Una visión alternativa del terrorismo: la escuela de public choice

AutorMaría Blanco González
Cargo del AutorUniversidad San Pablo-CEU
Páginas86-103
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UNA VISIÓN ALTERNATIVA DEL TERRORISMO: LA ESCUELA DE PUBLIC CHOICE
María Blanco González
Universidad San Pablo-CEU
El objetivo de este trabajo es exponer la original perspectiva desde la que la Escuela de Public
Choice analiza fenómenos como el terrorismo. Para ello es imprescindible comprender cuáles son
las bases del pensamiento de dicha Escuela, y la particular descripción y taxonomía de los caminos
por los que se manifiesta el descontento en las organizaciones, tanto empresariales como políticas.
¿Cuáles son las razones que conducen a protestar en lugar de abandonar la empresa o emigrar del
país? ¿En qué casos merece la pena protestar violentamente? La mirada de la Escuela fundada por
James Buchanan nos permite aprender respecto a los costes y beneficios que se plantean a la hora
de escoger el terrorismo como protesta.
En una segunda parte de este trabajo se estudia la Teoría de la Revolución propuesta por
Tullock y sus posteriores desarrollos por otros autores cercanos a la Escuela de Public Choice.
1. INTRODUCCIÓN
La Escuela de Public Choice es una escuela de pensamiento económico, fundada por James
Buchanan y Gordon Tullock, desarrollada en la Universidad de Virginia (Estados Unidos) a partir
de los años cincuenta del pasado siglo, que extiende los conceptos y la metodología de la economía
a los procesos de elección que se dan en las instituciones colectivas o públicas, y en general a
situaciones fuera del mercado. El Public Choice o Elección Pública, trata con los procesos de
elección que realizan personas cuando no seleccionan alternativas sólo para sí, para su consumo
o producción privados, sino que eligen para la comunidad a la que representan tanto como para
sí mismos. El Public Choice asume que los individuos que realizan elecciones entre alternativas se
comportan guiados por la misma racionalidad cuando lo hacen en la función pública que cuando
escogen para sí: en general, tienden a maximizar los beneficios y minimizar los costes. De este
modo, es posible comprender muchos temas que pertenecen tradicionalmente al ámbito de la
ciencia política mediante el instrumental analítico que proporciona la economía.
Esta escuela de pensamiento se caracteriza por su énfasis en el análisis institucional
comparativo y, en particular, en el estudio de las relaciones entre instituciones políticas y
económicas. Destaca la importancia de observar el marco legal dentro del cual se realizan tales
escogencias pues, en ausencia del mercado, los individuos eligen dentro de los límites que la
legislación impone. Por este motivo se ha desarrollado, a partir del enfoque de la Escuela de la
Elección Pública, un área temática de investigación que se denomina Economía Política
Constitucional (Buchanan 1986, 1990 y 1991).
Dos aplicaciones del análisis económico del derecho a la lucha antiterrorista en España
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Buchanan ha querido analizar no sólo la forma de tomar decisiones en el marco de unas reglas
establecidas, sino analizar las propias reglas, la forma en que esas reglas son adoptadas y la
posibilidad de medición de su eficacia. Buchanan bautizó este programa de investigación como
Economía Política Constitucional. En sus propias palabras, se trata de comprender cómo deben
ser diseñadas las constituciones de forma que los políticos que procuren los intereses públicos
puedan sobrevivir (Ostrom, 1987).
Las constituciones políticas de los países son objeto del análisis de la economía constitucional,
pero no son el único objeto. En el marco de esta corriente teórica se entiende por constitución
cualquier regla que, una vez establecida, es inamovible. Es posible que los individuos, voluntariamente,
decidamos establecer una norma inamovible que limite nuestra libertad de actuación en el futuro. Los
individuos podemos ser conscientes de que la libertad de elegir de los demás es perjudicial para
nosotros y por tanto estar de acuerdo en que se limite la libertad de todos.
La garantía absoluta de la eficacia de la regla constitucional se consigue cuando la
constitución es aprobada por unanimidad. En el contexto de la Economía Constitucional, los
costes externos son vistos como una consecuencia de la falta de unanimidad. Las externalidades
se producen cuando las reglas del juego permiten que unos individuos obtengan beneficios
haciendo recaer los costes de su actividad sobre otros. Esas reglas de juego serán rechazadas por
los perjudicados. Sólo las reglas adoptadas por consenso unánime garantizan que no se
impondrán costes a unos individuos en beneficio de otros.
Pero la adopción de decisiones tiene unos costes de transacción (coste de búsqueda de la
información, de deliberación, etc., asociados a la toma de decisiones) que serán mayores, cuanto
mayor sea el número de individuos involucrados. Cuanto más nos acerquemos a la unanimidad
mayor será el coste de decisión y menores serán los costes externos. El cálculo del consenso tiene
que minimizar la suma de ambos tipos de costes. Precisamente ese será el nombre del trabajo más
relevante de estos autores.
El fin de Buchanan y Tullock en su obra The Calculus of Consent (1962), no es alcanzar el “bien
social” a través de la formulación de una función social sino es fijar la norma, y el proceso por el que
ésta se aprueba, que, reuniendo ciertas características que autoricen a referirse a ella como a una norma
justa, permita a los individuos realizar aquellas acciones que maximicen su propia utilidad; y no una
función de bienestar cuya aplicación por los gobernantes maximice el “bienestar social”.
En este contexto, la Economía Constitucional también pone de manifiesto y analiza las
distintas formas de expresión del descontento, pudiendo dividir dichas formas de expresión en
pacíficas o violentas, estando las primeras amparadas en la mayoría de los estados por sus
respectivas constituciones y, como analizaremos en el siguiente epígrafe de este escrito, se pueden
usar en varios ámbitos.
2. ¿CÓMO SE EXPRESA EL DESCONTENTO EN EL UNIVERSO DEL PUBLIC
CHOICE?
En primer lugar, hay que considerar que el objeto de alisis no es ya solamente el sistema
político de un país o región, sino una organización, sea ésta empresarial o sea política. La idea es
plantearse, cómo se expresa el desacuerdo cuando se forma parte de una estructura regulada con
normas comunes y un poder jerárquico.

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