La violencia contra las mujeres
Autor | Iris Rocío Santillán Ramírez |
Cargo del Autor | Profesora del Departamento de Derecho de la UAM-Azcapotzalco y Directora de las Misiones del Foro Latinoamericano para la Seguridad Urbana y la Democracia, A.C. |
Páginas | 455-461 |
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En México el tema de la violencia en contra de las mujeres, no fue visto como un problema sino recién a finales del siglo XX.
Fue hasta 1996 cuando, como resultado de la actividad que a nivel inter-nacional se dio, y de la participación política cada vez más activa de mujeres y hombres mexicanos interesados en la protección de los derechos humanos de las mujeres, se aprobó la primera Ley de Atención y Prevención a la Violencia Intrafamiliar en el Distrito Federal, la cual fue reformada en 1998 bajo la denominación de Ley de Asistencia y Prevención de la Violencia Familiar para el Distrito Federal, que tenía por objeto la asistencia y la prevención del problema.
A finales de 1997, el entonces Presidente de la República Ernesto Zedillo firmó la iniciativa de reformas legales en materia de violencia familiar, la cual incluía cambios importantes en materia civil, familiar y penal (cit. En Borjón, I., 2000: 66-71). Se previó entonces, la violencia familiar como un fenómeno anti-social y delictivo que requería de la intervención estatal, específicamente del sistema penal. En aquel entonces los artículos 343 bis, 343 ter y 343 quárter del Código Penal del Distrito Federal -ordenamientos que regulaban estos ilícitos- tutelaban la vida y la integridad corporal como bienes jurídicos. Las reformas
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legales del 2002 a dicho ordenamiento legal ubicaron al tipo penal de violencia familiar en el título octavo, protegiendo la integridad familiar como bien jurídico.
Toda esta actividad legislativa y la voluntad política por parte de un segmento del gobierno federal, ha permitido hacer intentos importantes para conocer la magnitud del problema relacionado con la violencia familiar.
En 1999, el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) llevó a cabo la primera encuesta que tenía como objetivo hacer un diagnóstico cuantitativo respecto a los actos de violencia que se presentaban al interior de las familias que viven en el área metropolitana de la Ciudad de México; dicha investigación es conocida como Encuesta sobre Violencia Intrafamiliar (ENVIF), y fue aplicada en 4.3 millones de domicilios -que involucró a 5.8 millones de habitantes-, resultando que en uno de cada tres al menos una mujer sufre algún tipo de violencia familiar. La ENVIF tomó en consideración cuatro tipos de violencia, la física, la emocional, la verbal y la sexual, encontrando que entre las mujeres que aceptaron haber sido violentadas, el tipo de violencia más común que se infringía era la violencia emocional y la verbal (Tabla 1).
Un dato importante aportado por la ENVIF es que en sólo catorce de cada cien hogares en donde se registran actos de violencia, se solicitó ayuda (14.4%) y los apoyos más requeridos fueron el psicológico y el eclesiástico (INEGI/INMUJERES, 2003: 421-429).
Tabla 1. Tipos de violencia
Tipo de violencia4 | Porcentaje | N° de hogares |
Violencia emocional | 99% | 1’302,000 |
Violencia verbal | 16% | 215,000 |
Violencia física | 11% | 147,000 |
Violencia sexual | 1% | 14,434 |
Fuente: ineGi/inMuJeres, 2003: 428
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En el año 2002 la Secretaría de Salud federal encargó a un grupo de expertos el diseño y el levantamiento de la Encuesta Nacional sobre Violencia contra las Mujeres (ENVIM), en la cual se muestra la dimensión de la violencia de pareja como problema de salud pública, los factores de riesgo asociados y sus consecuencias. La magnitud del problema es enorme: la encuesta arroja una estimación de la prevalencia de violencia de pareja entre las usuarias de los servicios de salud, de 21.5%, es decir, una de cada cinco mujeres padeció alguna agresión de su pareja en los 12 meses previos a la entrevista. Los efectos sobre la salud van, desde las lesiones infligidas durante la agresión en caso de que ésta haya sido física, hasta problemas crónicos...
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