Epílogo e ideas centrales

AutorRafael Uña Ruano
Páginas83-87
EPÍLOGO E IDEAS CENTRALES
Muchos de los problemas de todo tipo a los que deben encararse, hoy
en día, los Estados sólo pueden ser ya afrontados de una forma multilateral o
coordinada. En efecto, estas dicultades y riesgos son en sí mismos globales -y,
por ello, no entienden de fronteras estatales-, pero es que, además, la profunda
complejidad de las redes e interdependencia provocadas por las diferentes mani-
festaciones de la globalización da lugar a que tampoco los problemas internos de
los países puedan lograr una solución efectiva mediante una actuación exclusiva-
mente unilateral. Esto resulta substancialmente destacado en el caso de los riesgos
globales, cuya única forma de ser afrontados es a través de la colaboración entre los
diferentes gobiernos del planeta.
La tradición losóco-política del federalismo surpaestatal fue proponiendo,
ya desde nales de la Edad Media, la instauración de sistemas políticos supranacio-
nales que lograran garantizar la paz, o al menos la coexistencia, entre los belicosos
Estados. Este tipo de propuestas se fue conformando en dos variantes diferentes:
una más modesta de federalismo europeísta, que pretendía la unión de los países
europeos y terminará por cristalizar en la Unión Europea y el Consejo de Europa;
y otra más ambiciosa, el federalismo mundial, que buscaba la unión de todos los
Estados del mundo y que tuvo, entre sus éxitos, el nacimiento de la Liga de Nacio-
nes tras la Primera Guerra Mundial y de la Organización de las Naciones Unidas
después de la segunda contienda bélica. De hecho, el ejemplo concreto de la Unión
Europea ha demostrado que, cuanto más poder deleguen los Estados en la organi-
zación nal, más efectivas serán tanto sus competencias como sus resultados reales.
Asimismo, resulta relevante la muy antigua tradición losóca y moral del
cosmopolitismo. Se trata de una corriente de pensamiento que deende la identi-
cación con la humanidad, como un todo, y que presenta un fuerte componente
de tipo ético y moral. De aquí deriva una profunda preocupación y respeto por
todos y cada uno de los seres humanos que resulta muy apropiada para lograr la
convivencia entre personas y el respeto de los derechos de los demás.

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