Psicopatología del aborto espontáneo y trastornos tras las técnicas de reproducción asistida

AutorFernando Leal Herrero
CargoHospital Psiquiátrico «Dr. Villacián» de Valladolid C/ Núñez de Arce, 21, 4º E. 47002 Valladolid Tfnos.: 983-55-41-13 y 647-289-351 E-mail: fern_leal_h@hotmail.com
Páginas394-403

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1. Psicopatología tras aborto espontáneo

El aborto es siempre un trauma psíquico para la mujer, especialmente para quienes han decidido abortar voluntariamente, pensando que el aborto sería la menos perjudicial de las opciones posibles.

Tanto el aborto provocado como el espontáneo afectan a la mujer en un nivel profundo de su personalidad, que está ligado a su capacidad de generar vida humana y a su deseo de maternidad.

Dice el Prof. L. Thibault, de la Universidad de Montreal, que toda mujer, salvo excepciones patológicas, desea tener un hijo1. Y nosotros añadimos a este aserto que la mujer desea tener un hijo, pueda o no pueda tenerlo, quiera o no quiera tenerlo, y sepa o no sepa que desea tenerlo.

Se trata, sin duda, del deseo universal de ser madre, que asegura la procreación y la continuidad de la vida, independientemente de las circunstancias culturales y socio-económicas en que se encuentre cada mujer en particular, y de que en muchas ocasiones no se manifieste ese deseo explícitamente, porque se mantiene a nivel inconsciente.

Unido a este deseo, que abarca tanto el campo de la consciencia como el del inconsciente, se encuentran los sentimientos de capacidad y potencia, ligados a la maternidad. A través de la fecundación, del embarazo y del parto, la mujer es capaz de formar y poner en el mundo nada menos que a todo un ser humano. ¿Cabe mayor demostración de capacidad y de potencia?

No es extraño, pues, que la mujer-madre llegue a tener una cierta expansividad afectiva y un cierto sentimiento de omnipotencia. Y tampoco es extraño que muchas mujeres aseguren que el haber tenido hijos es el mayor logro de su vida. Page 395

Si la mujer que tiene un hijo se aproxima a la vivencia omnipotente, se comprenderá con facilidad que en el polo opuesto se sitúe la mujer que aborta, precisamente porque la interrupción del embarazo trunca su proyecto vital de maternidad, y por lo tanto su vivencia se convierte en sentimiento de impotencia2.

Los sentimientos de impotencia, de incapacidad, de culpabilidad y de auto-depreciación constituyen la base sobre la que se desarrollarán las diferentes manifestaciones psicopatológicas del «síndrome post-aborto», preferentemente las formas clínicas depresivas y adaptativas.

Los trastornos psíquicos en las mujeres que interrumpen voluntariamente su embarazo ya están abordados en la ponencia del Profesor Polaino, por lo que vamos a abordar de manera preferente los trastornos psíquicos en las mujeres que abortan espontáneamente y que son mucho menores, en intensidad y frecuencia, que los de los abortos provocados3, si bien tienen síntomas comunes en sus formas de aparición.

Las formas más frecuentes de aparición clínica psicopatológica de los abortos espontáneos son las siguientes:

  1. Reacciones depresivas.

  2. Trastornos adaptativos.

  3. Trastornos de ansiedad.

  4. Trastorno de estrés postraumático.

  5. Trastornos del comportamiento, y

  6. Acentuación de los rasgos de personalidad premórbida.

    Los clínicos solemos encajar las reacciones psicopatológicas post-aborto en alguna de estas categorías diagnósticas mencionadas. Sin embargo, es cada vez mayor el número de autores que publican trabajos abogando porque se reconozca el diagnóstico de «Síndrome Post-aborto» como entidad psicopatológica diferenciada, pues las actuales Clasificaciones Internacionales D.S.M.-VI.4 y C.I.E.-105no lo contemplan como tal.

    Tendría sentido que se acuñara el diagnóstico de «Síndrome Post-aborto», pues en las pacientes en las que aparece patología post-aborto hay unos síntomas comunes, como son:

  7. Sentimiento de tristeza.

  8. Sensación de «vacío interior».

  9. Sentimiento de pérdida.

  10. Pesadillas con contenido onírico sobre el aborto.

  11. Fantasías y proyecciones sobre la vida del hijo que no nació.

  12. Y sentimiento de culpabilidad. (Mucho más intenso, patógeno y destructivo en los abortos provocados). Page 396

    También es cierto que estos síntomas comunes pueden ir acompañados de otros síntomas diferentes y variados6, mostrando un abanico psicopatológico que puede ir desde manifestaciones fobo-obsesivas hasta trastornos del comportamiento y de los hábitos en forma de alcoholismo o drogodependencia.

    A este respecto es muy ilustrativo el buen trabajo de Gómez Lacín, Hermoso de Mendoza y Zapata García, del Servicio Navarro de Salud -el primero-, y de la Clínica Universitaria de Navarra -los dos últimos-, proponiendo el reconocimiento del diagnóstico de «Síndrome Post-aborto» como entidad psicopatológica específica7.

    Por nuestra parte, queremos aportar una pequeña observación clínica que hemos hecho en algunos casos de «síndrome post-aborto» que cursan con síntomas de Trastorno del comportamiento alimentario. Según algunos estudios, los trastornos alimentarios aparecen con una frecuencia de entre el 10 y el 20% de los síndromes post-aborto (incluyendo todo tipo de aborto).

    Lo que nosotros hemos observado es un trastorno del comportamiento alimentario, consistente en una hiperorexia que aparece en las semanas siguientes al aborto. La paciente comienza a hacer unas ingestas excesivas, que se mantienen a lo largo de varios meses. En algunas ocasiones el comportamiento puede llegar a ser bulímico, con atracones de comida seguidos de vómitos provocados, pero generalmente no aparecen atracones, ni vómitos, sino simplemente hiperorexia, con ingestas abundantes pero no muy compulsivas, ni críticas, porque estas pacientes no quieren adelgazar, sino que quieren engordar.

    Cuando se analiza con ellas el contenido de sus vivencias y de sus impulsos, las pacientes verbalizan que el aborto les ha dejado una gran sensación de vacío, y que la ingesta de comida es un «intento de rellenar ese vacío con algo». El hecho de engordar les recuerda morfológicamente el estado del embarazo, consiguiendo con ello una cierta sensación de alivio. Es una sintomatología que dura entre 6 y 10 meses. Es decir, que tiene un curso cronológico que se asemeja al del embarazo. Y el aumento de peso se sitúa entre 8 y 14 kilos. No sabemos si este cuadro remitiría espontáneamente, porque los tres casos que hemos seguido iban acompañados de afecto deprimido, por lo que fueron tratados con antidepresivos y apoyo psicoterapéutico.

    El aborto espontáneo, además de truncar las expectativas de maternidad de la mujer, interrumpe también el proyecto vital que la madre tiene respecto a su hijo, pues el hijo, en los primeros meses del embarazo, ya vive en la mente de la madre, ya tiene una presencia psíquica en la madre: en sus sentimientos, en sus fantasías, en sus deseos, en sus proyecciones. Y todo ello se suspende con la interrupción del embarazo, que muchas mujeres viven como la pérdida de un hijo, Page 397 un hijo no nacido, pero un hijo al fin y al cabo. Es natural, por lo tanto, que se produzca, a raíz del aborto, una reacción de duelo (excepto en las madres que ya tienen hijos y no deseen tener más), y que en esa reacción de duelo puedan aparecer síntomas psicopatológicos que predominantemente sean de naturaleza depresiva y ansiosa.

    A lo largo de toda...

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