El reinado de José Bonaparte: nuevas perspectivas sobre la historia de las instituciones

AutorJean-Baptiste Busaall
CargoProfesor invitado en la Universidad Autónoma de Madrid

El reinado de José Bonaparte: nuevas perspectivas sobre la historia de las instituciones1

Jean-Baptiste Busaall: Ha sido profesor invitado en la Universidad Autónoma de Madrid, profesor ayudante de Historia del Derecho en las Universidades de París-Norte y de Rouen. Su tesis versó sobre el impacto de la experiencia constitucional francesa en la formación del primer liberalismo español (1808-1820). Ha publicado varios trabajos sobre el derecho constitucional y las ideas políticas durante la crisis de la Monarquía Española.

  1. El 21 de mayo de 2007, en vísperas del primer año de celebración del bicentenario de la "Guerra de la Independencia"2, tuvo lugar en la Casa de Velázquez de Madrid una jornada de estudios cuyo objetivo era proponer una reflexión colectiva para renovar los estudios, y quizás el conocimiento, del reinado español de José Bonaparte. Presentar dicha jornada en el noveno número anual de Historia Constitucional, correspondiente a 2008, permite introducir cuatro de los artículos del apartado monográfico que publica la revista electrónica, que derivan de los trabajos presentados entonces y cuya publicación hemos coordinado. Aún así, hay que reconocer que el ejercicio puede ser tan inútil como arriesgado. Si la fecha justifica la atención prestada a los acontecimientos que estuvieron en los "orígenes de la España contemporánea"3, la multitud de encuentros científicos (o no) y de publicaciones a las cuales las celebraciones dan lugar puede llevar a resultados desigualmente novedosos. Las repeticiones no sólo inflan abusivamente la bibliografía haciendo perder un tiempo precioso a los que se interesan por el periodo, sino que encierran el debate en cuestiones ya resueltas. Cuando la Casa de Velázquez tomó la iniciativa de proponer su ayuda material para la organización de una jornada de estudios sobre las consecuencias de la intervención francesa en España en 1808, había que ser consciente de las dificultades de plantear unas perspectivas nuevas susceptibles de poner en evidencia el amplio campo de las preguntas todavía por resolver. Parte de la solución fue invitar a unos historiadores que habían trabajado recientemente sobre las fuentes primarias de la época del reinado de José Bonaparte, para que presentaran pistas de reflexiones y proyectos en curso acerca de las instituciones del periodo. Los debates y la mesa redonda animada por los catedráticos Marta Lorente Sariñena, de la Universidad Autónoma de Madrid, y Juan Francisco Fuentes Aragonés, de la Universidad Complutense, especialistas reconocidos en los problemas de la crisis de la Monarquía católica y el liberalismo español, permitieron precisar cuestiones tanto metodológicas como historiográficas. Creemos poder afirmar que los trabajos de cada uno de los autores han sacado provecho de las reflexiones colectivas.

  2. El reinado de José Bonaparte en España representa una experiencia política, social y jurídica peculiar y, para decir la verdad, poco trabajada. A pesar de haber durado seis años, desde la designación imperial de José como Rey de las Españas y de las Indias en junio de 1808 hasta la retirada precipitada que siguió a la derrota de Vitoria en junio de 1813, su importancia ha sido minimizada. La falta de autonomía del régimen frente a Napoleón y, sobre todo, a sus generales y mariscales, en un contexto de rechazo general del rey "intruso" por parte del bando que se atribuyó el papel de defensor de la verdadera causa patriótica, hicieron considerar esta realidad histórica como una mera anécdota. Dentro de la abundante bibliografía sobre el arranque de la crisis de la Monarquía católica durante los años 1808-1814, conflictivos no sólo en el ámbito militar, el régimen josefino, sus colaboradores, sus actividades, parecen servir exclusivamente como un hecho circunstancial, valedor del movimiento que llevó a la proclamación de la primera constitución de la nación española por las Cortes de Cádiz el 19 de marzo de 1812.

  3. Sin embargo, para quien se interesa por los acontecimientos en clave de crisis de la Monarquía es obvio que, durante el periodo, el reinado de José Bonaparte representó una respuesta a los problemas del Estado. El régimen josefino consiguió convencer a una parte importante de la población, si no numéricamente, por lo menos cualitativamente: la élite administrativa y los altos funcionarios y servidores de la Monarquía. Como lo apuntó Juan Francisco Fuentes, fue una "Monarquía de los intelectuales"4. Además, la existencia de una alternativa josefina ocupó un lugar nada desdeñable en los debates del bando opuesto. Servía a los conservadores para asemejar los reformadores y liberales patriotas con los afrancesados, produciendo una ambigüedad en el vocabulario que se ha convertido en un problema metodológico de la historiografía actual5. También representaba un argumento para promover en el bando patriótico unas reformas políticas e institucionales. Cuando Lorenzo Calvo de Rozas propuso a la Junta Central la convocatoria de una asamblea nacional constituyente, lo hizo contraponiendo ese programa voluntarista de los partidarios de la revolución de España a "las promesas de un régimen constitucional reformativo de los males que habíamos padecido" con que "el opresor de nuestra libertad [i.e. Napoleón] ha creído conveniente [-] halagarnos"6. Como pusieron de relieve Raúl Morodo o Eduardo Martiré, la necesidad por parte de quienes ansiaban unas reformas, de contradecir el programa de la regeneración constitucional prometido por Napoleón y ejecutado por José y sus ministros, demuestra claramente la importancia de la existencia del régimen josefino en el proceso que llevó a la promulgación de la Constitución de Cádiz7. Aunque parece ocioso recordarlo, considerar los acontecimientos a la luz de sus resultados es un anacronismo, y no pocos trabajos, herederos de una larga tradición de interpretación política, han caído en este error.

  4. Hubo que esperar al final de la duradera crisis de la Monarquía, con la muerte de Fernando VII, para que un antiguo doceañista reconociera un papel positivo a la intervención imperial de 1808. En su Espíritu del siglo, Francisco Martínez de la Rosa, que ya había dado un giro personal más conservador, no dudó en afirmar que

  5. "Nada importan los defectos que afeaban la obra, ni el vicio de nulidad que notoriamente adolecía: el hecho es que se otorgaban a España instituciones más o menos libres, que se resucitaban las Cortes y que con la Constitución de Bayona, tal como fuese, era imposible no viniera abajo el gobierno absoluto. Aquel era ya un paso inmenso, que equivalía a una revolución, y este paso lo había dado la nación española en el término de un mes y lo debía a Bonaparte"8.

  6. Si permitió cambiar la visión general de la intervención imperial en España, era una interpretación política carente de valor histórico. Martínez de la Rosa mismo no optó por el bando josefino porque en el contexto de 1808 la intrusión francesa le pareció inaceptable, y si esperaba que se produjese una revolución liberal en España, no podía prever ni su resultado en Cádiz, ni el fracaso del doceañismo9. Este tipo de juicio a posteriori justificó la imagen del reinado de José Bonaparte como una "ocasión perdida" para una modernización progresiva de España, construyendo una mitificación casi romántica del régimen josefino. Avatar menor de la leyenda prometeica forjada en el Memorial de Santa-Helena para Napoleón10, José y la élite española que comprendió que la oferta imperial era la mejor salida para España, fueron "víctimas" de un pueblo ignorante que luchó en contra de sus intereses. Se imputa el fracaso a causas externas que de paso se condenan, tales como el fanatismo religioso de un populacho manipulado por un clero inculto. Ahora bien, esta visión no toma en cuenta en absoluto las circunstancias de la Monarquía española en 1808, ni tampoco examina el contenido de la Constitución de Bayona para intentar evaluar las posibilidades de implantación de un sistema constitucional exportado desde Francia. Este punto de vista se mantiene vivo todavía y favorece los estudios parciales sin visión de conjunto de la complejidad de los componentes de la crisis de la Monarquía católica.

  7. El desinterés general por el reinado de José I explica por qué las pocas obras de referencia sobre la Constitución de Bayona y la experiencia política del régimen josefino no han perdido interés a pesar de su antigüedad. En 1874 se publicó una recopilación incompleta de la documentación conservada en España sobre la formación de la Constitución de Bayona11. A la vuelta del siglo XX, y...

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