Directiva 1999/44/ce del parlamento europeo y del consejo de 25 de mayo de 1999, sobre determinados aspectos de la venta y las garantías de los bienes de consumo

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El parlamento europeo y el consejo de la unin europea

Visto el Tratado constitutivo de la Comunidad Europea y, en particular, su artículo 95, Vista la propuesta de la Comisión 1, Visto el dictamen del Comité Económico y Social 2,

De conformidad con el procedimiento establecido en el articulo 251 del Tratado a la luz del texto conjunto aprobado el 18 de marzo de 1999 por el Comité de conciliación 3,

1) Considerando que los apartados 1 y 3 del artículo 153 del Tratado disponen que la Comunidad contribuirá a que se alcance un alto nivel de protección de los consumidores mediante las medidas que adopte en virtud del artículo 95,

2) Considerando que el mercado interior implica un espacio sin fronteras interiores en el que la libre circulación de mercancías personas, servicios y capitales está garantizada; que la ubre circulación de mercancías no se refiere solamente al comercio profesional, sino también a transacciones efectuadas por los particulares, que la libre circulación implica que los consumidores residentes en un Estado miembro deben poder adquirir bienes en el territorio de otro Estado miembro con arreglo a un conjunto mínimo uniforme de normas equitativas que regulen la compraventa de bienes de consumo,

3) Considerando que las legislaciones de los Esta dos miembros sobre la venta de bienes de consumo presentan disparidades, como consecuencia de las cuales existen diferencias entre los mercados nacionales en materia de ventas de bienes de consumo y se puede falsear el juego de la competencia entre los vendedores;

4) Considerando que el consumidor que trata de beneficiarse de las ventajas del gran mercado adquiriendo bienes en un Estado miembro distinto del de su residencia desempeña un papel fundamental en la realización del mercado interior, que debe impedirse el restablecimiento artificial de fronteras y la compartimentación de los mercados, que las posibilidades que se le ofrecen al consumidor aumentan considerablemente con las nuevas tecnologías de comunicación, que permiten acceder fácilmente a sistemas de distribución de otros Estados miembros o terceros países, que, si no existe una armonización mínima de las normas relativas a la compra de bienes de consumo, puede entorpecerse el desarrollo de la venta de bienes a través de las nuevas tecnologías de comunicación a distancia,

5) Considerando que la creación de un conjunto común mínimo de normas en materia de derechos de los consumidores, válidas con independencia del lugar de la compra de los bienes en la Comunidad, reforzara la confianza de los consumidores y les permitirá aprovechar al máximo las ventajas derivadas del mercado interior.

6) Considerando que las principales dificultades de los consumidores y la principal fuente de conflictos con los vendedores se refieren a fa falta de conformidad del bien con el contrato, que, en consecuencia, conviene aproximar las legislaciones nacionales sobre la venta de bienes de consumo en este aspecto, aun que sin afectar a las disposiciones y principios de las legislaciones nacionales relativos a los regímenes de responsabilidad contractual y extracontractual.

7) Considerando que los bienes deben ante todo corresponder a las especificaciones contractuales, que el principio de conformidad con el contrato puede considerarse como una base común a las diferentes tradiciones jurídicas nacionales, que en determinadas tradiciones jurídicas nacionales puede no ser posible basarse solo en ese principio para garantizar un nivel mínimo de protección del consumidor, que, en particular, con arreglo a las citadas tradiciones jurídicas puede resultar útil establecer disposiciones nacionales adicionales con el fin de garantizar la protección del consumidor cuando las partes no hayan acordado cláusula contractualPage 152 especifica alguna o cuando hayan acordado cláusulas o modalidades contractuales que excluyan o limiten, directa o indirectamente, los derechos del consumidor y que, en la medida en que esos derechos se deriven de la presente Directiva, no sean vinculantes para el consumidor;

8) Considerando que, con el fin de facilitar la aplicación del principio de la conformidad con el contrato, conviene introducir una presunción impugnable de conformidad con el contrato que abarque las situaciones más comunes, que esta presunción no limita el principio de libertad contractual de las partes; que, además, a falta de cláusulas contractuales concretas, así como cuando se aplique la cláusula de protección mínima, los elementos mencionados en la presunción podrán utilizarse para determinar la falta de conformi dad de los bienes con el contrato, que la calidad y el rendimiento que el consumidor puede razonablemente esperar dependerá, entre otras cosas, de si los bienes son nuevos o usados, que los elementos mencionados en la presunción son acumulativos que cuando por las circunstancias de cada caso un elemento particular sea manifiestamente inadecuado, seguirán siendo aplicables, sin embargo, los elementos restantes de la presunción,

9) Considerando que el vendedor debe ser el responsable directo ante el consumidor de la conformidad de los bienes con el contrato, que esta es la solución tradicional consagrada en las ordenamientos jurídicos de los Estados miembros, que, no obstante el vendedor debe poder, conforme a la legislación nacional entablar acciones contra el productor el vendedor anterior o contra cualquier otro intermediario de la cadena contractual salvo que hubiese renunciado a ese derecho, que la presente Directiva no afectara al principio de libertad contractual entre el vendedor, el productor, un vendedor anterior o cualquier otro intermediario, que la legislación nacional deberá determinar las normas que regulan contra quien podrá actuar el vendedor y las modalidades de dicha acción,

10) Considerando que, en caso de que el producto no sea conforme al contrato los consumidores deben tener derecho a que los bienes se conformen a el sin cargo alguno, pudiendo elegir entre su reparación y su sustitución o, en su defecto, obtener una reducción del precio o la resolución del contrato,

11) Considerando que el consumidor podrá en primer lugar exigir al vendedor la reparación o la sustitución del bien salvo si ello resulta imposible o desproporcionado, que deberá determinarse de forma objetiva si esta forma de saneamiento es desproporcionada o no, que una forma de saneamiento es des proporcionada cuando impone gastos que no son razonables en comparación con otras formas de saneamiento, que para determinar si los gastos no son razonables, los correspondientes a una...

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