Sobre la denominación 'filosofía del logos [logosphilosophie]' para el pensar griego antiguo: historia, pertinencia y problemas de un término técnico

AutorIgnacio Marcio Cid
Páginas779-813
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CAPÍTULO 4
SOBRE LA DENOMINACIÓN 'FILOSOFÍA
DEL LOGOS [LOGOSPHILOSOPHIE]' PARA
EL PENSAR GRIEGO ANTIGUO:
HISTORIA, PERTINENCIA Y PROBLEMAS
DE UN TÉRMINO TÉCNICO
IGNACIO MARCIO CID
Universitat de Barcelona
1. INTRODUCCIÓN
Esta investigación se propone: 1º) estudiar en esbozo, con el fin de pon-
derar su sentido y pertinencia, la locución especializada ‘filosofías del
logos’ en cuanto denominación de la filosofía griega en su conjunto, (en
sus períodos presocrático, clásico, helenístico e imperial), asumiendo el
hecho de que λόγος constituye prácticamente un sinónimo de filosofía,
especialmente con referencia al pensar griego antiguo; 2º) delimitar el
alcance y contenido de esa fórmula entre sus usuarios modernos, ahon-
dando en sus orígenes, para exponer su filiación histórica y su eventual
sesgo ideológico. Para ello, su despliegue metodológico incluye la pre-
sentación de Heráclito como primer filósofo del λόγος, con una revisión
de la explicación heideggeriana; seguidamente, se revisan muy sucinta-
mente algunos hitos del λόγος griego, entre los que cabe mencionar: la
aportación sofística (a contraluz), la figura de Sócrates, Platón, Aristó-
teles, las filosofías helenísticas y algunos filósofos de época imperial.
Estos son eslabones de continuidad no sólo nominal sino también de una
carga semántica-conceptual nuclear compartida, aunque también pro-
gresivamente transfigurada en su polisemia y plurivocidad (Coulouba-
ritsis, 1984)2
. En ese engarzamiento cabe la adopción que del λόγος
266 Conocemos esta referencia gracias a Cordero (2017: 9), cuya obra constituye, pese a al-
guna omisión, probablemente el mejor acercamiento a la cuestión en lengua castellana.
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hace el cristianismo, al usarlo en su provecho, cosa que aquí se trata
sumarísimamente. Esto nos sitúa en lo que posteriormente habrá de lla-
marse Logostheologie. Desde ahí se transita hacia la Logosphilosophie,
deudora de la anterior, para comprender de modo integrado, cuál es el
contexto de recepción de este término y en qué sentido resulta pertinente
por designar una viga maestra del φιλοσοφεῖν griego, y en qué otro sen-
tido constituye, con ese nombre bautismal, una visión ideologizada del
mismo, que entronca con una vocación de abarcamiento sistemático y
eurocéntrico.
2. EL FISIÓLOGO HERÁCLITO COMO PUNTO DE PARTIDA
Y ENLACE TERMINOLÓGICO CON LA TRADICIÓN
POSTERIOR
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Es Heráclito, según los testimonios, el primer usuario, como observador
de la naturaleza, del término en cuestión (Diels, Kranz27; 1951: 22 B,
pp. 150-182, frags. 1-19), con un sentido técnico, por presentarlo como
la ley, principio general, norma sin excepciones de lo real en constante
devenir, y por relacionarlo con la profundidad de la psique, que se vin-
cula con la facultad racional (Long, 2009: 87-109). El λόγος rige el flujo
de los acontecimientos, o mejor, de cuanto deviene (γινομένων γὰρ
πάντων); lo ordena como único principio ontológico e intelectivo, do-
tado de eterna realidad (ἐόντος ἀεὶ) y verdad, unidad; designa lo rector
regulatorio y harmonizador del orden universal, o, en otras palabras, la
ley inmanente suprema de conformidad con la cual todo ocurre (κτὰ
τὸν λόγον τόνδε); éste permanece, empero, oculto o ignorado a la ma-
yoría de los seres humanos, que, necios, no están en comunión con él
(Hülsz Piccone, 2021).
Justamente ese vínculo entre totalidad cósmica e individuo será clave
para los estoicos. Heráclito, según señaló Aall ([189]198: 7. 18, 1,
267 Se abrevia en lo sucesivo con DK, dando referencia del autor y fragmento, según la con-
vención usual.
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5, 7, 55), marca con su acento un hito fundacional en la filosofía; pre-
senta la legaliformidad comunísima (que todo inunda y relaciona) y
anuda el núcleo de todo lo ente con la facultad de pensar. Sobre esa nor-
matividad constitutiva, indica Cordero la importancia del λόγος heracli-
teo como fórmula estructural de la realidad y objeto de discurso por parte
de quien (d)escribe o habla (Cordero, 2018: 10). Esto entronca, por lo
demás, con la importancia de βθὺν λόγον del alma (DK 22 B 45: 2;
Jeremiah, 2012: 84; Robb, 198), en cuanto formulación de la interiori-
dad reflexiva conciencial que se piensa, se correlaciona, por así decir.
Atendida esta transformación radical del concepto, en que convergen y
se subsumen prácticamente el ἀρχή y la φύσις toda pero también la re-
lación consigo mismo en términos subjetivos, es pertinente recordar, con
Fattal (198: 150; 2001) que “la philosophie d'Heraclite n'est-elle pas
également la première philosophie du logos?”.
Cuanto aquí nos concierne, como ejercicio de depuración reflexiva que
no pretende excluir sino recoger complejidades plurales y abiertas, re-
mite a Heráclito y su cuño fundacional. Sobre la lectura del efesio y de
toda la filosofía griega antigua, vitalmente florecientes por clásicos, ha
ejercido gran influencia, a veces confundente, Heidegger. Así, compe-
tentes especialistas en el filósofo alemán se adentran en sus lecturas del
pasado, a veces con descuido para con el pasado y sus intraducibles
(Schalow, Denker, 2010, s. . logos; Figal, 200). Heidegger nos ofrece
su propia lectura de λόγος, que vincula legítimamente con el ‘lego’ la-
tino y el ‘lesen alemán, además de con legen, erróneamente; ello tiene
todavía hoy un impacto notable incluso entre especialistas de la Grecia
antigua, como Oñate Zubía (2004: 19, n. 17). Hay aquí un interesado
tránsito desde lo griego hasta lo germánico en virtud de la homofonía,
como bien señala Rand (1990: 444 y ss.). Es necesario, pues, aludir a
algunos conceptos forjados por el profesor de Messkirch cuando nos ha-
bla de la ‘segunda vía’ para acceder al sentido originario de λόγος en
Heráclito mediante λέγειν: menciona, en un primer pasaje (Heidegger,
2012: 291-295), la colecta, el leer, el preservar; en otro lugar señala el
juntar, la concentración y el conjunto (Heidegger, 2001: 120). El pro-
blema estriba en que, en el primer pasaje mencionado se advierte pal-
mariamente cómo, teniendo en mente la falsa etimología que vincula

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