rasgos y tendencias evolutivas de los trabajos, para luego atender a su incidencia en las estructuras sectoriales y en las ocupaciones de los países occidentales.

En cuanto a las tendencias que inciden en la evolución y el futuro del trabajo, el impacto de la globalización, la emergencia de las TIC, al acceso de las mujeres al mercado de trabajo o la persistencia del desempleo de larga duración son factores que deben tenerse en cuenta. Towsend1 señala los aspectos siguientes que hay que considerar para los países europeos, pero que pueden extrapolarse a todos los industrializados:

- El contexto económico. El crecimiento económico parece ser prerrequisito para la generación de ocupación, pero las recientes políticas de restricción presupuestaria y estabilidad macroeconómica dificultan esta conexión.

- Los cambios en el mercado de trabajo. Entre 1975 y 1996 la población potencialmente activa creció en EUR-15 de 207 a 246 millones, aunque el porcentaje de ocupados se situaba en 1996 en el 67,7%, frente al 77% de EE.UU. o Japón. Las tasas de actividad de los hombres, en el mismo periodo, bajaron del 85,7% al 70,4, y las de las mujeres pasaron del 43,6% al 50,2%. El desempleo se mantenía en 1997 en el 10,6% (9,2% para los hombres y 12,6% para las mujeres).

- Los cambios demográficos y en el empleo. La población europea está envejeciendo. En los próximos diez años, el grupo etario menor de veinte años se reducirá en diez millones, y la población económicamente activa lo hará en trece millones. Por el contrario, los mayores de sesenta años aumentarán 37 millones.

- Los cambios en el empleo. Las tasas de participación laboral de los jóvenes decaen (efecto de la prolongación de la educación), y las de los cercanos a los 65 años también disminuyen (jubilaciones anticipadas).

- La modificación de la estructura sectorial. En los últimos veinte años, la agricultura pasó del 11 al 5% de la población activa, la industria del 40 al 30% y los servicios del 49 al 65%.

- Globalización. Tecnológica, financiera, comercial y corporativa (transnacionales).

- Polarización. Durante los años 80 y los 90, la pobreza (aquellas personas por debajo del 50% de la renta media nacional) creció en todos los países de Europa, excepto en Holanda y Portugal.

- Mercado internacional. La economía internacional está concentrada en la tríada Estados Unidos, Europa y Japón. El 80% del comercio mundial se produce entre países de la OCDE, y cinco países concentran el 70% de la inversión extranjera.

- Tecnologías de la información. Las TIC producen destrucción de empleos, cambios sectoriales, cambios en los requerimientos de cualificaciones, emergencia de nuevas actividades/ocupaciones, etc.

- Medio ambiente. 3,5 millones de personas se ocupan en actividades relacionadas con el medio ambiente en la UE. Las potencialidades en energía doméstica, transporte, comida, etc. son elevadas.

- Descentralización institucional. El desarrollo local permite adoptar medidas diseñadas para las necesidades de los mercados de trabajo locales. Además, muchas necesidades se producen en esos ámbitos.

Figura 10.1. Sistema de funcionamiento del mercado de trabajo.

[ NO INCLUYE FIGURA ]

En lo que respecta a las estructuras sectoriales, quizá el factor más importante en estos últimos años sea el crecimiento del sector servicios.

Si se analiza la información de la tabla 10.2, que recoge la evolución por sectores de la ocupación en Europa, se pueden constatar dos cuestiones. La primera, la relativa heterogeneidad de los patrones ocupacionales (el diferente peso de cada sector según países). Sin embargo, la más relevante es la generalizada pauta de disminución de la ocupación en el sector agrícola y el crecimiento de la ocupación en el sector servicios, hasta llegar a representar los dos tercios del total de ocupación en Europa en 1999.

Tabla 10.1. Institucionalización de los mercados laborales

[ NO INCLUYE TABLA ]

Tabla 10.2. Distribución sectorial...

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