La agenda de mujeres, paz y seguridad en su veinte aniversario: el papel de las organizaciones de la sociedad civil

AutorManuela Mesa Peinado
Páginas153-174
La Agenda de Mujeres, Paz y Seguridad en su veinte
aniversario: el papel de las organizaciones de la sociedad civil
Manuela Mesa Peinado
DOI: 10.14679/1866
1. INTRODUCCIÓN
En el año 2020 se han cumplido veinte años de la adopción en el Consejo de Seguri-
dad de las Naciones Unidas de la Resolución 1325 sobre Mujeres, Paz y Seguridad (MPS).
Uno de los rasgos característicos de esta Resolución ha sido el papel que han jugado las
organizaciones de la sociedad civil (OSC) y las organizaciones de mujeres en todo el pro-
ceso, desde su adopción a su posterior seguimiento e implementación. Se ha reconocido
ampliamente que la Resolución fue el resultado de los esfuerzos de las organizaciones de
mujeres y de otras organizaciones sociales, que durante años habían trabajado a favor de
la igualdad y de los derechos de las mujeres, y por incorporar la perspectiva de género a
la agenda de paz y seguridad internacional. La aprobación de esta resolución dio paso a
otras nueve posteriores, también por parte del Consejo de Seguridad, y se sumaba a otras
iniciativas previas, como la Plataforma de Acción de Beijing (1995), que ya había señala-
do que los conictos armados son el mayor obstáculo para alcanzar el pleno disfrute de
los derechos humanos de las mujeres y la igualdad de género. También fue muy relevante
la inclusión de la Recomendación 30 sobre las mujeres en situación de conicto armado
de la Convención para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres (CEDAW), en
la que se reitera la obligación de los Estados parte de continuar aplicando la Convención
durante los conictos armados, y expresa la preocupación por el impacto especíco de
género en los conictos. En estos veinte años, además, se han creado guras como la del
Representante Especial del Secretario General sobre la Violencia Sexual en los Conictos,
y otras normas que han facilitado la incorporación de la perspectiva de género a la agen-
da de paz y seguridad en Naciones Unidas.
En los años previos a la adopción de la Resolución 1325 se había ido gestando una red
de alianzas entre organizaciones internacionales y locales, a distintos niveles, que a partir
del Grupo de Trabajo de ONG sobre Mujeres, Paz y Seguridad (NGOWG, por sus siglas
en inglés) realizó un importante esfuerzo de incidencia política para que esta agenda de
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género fuera adelante. Las organizaciones de la sociedad civil unieron sus esfuerzos a la
División para el Avance de la Mujer (DAW) y el Fondo de las Naciones Unidas para el
Desarrollo (UNIFEM) para inuir en los miembros del Consejo de Seguridad con in-
formes que argumentaban la importancia de la presencia de mujeres en los procesos de
construcción de paz (Magallón 2008: 64). El contexto era favorable, en un momento en
que el Consejo de Seguridad estaba muy cuestionado por su inacción ante las atrocidades
cometidas en Ruanda y la ex - Yugoslavia (Barbé, 2016: 112).
En las relaciones internacionales, las organizaciones de la sociedad civil (OSC) son
importantes en términos de agencia, al movilizarse articulando el esfuerzo local con la
acción internacional. La globalización es un factor causal, al facilitar la conectividad y
contribuir a la articulación de estas organizaciones más allá de cada ciudad o país. En
ese contexto se ha articulado también un movimiento feminista y pacista internacional,
que aun teniendo su origen mucho antes, se ha ido haciendo cada vez más fuerte, y cuyas
demandas para el reconocimiento de los derechos de las mujeres han ido adquiriendo
mayor relevancia e impacto internacional en los ámbitos multilateral, regional y nacio-
nal. Esa actividad de incidencia ha propiciado avances signicativos en la prevención de
las violencias, en la participación de las mujeres en los procesos de paz y en su reconoci-
miento como actores de paz.
Sin embargo, siguen existiendo retos y desafíos de gran alcance. Algunos de ellos son
la falta de voluntad política de los gobiernos, las limitaciones propias del Consejo de Se-
guridad de las Naciones Unidas, la escasa dotación nanciera de los programas, y el bajo
impacto que han tenido algunas medidas para mejorar las vidas de las mujeres que vi-
ven en zonas en conicto. No se ha logrado que las palabras y discursos se conviertan en
hechos concretos que supongan una transformación de las estructuras patriarcales que
discriminan, excluyen o legitiman las violencias contra las mujeres. Además, el contex-
to internacional es cada vez más desfavorable, con el surgimiento de una “internacional
reaccionaria” integrada por grupos de extrema derecha y ultraconservadores en muchos
países, que están coordinados internacionalmente y abogan por que haya retrocesos en
muchos ámbitos, como los derechos sexuales y reproductivos, o tratan de que se ignoren
o se subestimen las violencias que sufren las mujeres.
En este trabajo se analizan las aportaciones que han realizado las organizaciones de la
sociedad civil a la Agenda de Mujeres, Paz y Seguridad, desde su adopción en el año 2000
hasta el momento actual, y los ámbitos más signicativos de su participación en el plano
local, nacional, regional y multilateral. También se examinan de manera crítica algunos
de los debates que están presentes en esta agenda, así como de las perspectivas futuras.
2. LA RESOLUCIÓN 1325 COMO HERRAMIENTA PARA LA INCIDENCIA
POLÍTICA Y EL ANÁLISIS
Los antecedentes de la Resolución 1325, y el propio contexto en el que fue adoptada,
han hecho que se haya convertido en una herramienta para la acción de las organizacio-
nes de la sociedad civil y de las organizaciones de mujeres en el plano internacional, pero
también en el plano nacional y local.

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