EL SUEÑO DE CASARSE CON UNA RICA HEREDERA

Hacer un nueve ceros: denominación sutil para una práctica tan ancestral como refinada: la de hacer una buena (en términos económicos) boda con un cónyuge cuya fortuna o potencial patrimonio ronde los mil millones. De ahí el número de ceros. Sin embargo, en un matrimonio provechoso no tiene por qué estar excluido el amor. Ése parece ser el caso de la próxima entrega de la serie bodones de españoles por el mundo. El próximo sábado 24 de julio, Fernando Porcar Domenech, compatriota, además de curtido empresario en el mundo de las relaciones públicas, se casará en Umbria (Italia) con Valeria Piaggio Croce (33 años). Los Piaggio son una de las grandes familias de la nobleza industrial italiana, hasta el punto de estar emparentados con los reyes indiscutibles: los Agnelli, los dueños de la Fiat. Y, por supuesto, son una de las grandes fortunas del país. Y eso que las últimas generaciones no se han distinguido precisamente por su sagacidad para los negocios. La compañía Piaggio fue fundada allá por 1884 en Génova por el bisabuelo de Valeria, Rinaldo Piaggio. Al principio, la empresa se dedicaba a amueblar barcos. Pero no tardó mucho en meter cabeza en el mercado ferroviario y de ingeniería aérea. Pero si hay que resaltar una fecha en la historia de la Piaggio ésa es el 23 de abril de 1946: ese día la compañía patentó un nuevo modelo de motocicleta: la vespa. Los Piaggio emparentaron con los Agnelli en 1959, cuando la heredera del grupo, Antonella Bechi Piaggio, se casó con Umberto Agnelli, hermano del legendario Gianni Agnelli, alias L'Avvocato. De hecho, y a partir de ese momento, los Agnelli se encargaron de llevar las riendas de la compañía. Pero cuando en 1997 un cáncer acabó con la vida de Giovannino Agnelli, el hijo de Antonella y de Umberto y quien desde 1993 era presidente de la Piaggio, cundió el pánico. En 1999, decidieron vender todo el grupo al fondo británico alemán Morgan Grenfell Private Equity por unos 700 millones de euros. Pero si esa herencia paterna no fuera suficiente, la fortuna también le favorece por el costado materno pues Valeria es la única hija de María Cristina Croce Marabotti, presidenta y dueña de Consorcio Genovés, una de las mayores conserveras de España con sede en Santoña (Cantabria), que a través de marcas como Pelazza, Campanal y La Compañía Americana de Conserva es líder en producción de anchoas y principal exportadora de bonito y atún de España e Italia. Además de los 20.000 metros de la sede en Santoña...

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