De las bolsas de trabajo agrario (pasando por el plan de empleo comunitario y por el plan de empleo rural ?PER?) al programa de fomento de empleo agrario (PFEA): un sistema anquilosado necesitado de ajustes
| Autor | Francisco Javier Hierro Hierro |
| Páginas | 105-151 |
CAPÍTULO 4.
DE LAS BOLSAS DE TRABAJO AGRARIO (PASANDO POR
EL PLAN DE EMPLEO COMUNITARIO Y POR EL PLAN DE
EMPLEO RURAL –PER–) AL PROGRAMA DE FOMENTO DE
EMPLEO AGRARIO (PFEA): UN SISTEMA ANQUILOSADO
NECESITADO DE AJUSTES
DE LAS BOLSAS DE TRABAJO AGRARIO (PASANDO POR EL PLAN DE EMPLEO COMUNITARIO...
F J H H
Catedrático de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social
Universidad de Extremadura
1. CUESTIONES PRELIMINARES: UN APUNTE SOBRE EL PESO DECRE-
CIENTE DE LA AGRICULTURA Y LA GANADERÍA EN LA ECONOMÍA
ESPAÑOLA Y LA SINGULARIZADA REALIDAD DE LA COMUNIDAD
AUTÓNOMA DE EXTREMADURA
1.1. Presentación previa: el sector agropecuario más allá de la mera producción
de bienes esenciales (alimentos)
No por obvio hay que relegar de los primeros compases de este trabajo una
a rmación ampliamente conocida y aceptada. Su simpleza es mayúscula y probable-
* El presente trabajo se realiza en el marco del Proyecto de investigación “Sostenibilidad y
suficiencia del sistema público de pensiones: ¿un diálogo imposible?”, RETOS 2017 Ref. DER2017-
86394-C2-1-R, financiado por el Ministerio de Economía, Industria y Competitividad -hoy Ministerio de
Ciencia e Innovación- (Agencia Estatal de Investigación) y el Fondo Europeo de Desarrollo Regional
(FEDER).
Y del Proyecto de investigación “Políticas de empleo: retos en la Comunidad Autónoma de
Extremadura”, IB18007, financiado por la Junta de Extremadura -Consejería de Economía, Ciencia
y Agenda Digital- y el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER).
FondoEuropeo de Desarrollo Regional
Unamanera de hacer Europa
Francisco Javier Hierro Hierro
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mente es esta la que la engrandece. Y quizá, también la que en no pocas ocasiones
haya contribuido a su olvido o a su desplazamiento a un segundo plano avasallada
y arrastrada por la actualidad vertiginosa de los avances recurrentes en otras disci-
plinas que incitan a olvidar los elementos cotidianos y más ordinarios.
A nadie se le oculta la transcendental importancia que el sector vinculado al
agro despliega en los distintos territorios. Su acción directa y primaria y, en de ni-
tiva, la que le dota de su razón de ser es básica, sencilla, armoniosa, mantenida en
el tiempo de manera inveterada y esencial: la producción y obtención de bienes de
primera necesidad; esto es, la elaboración, acarreo y acopio de los alimentos con
los que nutrir al ser humano y garantizar la subsistencia de la especie1.
Tal vez la situación que se vive en la actualidad a nivel internacional, y de manera
lacerante en España, derivada de la acción del COVID-192 haya permitido proyectar
a un primer plano y de manera clarividente esta relevancia tan lineal y a su vez tan
principal y notable que caracteriza a la actividad agraria3.
Aspecto este que, pese a la entidad que encierra, había venido siendo denostado
por las clases dirigentes, minusvalorando las reivindicaciones de los agricultores y
ganaderos de ayuda ante los bajos precios de los productos en origen que hacen
temer la viabilidad de sus explotaciones y la crisis del sector. Y que, en de nitiva,
aunque no quiera verse, puede desencadenar en un desabastecimiento de produc-
tos alimenticios en los mercados nacionales y una dependencia desaconsejable de
los mercados internacionales.
Ningún Gobierno, de ningún país (con independencia de la globalización de
la economía y de la libre circulación de mercancías cuyos principios hasta ahora
1 Esta relevancia contribuyó a que en el año 2005 la Organización de las Naciones Unidas para
la Alimentación y la Agricultura (FAO) eligiera “Agricultura y diálogo de culturas” como temática
del Día Mundial de la Alimentación, reportando de este modo el valor de la agricultura. Cfr. http://
www.fao.org/3/a0015s/a0015s00.htm#Contents (acceso el 1 de abril de 2020).
A esta preparación del terruño y la consecución de sus frutos hay que anexionar, de manera
inexorable, la realizada por las personas ocupadas en el mar y en el agua dulce (pesca y acuicultura)
como proveedores de nutrientes indispensables y complementarios a los de la tierra.
2 Denominación que recibe el cuadro clínico asociado al virus SARS-CoV-2, agente causante
de un síndrome respiratorio agudo grave que provoca en un buen número el fallecimiento de los
infectados. Cfr. Ministerio de Sanidad: Información científica-técnica. Enfermedad por coronavirus, COVID-19,
actualizado a 26 de marzo 2020 (versión 2), Madrid, Ministerio de Sanidad, 2020, pág. 1. El acceso a
este documento se puede realizar en el siguiente enlace web: https://www.mscbs.gob.es/profesionales/
saludPublica/ccayes/alertasActual/nCov-China/documentos/20200326_ITCoronavirus.pdf, siendo
consultado el 1 de abril de 2020.
3 Cfr. El artículo 15 del Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo, por el que se declara el estado
de alarma para la gestión de la situación de crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19, autorizando
a las autoridades competentes delegadas, entre otros menesteres, a la adopción de las medidas
correspondientes para garantizar el abastecimiento alimentario en los lugares de consumo. También,
el artículo 1 del Real Decreto-ley 10/2020, de 29 de marzo, por el que se regula un permiso retribuido
recuperable para las personas trabajadoras por cuenta ajena que no presten servicios esenciales, con
el fin de reducir la movilidad de la población en el contexto de la lucha contra el COVID-19, de cuya
lectura conjunta con su anexo se extrae la calificación como sectores esenciales el abastecimiento
del mercado y el funcionamiento de los servicios de los centros de producción de bienes y servicios
de primera necesidad, en los que se incluyen, entre otros, los alimentos y las bebidas (así como la
alimentación animal, productos higiénicos, medicamentos, productos sanitarios…).
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De las Bolsas de Trabajo Agrario (pasando por el Plan de Empleo Comunitario...
irrenunciables parecen tambalearse), puede asumir los peligros que conlleva
prescindir por completo del sector que produce los alimentos. Hoy más que nunca
se evidencia la oportunidad de cuidar el sector primario, la producción de los ele-
mentos necesarios para la subsistencia del ser humano. Es, por tanto, una máxima
obligatoria desterrar de origen la opción que marque una dependencia absoluta
del exterior en la producción alimentaria, de los bienes de primera necesidad.
En estos elementos reside la trascendencia y valor que la agricultura y la gana-
dería llevan implícitas.
Pero no solo por este aspecto pesa sobre los gobiernos la obligatoriedad de cui-
dar la actividad agrícola, ganadera y pesquera, sino que además son innumerables
los insumos que junto a ella se encuentran.
Sin ánimo de exceder el objetivo pretendido en esta modesta presentación, el
cuidado del medio ambiente tan presente en los momentos actuales4, la protección
de la sanidad animal, su acción indirecta y prolongada a lo largo del año en materia
de prevención de incendios con métodos de cultivo tradicionales que permite la
convivencia de la ganadería con la explotación forestal y la provisión de alimentos
sostenibles…, a los que se une el tan presente papel en su actuación como elemento
vertebrador y cohesionador del territorio hacen que la vida vinculada a la actividad
agropecuaria y pesquera requiera de una protección singularizada.
Su contribución silenciosa a todas ellas hace que parezca inexistente.
En este orden de cosas no puede dejar de mencionarse, no obstante, que la
realidad de la producción agroalimentaria en la actualidad y a futuro es distinta
de lo hasta ahora conocido. La producción intensiva y superintensiva o en seto, la
mecanización, la robotización, la aplicación de las tecnologías de la información y de
la comunicación al campo suponen una revolución que está llegando en aras de una
reducción de costes y recursos y la obtención de una mayor productividad, donde la
necesidad de un importante número de trabajadores posiblemente se vea mermada.
Sin embargo, la realización aún hoy de una buena parte de las campañas reco-
lectoras de manera principalmente manual exige de una abundante mano de obra
estacional5. O, en otros términos, son precisos recursos humanos con cierta inme-
diatez vinculados de modo mayoritario a las explotaciones agrícolas con los que
atender la fuerte demanda de personas trabajadoras que se produce en campañas6.
4 Cfr. La Agenda 2030 de Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible. En ella se marchan 17 Objetivos
que incluyen desde la eliminación de la pobreza hasta la igualdad de la mujer, pasando entre otras materias
por el diseño de nuestras ciudades. Es el Objetivo 13. Acción por el clima el que incita a la adopción
de medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos. Además, otros objetivos también
inciden sobre el particular, entre otros, el Objetivo 7 (Energía asequible y no contaminante), el Objetivo
11 (Ciudades y comunidades sostenibles) el Objetivo 15 (Vida de ecosistemas terrestres). El acceso a
esta información se puede realizar, entre otros lugares, en el siguiente enlace Web: https://www.un.org/
sustainabledevelopment/es/objetivos-de-desarrollo-sostenible/ (visitado el día 5 de abril de 2020).
5 Esta exigencia deriva de la dificultad de la mecanización de ciertas tareas por el daño que se
produce a los frutos por el empleo de máquinas poco aptas para elementos delicados que fácilmente
muestran magulladuras que lo relegan en precio o directamente lo expulsa del mercado.
6 Al hilo de la redacción de esta introducción, es recurrente leer en los medios de comunicación
escritos la escasez de mano de obra para la próxima campaña de fruta de hueso. Cfr., entre otros
lugares, el siguiente enlace: https://elpais.com/espana/2020-04-03/el-defensor-del-pueblo-pide-
autorizaciones-de-trabajo-para-inmigrantes-que-puedan-emplearse-en-el-campo.html. Y la respuesta
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