El vaciamiento de la persona en el personalismo y la posmodernidad

AutorJuan Fernando Segovia
Cargo del AutorDoctor en derecho y en historia, es director del Centro de Estudios Históricos del Consejo de Estudios Hispánicos Felipe II
Páginas67-109
CAPÍTULO II
EL VACIAMIENTO DE LA PERSONA
EN EL PERSONALISMO
Y LA POSMODERNIDAD
PROPÓSITO
Hace unos años, más de veinte, invitado por
personas del «Opus Dei» a exponer en un ciclo de
charlas acerca de la posmodernidad, su organiza-
dor me propuso que abordara el personalismo como
refutación del posmodernismo. Lo hice, pero no
como armación sino con carácter de interrogante.
El público se alteró cuando escuchó decir que el
personalismo alimentaba la posmodernidad y que
debía ser combatido y abandonado luego de ven-
cido. Y con toda razón se perturbó, porque en la
«Obra» se albergan cuantiosos paladines del per-
sonalismo 1.
1 Véase, por todos, Augusto S, Enrique M, An-
tonio Q, Jorge P y José E (eds.), El primado de
la persona en la moral contemporánea. XVII Simposio Internacional
de Teología de la Universidad de Navarra, Pamplona, Eunsa, 1997.
68 Juan Fernando Segovia
Lo que aquí pretendo reconsiderar es esa dis-
cutida trabazón. Propongo en este trabajo exponer
qué se entiende por persona en el personalismo,
preguntarme sobre la continuidad del personalis-
mo en tiempos posmodernos, para alcanzar alguna
conclusión. Conclusión que —anticipo— ratica
aquella primera impresión, especialmente luego de
estudiar y reexionar la obra de Danilo C-
 2 que, por entonces, no me era conocida 3.
I. LA PERSONA DEL PERSONALISMO
Humanismo y personalismo
El discurso acerca de la persona ha calado tan
hondo en la moral, el derecho y la política nuestras
que de hecho es casi imposible oponerse y negar
verdades tenidas por evidentes o universalmen-
te acordadas. La persona es ya un valor absoluto
sobreentendido y la ideología que la pregona, el
personalismo, es hoy el pensamiento dominante.
El personalismo ocupa ahora el lugar del humanis-
mo, pero no lo ha sustituido ni desplazado: ha ocu-
pado su corazón, pues el hombre del humanismo es
la persona del personalismo.
El «humanismo», en su clásica expresión, dice
de un movimiento que, originado en el Renaci-
2 Me reero a L’ordine politico-guiridico «modulare» del per-
sonalismo contemporaneo, Napoli, Edizione Scientiche Italiane,
2007, de Danilo C, que citaré con largueza.
3 Cfr. Juan Fernando S, «El personalismo, de la mo-
dernidad a la posmodernidad», Verbo (Ma drid), n. 463-464 (2008),
pp. 313-337.
El vaciamiento de la persona 69
miento, alcanzó su cima en el Iluminismo 4; y si
bien pueden hallarse anteriores registros en la his-
toria, lo mismo que posteriores conrmaciones, es
ese período de tres o cuatro siglos el de su apogeo.
Si es cierto, como armó H, que el huma-
nismo es una armación de la esencia que dene la
humanitas, el ser hombre 5, podemos constatar que
los humanistas han dado diferentes respuestas a lo
largo del tiempo: el pensar, el hablar, el fabricar, el
poseer un alma espiritual, el existir, etc. Ahora bien,
desde comienzos del siglo  empezó a concebir-
se esa humanitas como el ser «persona». Por eso
el enemigo del humanismo no es el personalismo
sino el antihumanismo 6.
Al apropiarse del concepto de persona, el huma-
nismo devino en personalismo, y éste se presenta
como la culminación teórica y también práctica
(por sus consecuencias morales y jurídico-polí-
ticas) del humanismo. El personalista E. M-
 lo expresa al escribir que «la existencia per-
sonal es el modo especícamente humano de la
existencia» 7. Aparentemente, desde este momen-
to, se habría zanjado una larga disputa entre los
4 Cfr. Tony D, Humanism, London y New York, Routledge,
1997; Thomas M, Christian humanism. A critique of the secu-
lar city and it’s ideology, Chicago, Franciscan Herald Press, 1978.
5 Martin H, Brief über den Humanismus (1947), edi-
ción en castellano: Carta sobre el humanismo, Madrid, Alianza,
2000.
6 Cfr. D, Humanism, cit., cap. 2; Kate S, Huma nism
and anti-humanism, London-Melbourne-Sydney-Auckland-Johan-
nesburg, Hutchinson, 1986.
7 Emmanuel M, Le personnalisme (1949), 7.ª ed., Paris,
PUF, 1961, p. 11.

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