El trabajo puesto a prueba por el feminismo.

AutorLaufer, Jacqueline

Margaret Maruani es la fundadora de la revista Travail, genre et sociétés, que celebró sus veinte años en 2019. Durante dieciocho años, Margaret la ayudó a crecer y desarrollarse acompañándola a diario. Hace mucho tiempo que queríamos entrevistarla para que nos contara la maravillosa historia de nuestra revista, una aventura colectiva que dura y perdura con el placer compartido de los intercambios científicos y amicales.

Nacida en Túnez en 1952, Margaret Maruani es socióloga, directora de investigación emérita del Centre National de la Recherche Scientifique (CNRS, Centro Nacional para la Investigación Científica) y titular de la Medalla de Plata del CNRS. Llegó a Francia con su familia en 1967 y, como nos señala en este artículo, su vida como inmigrante de primera generación alimentó su compromiso y su visión del mundo. Inmediatamente después de sus estudios en Sciences Po y un doctorado en sociología con la tesis Les syndicats a l'épreuve du féminisme (Los sindicatos vistos desde el feminismo) en 1979, desarrolló trabajos en distintas áreas y esclareció los desafíos vinculados a la evolución del trabajo y al empleo de las mujeres. Sus investigaciones ayudaron a romper con una sociología del trabajo dominada por el "masculino neutro" y por lo tanto indiferente frente al género.

Maruani, que estudió de cerca las relaciones entre el mercado laboral y el género, que estableció claramente la diferencia entre el trabajo y el empleo mediante el análisis de la actividad de las mujeres, y que mostró la centralidad de la lógica de género en el estudio del desarrollo del mundo laboral, contribuyó así de forma pionera y decisiva a la estructuración de este campo de investigación en Francia. De igual forma, determinar hasta qué punto se producen errores a la hora de calcular el desempleo cuando no se toma en cuenta el lugar que ocupan las mujeres, mostrar el funcionamiento del trabajo a tiempo parcial y la importancia que tiene en el empleo femenino ... son todas contribuciones esenciales para entender la organización del mundo laboral y sus transformaciones en Francia y en el mundo.

La originalidad y la fuerza de la trayectoria de Margaret nacen de su voluntad de articular la investigación con el compromiso feminista, otorgándole al trabajo un lugar fundamental en el movimiento de emancipación de las mujeres y de la igualdad entre los sexos. Los títulos de sus principales obras, que se citan en la bibliografía, son testimonio de este deseo. Asimismo, el título de este texto nos muestra un elemento clave de esta aventura colectiva y singular: analizar el trabajo en relación con el feminismo. En este texto, que abarca cuatro décadas de investigación con múltiples desafíos, vemos lo mucho que hemos logrado y cuánto nos queda por recorrer.

Margaret, que actualmente es asesora editorial de la revista Travail, genre et sociétés, sigue siendo una colega muy presente, amistosa y con una mirada aguda y pertinente. ¡Todavía es "la reina de los títulos" en la revista! Para nosotras, era esencial analizar su trayectoria, no solo por ser excepcional, sino también porque explica cómo se ha construido un campo de investigación en la sociología del trabajo y sobre el género y, en un sentido más general, cómo, a partir de éste, se han forjado los estudios de género en Francia. Este texto también muestra la importancia de difundir sus obras más allá del ámbito académico y el interés por entrar en contacto con distintos universos de nuestra sociedad, porque este fue siempre el lema de Margaret: un alto nivel de exigencia unido al deseo de escribir para que te lean.

El tiempo de los jazmines

Hyacinthe Ravet: Cuando preparábamos esta entrevista, nos dijiste que eres "feminista por convicción". ¿Podrías contarnos un poco más sobre tu trayectoria personal?

Margaret Maruani: Soy feminista de nacimiento porque nací en un país, en una sociedad y en un entorno donde era evidente que nacer niño era mejor que nacer niña. No tardé mucho en ser consciente de ello. Nací en 1954 en Túnez, el país de los jazmines, en una tierra que recuerdo con nostalgia y en la que pasé una infancia feliz. Allí viví hasta los trece años y conservo la nacionalidad, aunque me nacionalicé francesa poco después de llegar a París. Túnez también era un país donde la dominación masculina reinaba. Era exasperante y pública; jamás la pude soportar. Para mí, ser feminista era una especie de acto de autodefensa, una técnica de supervivencia, ya que aceptar el estatus que se confería a las niñas y a las mujeres significaba dejarse aplastar por completo. Entendí esto muy rápido y me rebelé contra esa sociedad en la cual, desde una edad temprana, había roles para las niñas y para los niños; y había derechos para los niños y no-derechos para las niñas, que después eran derechos para los hombres y no-derechos para las mujeres. Lo vi inmediatamente y jamás pude aceptar este machismo dominador y seguro de sí mismo.

Mi historia familiar es compleja. Vengo de una familia compuesta por una pareja poco probable: mi padre era judío y tunecino, y mi madre alemana y católica. Se conocieron después de la guerra. Mi madre era siete años mayor que mi padre, viuda de guerra y madre de una pequeña niña, mi hermana Christine. En esa época y en ese país, todo eso era totalmente inconcebible, pero lo hicieron. Y se lo impusieron a toda la familia, en Túnez y en Alemania. Iban juntos a la sinagoga para Yom Kipur y a la iglesia para Navidad. Y nosotros, sus hijos, los seguíamos. En casa, comíamos cuscús los viernes y chucrut los domingos. Mi madre era una mujer fuerte y decidida, siempre vivió como quiso y siempre trabajó; era profesora de alemán. Era como un rompehielos: cuando tomaba una decisión, actuaba sin que nada pudiese impedirlo. Era mi ejemplo a seguir. También heredé parte de mi abuela paterna, a la que estaba muy unida. Mi abuela tuvo nueve hijos, se quedó viuda bastante joven y fue una auténtica "cabeza de familia". Además era una mujer culta, lo cual era extremadamente raro para una mujer de su generación en esa sociedad. Escribía poemas que me mostraba a escondidas, me contaba historias en árabe, estábamos muy unidas. Hay por lo menos dos cosas esenciales que recuerdo de ella: "En la vida, siempre tenemos que luchar. Lucha", y también "Pueden quitarte todo en la vida: tu familia, tu casa, tu dinero. Pero hay una cosa que no te pueden quitar, y eso es lo que tienes en la mente. Por eso tienes que estudiar, hija mía". ¡Mensajes que recibí alto y claro! Viví rodeada de mujeres fuertes, resplandecientes, en un entorno impregnado de dominación masculina. Mi padre también era así, por supuesto, pero tomó decisiones en su vida que lo distanciaron un poco del machismo reinante. Era abogado, y era el más pequeño de la familia que había tenido "éxito en la vida". Para él, los estudios también eran algo sagrado, fuera uno niña o niño. Hay una consigna clave que conservo de él: "la igualdad es el corazón del compartir". Era un hombre generoso y cálido ... Y todo esto para decirles que, para mí, el feminismo viene de tiempo atrás, de mi infancia en Túnez y de todas estas mezclas.

La llegada a Francia en otoño de 1967 fue difícil. París es una ciudad muy dura para las personas extranjeras y, en esa época, yo era extranjera e inmigrante de primera generación. Dejamos Túnez luego de haber visto cómo ardían las sinagogas y las tiendas judías. Llegamos a París y, una vez ahí, me trataron de magrebí, africana. Conocí el racismo cara a cara; diversos matices de racismo. No tenía amigas en el liceo, nadie me hablaba, solo para preguntarme si había camellos en las calles de Túnez. Yo no sabía qué significaba inmigrante, pero en ese momento lo entendí. Las profesoras y profesores querían que repitiera el año escolar porque, cuando vienes de Túnez, obviamente no tienes el mismo nivel. Todo esto fue muy violento. Tenía trece años y estaba cursando bachillerato, entonces estaba muy adelantada y quería seguir así, siendo una "buena alumna". Dije: "No, no voy a repetir". Y no lo hice. Al llegar a París, mi lucha tuvo lugar en el colegio y, luego en la oficina, en mi trabajo y en mi empleo. Mi feminismo también nace de todo esto.

Este es un resumen de mi juventud. Guardo una alergia absoluta a la dominación masculina, al racismo en todas sus formas y a las desigualdades de todo tipo. También guardo un deseo de libertad y de emancipación mediante la educación y el trabajo.

Jacqueline Laufer: En ese contexto, entendemos la importancia de tu amistad con Gisèle Halimi, a quien además le pediste que fuera la encargada de imponerte la Legión de honor.

MM: Sí, me sentía muy cercana a ella. Su desaparición en julio de 2020 me ha dejado un gran vacío. Tania Angeloff y yo escribimos sobre su carrera, lo cual se publicó en la edición número 14/2005 de Travail, genre et sociétés. Para mí, Gisèle Halimi es una suerte de icono, una figura llena de inteligencia y valentía, una mujer a la que siempre admiré. Contribuyó a la causa de las mujeres y al feminismo. Le debemos mucho. Lo que me parece muy impresionante de su trayectoria profesional, política y feminista es cómo logró construir causas justas, causas políticas a partir de los procesos judiciales de las personas que defendió y de los procesos que ganó. El juicio por torturas en Argelia junto a Djamila Boupacha, el juicio por la prohibición del aborto junto a Marie-Claire y Michèle Chevalier, el juicio por la violación en Aix-en-Provence. Todos estos juicios forman una parte importante de la historia de los derechos de las mujeres. También leí sus autobiografías, aquellas en las que hablaba de su infancia, y me sentí en cierto modo identificada. Habla sobre su infancia en Túnez, sobre cómo hizo una huelga de hambre para no servir a sus hermanos en la mesa [risas]. Yo no viví exactamente lo mismo, pero mi opinión sobre este tema es similar a la suya, porque las dos vivimos formas de dominación masculina muy abrumadoras. Luego, tuve la gran oportunidad de...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR