Aquilino Duque: un letrado en Buenas Letras

AutorAquilino Duque
Páginas29-31
COLECCIÓN HUMANISMO, DERECHO Y CRIMINOLOGÍA
29
Aquilino Duque: un letrado
en Buenas Letras
Cada vez estoy más convencido de que la madurez y
los años solo se llevan bien cuando sirven para acentuar el
espíritu crítico. No me reero a esa costumbre de protestar
continuamente y denostar el presente, tan propio de viejos
cascarrabias en lucha permanente contra el mundo, sino a
la capacidad adquirida con los años de relativizar las cosas
y saber discernir entre lo cierto y lo falso, lo valioso y lo in-
signicante, lo sólido y lo inconsistente. La edad provecta
agudiza los defectos en gran cantidad de ocasiones, pero en
otras aumenta y agudiza las capacidades. Hay quien con el
paso de los años envejece mentalmente, a veces sin que sean
necesarias más que tres o cuatro décadas de existencia, pero
hay quien no lo hace, sino que mantiene una actividad inte-
lectual que se conserva esplendorosa gracias a la experiencia
y la madurez. Este es el caso que nos ocupa.
La primera vez que vi escrito el nombre de Aquilino
Duque fue en el escaparate de la desaparecida Librería Sanz
de la calle Granada de Sevilla. La ciudad aún disponía de
varias librerías de fondo clásicas que, poco a poco, fueron
desapareciendo en pos de las tiendas de libros en las que
Ismael Yebra Sotillo
Director de la Real Academia Sevillana de Buenas Letras

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