Reseña del libro «Victoria Kent al frente de las prisiones españolas (1931-1932). El sistema penitenciario en los inicios de la Segunda República», de Ricardo Mata y Martín

AutorCarlos García Valdés
CargoCatedrático Emérito de Derecho Penal Universidad de Alcalá
Páginas893-894
ADPCP, VOL. LXXIV, 2021
Bibliografía 893
M  M, Ricardo: Victoria Kent al frente de las prisiones
españolas (1931-1932). El sistema penitenciario en los inicios
de la Segunda República. Marcial Pons. Madrid, 2020, 266 páginas.
I
El catedrático de Valladolid, autor del presente libro, Ricardo Mata, se
nos está revelando como un gran penitenciarista. No es esta ni será su última
obra dedicada a la temática dedicada (vid. especialmente, Fundamentos del
Sistema Penitenciario y mi recensión en ADPCP, 2015), lo que sucede es que
la presente es la mejor aportación que se ha realizado sobra la reformadora
republicana. La idea del profesor de la ciudad del Pisuerga de rescatar a gran-
des personajes femeninos que dejaron su impronta en el campo de nuestras
prisiones, como ya lo hizo recientemente con Concepción Arenal (ADPCP,
2019), se completa con este fresco personal y penitenciario de Victoria Kent.
Se trata de un libro muy bien escrito y muy entregado a la prócer y; sin
embargo, pese a su admiración por la protagonista, es justo y equilibrado en
el reconocimiento de sus aciertos, que fueron los más, y en sus errores. El
reconocimiento inunda los primeros y una cierta tristeza los segundos. La
categoría del científico que es el autor se revela en estas líneas tan escasa-
mente sectarias y dedicadas a la primera mujer que fue directora general de
Prisiones en España.
En mi opinión, la presente gran obra presenta tres partes bien diferencia-
das, que coinciden con el recuerdo que ha pervivido de la jurista malagueña.
Los orígenes como letrada y diputada, su nombramiento para el cargo en
Prisiones y su cese. En estas tres fases de su vida se condensa la memoria,
todavía actual, de Victoria Kent. Y las tres están perfectamente recogidas y
descritas en las páginas del catedrático de Valladolid, en sendos y magníficos
capítulos, llenos de conocimientos y respeto, así como de buen hacer y decir.
Republicana convencida, bebiendo las fuentes penales de Jiménez de
Asúa y las políticas de Álvaro de Albornoz, cuando es propuesta para la
Dirección General, siendo ministro de Justicia, Fernando de los Ríos, es
cuando comienza el futuro para nuestra protagonista y el resurgir de la mate-
ria penitenciaria en nuestro país. Hasta entonces los Decretos de 1913 y el
Reglamento de 1930 configuraban el ordenamiento genuinamente carcelario.
La ausencia de un Reglamento del periodo que nos ocupa es, en mi criterio,
¿señal de desatención a nuestras prisiones de un Gobierno que había promul-
gado una Constitución y un Código Penal? Pienso que sí. Por eso Victoria
Kent tiene que acomodar sus ideas reformistas a disposiciones de rango
menor, como órdenes circulares, en vez de redactar un completo texto.
Ricardo Mata recopila, con acierto, su labor al respecto (pp. 109 y ss.), des-
cribiendo su amplio y meritorio campo de actuación, hasta la finalización de
su mandato (pp. 187 y ss.). Que al final del mismo, Azaña se la quitó de
encima como una losa, no cabe duda leyendo las memorias del presidente.
Ahí están sus frases significativas. Y ello se pagó en el ramo penitenciario.

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