La asignatura del grado en derecho 'la cultura de paz, el derecho colaborativo y la justicia restaurativa': transitando hacia una sociedad comprometida con los nuevos modelos de justicia

AutorRosa Arrom Loscos
Páginas145-178
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LA ASIGNATURA DEL GRADO EN DERECHO
“LA CULTURA DE PAZ, EL DERECHO COLABORATIVO
Y LA JUSTICIA RESTAURATIVA”: TRANSITANDO
HACIA UNA SOCIEDAD COMPROMETIDA CON LOS
NUEVOS MODELOS DE JUSTICIA
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Catedrática de Escuela Universitaria Derecho Procesal
de la Universidad de las Islas Baleares
Toda persona tiene derecho a la educación... La educación tendrá por objeto el pleno desa-
rrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y
a las libertades fundamentales; favorecerá la comprensión, la tolerancia y la amistad entre
todas las naciones y todos los grupos étnicos o religiosos; y promoverá el desarrollo de las
actividades de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz (artículo 26 de la
1. BREVE DECLARACIÓN DE INTENCIONES
El objeto de este trabajo es, de forma principal, delimitar los puntos de par-
tida, contenidos y herramientas educativas necesarias para la configuración de la
asignatura “La Cultura de Paz, el Derecho Colaborativo y la Justicia Restaurativa”,
así como su abordaje pedagógico desde la Universidad 1. Dicha asignatura da-
ría respuesta a una necesidad de avanzar, en la etapa universitaria, en la forma-
ción de nuestros jóvenes con respecto a los valores inherentes a la denominada
Cultura de Paz 2. Se trataría de una asignatura que, sin desconocer su innegable
1 El presente trabajo ha sido realizado en el marco del proyecto de investigación PID2022-
140944OA-100, cuyo título es Inteligencia Artificial y Derecho: análisis de la responsabilidad de los daños derivados
del uso de los sistemas de inteligencia artificial, financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación, la Agencia
Española de Investigación y Fondos FEDDER de la UE.
2 Avanzar en la Cultura de Paz conecta, de forma innegable, con la conquista de la paz a nivel
individual, ambicioso objetivo que pasa por resolver, también, las “guerras” contra nosotros mismos que, en
mayor o menor medida, nos afectan a todos. La distopia de la sociedad actual, basada en el ego y el éxito
material, la falta de sentido trascendente de la vida, la falta de autoconocimiento, la deriva del “sálvese
Rosa Arrom Loscos
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y lógico componente jurídico, pues pertenecería al Grado en Derecho, nacería
con vocación de ser algo más amplio. En efecto, con su impartición se aspiraría a
contribuir a la formación de nuestros alumnos en los valores del diálogo y del en-
tendimiento con el objetivo de formar juristas con amplitud de miras, en sintonía
con el ambicioso propósito de progresar hacia una sociedad más pacífica y justa.
En este sentido, nuestra responsabilidad como docentes iría más allá de for-
mar técnicos, perfectos conocedores del ordenamiento jurídico y de las herra-
mientas para su aplicación. Se trataría, aprovechando la oportunidad que ofrece
la docencia en las aulas para inaugurar espacios de debate y reflexión, de “poner
piel” y sensibilidad a ese engranaje, técnicamente irreprochable, para avanzar en
el compromiso con los señalados valores del diálogo y del entendimiento, con las
diversas formas de Justicia; siendo que lo anterior nos sitúa, ciertamente, ante un
importante reto.
Como decimos, la docencia en las aulas nos permite, no solo, y con todo,
la trasmisión del conocimiento, sino inaugurar foros de discusión, trasladar pro-
puestas, proponer proyectos, ampliando el campo de visión y de acción desde la
mirada que aporta ese compromiso con la educación para la Paz y los Derechos
Humanos.
Esa amplitud de miras, a la que me he referido, evidencia la necesidad de
incluir en la asignatura, entre otros, aspectos tales como el conflicto, su origen
y tipos, clases o técnicas de resolución, también hablar de neurociencia e inteli-
gencia emocional o, incluso, de inteligencia artificial. Y, desde una perspectiva
más jurídica, pero dándole una vuelta, entender, por ejemplo, que, cuándo se
consigue que, de forma totalmente voluntaria, una víctima y un victimario –ha-
biendo el segundo tomado conciencia del daño causado y deseando aportar al
máximo para repararlo– se miren a los ojos y entiendan, asistidos por un profesio-
nal imparcial, que existen dos relatos que merecen ser escuchados, llegando a un
entendimiento, estamos, sin duda, ante una verdadera forma de Justicia, en este
caso, instrumental y complementaria con respecto del proceso penal del que la
mediación trajera causa.
Y es la visión especial y distinta referida, vinculada a la educación para la Paz,
la esencia de la asignatura propuesta y del anhelo personal que la alienta; se ex-
quien pueda”, la falta de solidaridad alimentada por el miedo a los escenarios generados por el terrorismo,
las pandemias, guerras, etc; son, junto con los enfrentamientos armados, fuente de un gran sufrimiento.
Por razones obvias, nuestro poder de influencia a nivel individual sobre lo anterior es escaso, prácticamente
nulo, diríamos, habida cuenta de los intereses existentes de carácter geoestratégico, armamentístico, eco-
nómico, etc, pero, con todo, sí podemos influir sobre las relaciones intra o interpersonales.
El abordaje de la educación para la Paz exige un enfoque humanista, trascendente del hombre y de la
vida y, sobre todo, valiente; un abordaje que cuente con la Filosofía y la Piscología, esto es: desde la Filoso-
fía, reconectando con la ética y los valores, la coherencia y la recta intención, recordando a los grandes pen-
sadores y sus aportaciones al progreso moral de la Humanidad; desde la Psicología, destacando los com-
ponentes conductuales, afectivos y cognitivos, elementos de la personalidad, resolución de conflictos, etc.
Entre otros, como referentes del enfoque humanista al que he aludido, incardinables en la psicología
humanista, cabe citar a Carl Rogers (1902-1987) y Abraham Maslow(1908-1970).
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ponen, a continuación, los ejes sobre lo que dicha asignatura se asienta, los que
vendrían a ser sus puntos de partida.
2. EL CAMINO A SEGUIR PARA ABORDAR LA EDUCACIÓN PARA LA
PAZ EN LA UNIVERSIDAD
2.1. Primer eje: un movimiento imparable; la Cultura de Paz
Sin duda, el Siglo XX se halla repleto de luces y de sombras; los avances alcan-
zados a lo largo del mismo son indiscutibles 3, como también lo son la cantidad
de conflictos bélicos generados en la señalada centuria, así como el incremento
de las desigualdades económicas y sociales entre los países más desarrollados y los
menos favorecidos.
Dos guerras mundiales y decenas de conflictos armados, desde que la segun-
da finalizara, pesan sobre la conciencia de la Humanidad y sus gobernantes. Mu-
chas de estas guerras y conflictos han sido horrendo escenario de los crímenes
más graves que pueden ser concebidos; por citar algunos, además del, tristemente
conocido por todos, genocidio vinculado al Holocausto en la II Guerra Mundial,
los genocidios de las guerras de los Balcanes o de Ruanda.
El siglo XXI veía la luz imbuido de una mayor conciencia y sensibilidad in-
ternacional con respecto a la necesidad de avanzar, especialmente a través de la
educación, en los valores de la denominada Cultura de Paz, mostrando que la
globalización evidenciaba una, cada vez más, intensa interdependencia de la Hu-
manidad para abordar los problemas y alcanzar soluciones, si bien nuevos e ines-
perados conflictos han puesto en jaque la paz mundial 4. Lo anterior refleja que
3 No por conocidas dejan de maravillar, de entre los logros del Siglo pasado, y sin ánimo de
exhaustividad, la invención de las aeronaves, principalmente, la de los aviones, que supuso un antes y un
después en materia de medios de transporte, conectando entre sí, de forma rápida, las diversas zonas del
planeta. Así, el sueño de los hermanos Wilbur y Orville Wright se convirtió en realidad en 1903; si bien, no
fue hasta que en 1927 cuando se produjo el primer vuelo transoceánico pilotado por el ingeniero Charles
Lindberg en el Spirit of St.Louis .
Igualmente reseñable, en el ámbito de la medicina, el descubrimiento en el año 1928 por Alexander
Fleming de las propiedades antibióticas de la penicilina – lo que supuso importantísimos avances en esta
ciencia al poderse tratar toda clase de infecciones, descendiendo de forma significativa, en consecuencia,
la tasa de mortalidad; también, los extraordinarios progresos producidos en el año 1928 de la mano del
genetista Frederick Griffiths, en los inicios de la Genética, concretamente, con respecto a la estructura del
ADN y sus cadenas, gracias a lo que se pudo determinar que éste ácido contiene las información genética
determinante de las características de los seres vivos y de la herencia genética. Este descubrimiento marcó
el pistoletazo de salida para un avance imparable en esta ciencia.
Desde otro ámbito, la computación, internet, la informática y la Inteligencia Artificial han supuesto
una cuarta Revolución, la digital, con cambios sustanciales en nuestras vidas, cambios que han venido para
quedarse y ante los que, en algunos casos, se abre un futuro incierto e inquietante.
4 En la mente de todos, de trágica actualidad, el conflicto armado entre Ucrania y Rusia; con-
flicto éste desgraciadamente activo en el momento en que se finaliza este trabajo. Con todo, no debemos

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