El equívoco de la esterilidad: ¿enfermedad o manipulación?

AutorFrancisco José Ballesta Ballester
CargoLicenciado en Medicina, Profesor ordinario y Coordinador del ciclo de doctorado de la Facultad de Bioética del Ateneo Pontificio Regina Apostolorum, Roma.
Páginas21-34

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"Desde hace algunos años, la esterilidad está siendo objeto de una inflación sin precedentes, hasta el punto de que parece que aumenta al ritmo de las tecnologías de procreación y de su necesidad de legitimación social. Así, la mayoría de los textos sobre las tecnologías de la procreación se abren con el famoso del 10% al 15% de las parejas son estériles o involuntariamente sin hijos." 1

Introducción

Pensemos en los problemas derivados de un ligero error de cálculo en la construcción de un gran edificio. Análogamente, un pequeño error de concepto al inicio de un razonamiento puede dar origen a conclusiones bastante lejanas de la verdad. Creemos que el sentido que damos a muchos términos que usamos cotidianamente se corresponde exactamente con la realidad de las cosas cuando en muchas ocasiones no es así. Es difícil asignar un contenido diferente a la realidad a términos simples como casa, árbol o piedra. No sucede lo mismo con las palabras amor y legitimidad, la prueba de ello es la dificultad que tenemos para determinar su significado o para encontrar definiciones coincidentes al preguntar a varias personas. Más peligroso que esta dificultad para asignar el contenido correcto a un término es razonar en base a conceptos cuyo contenido es erróneo, aunque aceptado por todos. Este tipo de conceptos funciona en los razonamientos como moneda de cambio falsa, desligando el razonamiento de la realidad y llevando a conclusiones erróneas. Tenemos muchos ejemplos en la historia, baste recordar la consideración de la tierra como un cuerpo plano e inmóvil.

En este artículo vamos a tratar de hacer ver que el concepto de esterilidad pertenece a este último tipo y que necesita ser revisado a fondo para que su significado sea más acorde con la realidad de las cosas. Cuando tratamos de definir la esterilidad, además de encontrar dificultad para hacerlo, solemos hacer una relación con los conceptos de salud y enfermedad. Como la esterilidad está relacionada con el funcionamiento de nuestro organismo, concluimos que debe tratarse de una enfermedad, o por lo menos de algo muy cercano. En otras culturas y tiempos, la esterilidad era consideraba como una maldición, un castigo de Dios, y se le aplicaban los esquemas religiosos. En nuestra cultura, es común considerar la esterilidad como una enfermedad y, en consecuencia, aplicarle los esquemas médicos pertinentes. Un análisis detenido de la realidad de la esterilidad nos permitirá concluir que esta forma de considerarla no es del todo adecuada. A lo largo de la reflexión iremos viendo que la difusión de una concepción errónea de la esterilidad obedece a la presión de los intereses científico-tecnocráticos ligados a las técnicas de reproducción asistida (TRA). Alimentando un falso concepto de esterilidad-enfermedad, las TRA logran aceptación social y facilidad para su difusión. La mentalización sobre este tema ha alcanzado ya tanta profundidad que se hace necesario llamar la atención del lector para que no se deje influir del prejuicio que seguramente anida ya en su interior, a fuerza de la machacona repetición que nos rodea.

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Concepto de esterilidad

"La esterilidad se define como la incapacidad de una pareja para conseguir un embarazo en un plazo de tiempo razonable. La American Fertility Society considera estéril a aquella pareja que no consigue un embarazo después de un año de coitos normales sin usar métodos anticonceptivos, mientras que otras sociedades científicas como la Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia (FIGO) o la Sociedad Europea de Embriología y Reproducción Humana (ESHRE) o la propia Organización Mundial de la Salud (OMS) consideran que tienen que haber transcurrido al menos 24 meses. De todos modos, muchas de estas parejas supuestamente estériles acabarán concibiendo sin necesidad de tratamiento."2

A menudo, infertilidad y esterilidad son usados como términos sinónimos. Muchos autores distinguen esterilidad, como incapacidad para concebir, de infertilidad, como incapacidad de llevar adelante el embarazo aunque se haya producido la concepción.3Otros autores hacen distinciones más minuciosas que favorecen la claridad de los conceptos. Se define fecundabilidad (fertibilidad o MFR.- Monthly Fecundity Rates) como la probabilidad de conseguir un embarazo en un sólo ciclo.4

Además se habla también de infertilidad o esterilidad primaria o secundaria en referencia, según algunos autores, a si ha habido antes, o no, un embarazo5o, según otros, a si su causa es desconocida o puede atribuirse a otra cosa (pe. esterilidad secundaria a una histerectomía, a una infección, etc.)6Se introducen también términos como subfertilidad7para distinguir la infertilidad y la esterilidad, consideradas sinónimos,8de la baja probabilidad de concebir.

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El problema de la fertilidad no es un todo o nada: MFR = 100% para las parejas fértiles y MFR = 0% para las parejas infértiles o estériles. Se trata más bien de una gama de MFR entre 0% y 60%.9

Las cosas se complican más cuando el tema hace referencia a la pareja en su conjunto (pareja infértil o pareja estéril).10Si a esto le añadimos las tradicionales dificultades de la medicina para definir la enfermedad y la definición que hace la OMS de la salud, las complicaciones suben de grado.11De la claridad que se pueda hacer en todo esto dependerá la forma de afrontar el problema de la infertilidad y de la esterilidad y, en consecuencia, la manera de considerar las técnicas de reproducción asistida (TRA).12

Peculiaridad de la función reproductora y de su pérdida

La confusión sobre el concepto de esterilidad proviene de las peculiaridades que tiene la reproducción con relación a cualquier otra función. La mayoría de los órganos implicados en la

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reproducción pueden dejar de funcionar sin causar ningún trastorno. La persona puede ser estéril y no darse cuenta de ello jamás, pues la esterilidad sólo se manifiesta cuando se busca la descendencia. Esta persona vivirá toda su vida tranquilamente, sin ninguna limitación física o psicológica, sin sospechar siquiera que es estéril y, evidentemente, sin morir a causa de la esterilidad. Es más, la esterilidad se produce fisiológicamente en la mujer a partir del climaterio, sin que a nadie se le haya ocurrido todavía llamar enfermedad a la menopausia. Otro punto interesante en estas consideraciones es que las funciones de los órganos implicados en la reproducción son funciones cuyo resultado no se queda en el sujeto mismo sino que lo trascienden.13

De lo dicho anteriormente se deduce que no se pueden usar las mismas categorías (salud y enfermedad) que se usan para clasificar las disfunciones de cualquier órgano, referidas a los trastornos derivados del mal funcionamiento de la función reproductora.14Los partidarios de las TRA no dudan en colocar la esterilidad y terminología aledaña entre los trastornos de la salud cuando habría mucho que decir sobre ello.15Examinando la realidad con un poco de detenimiento podemos darnos cuenta de que no tener hijos no es una enfermedad16y de que no tener hijos cuando se desea tenerlos, tampoco es una enfermedad aunque, si no se encaja bien, puede provocarla.17No poder tener hijos es siempre consecuencia o manifestación de otra cosa, se trata siempre de un síntoma de otro trastorno, no de una enfermedad en sí.

Partiendo de estas bases sigamos reflexionando sobre el tratamiento de las enfermedades y de los síntomas de las mismas. Los tratamientos de las enfermedades pueden ser etiológicos, sintomáticos o de sustitución.18En nuestro caso, el tratamiento etiológico puede, o no, ser posible,

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dependiendo del conocimiento de la causa y de la naturaleza de la patología subyacente a la esterilidad. Considerada la esterilidad como un síntoma tendríamos que decir que, como tal, no tendría la importancia necesaria para ser tratado. Desde el punto de vista estrictamente médico, objetivamente, es un síntoma irrelevante. Viendo la esterilidad como la carencia de una función, muchos razonan que la función debe ser recuperada a través de un "tratamiento sustitutivo". Aquí cabe decir que se sustituyen las funciones cuya pérdida supone la muerte, una grave limitación o un grave riesgo para la persona, lo cual, desde un punto de vista estrictamente médico y objetivo, no se cumple en el caso de la pérdida de la capacidad reproductiva en sí misma considerada.

El "tratamiento" de la esterilidad

El lector atento podrá argumentar que anteriormente se ha sostenido que la imposibilidad de tener hijos puede ser origen de un trastorno psíquico y entonces es necesario que se le ponga remedio. Tiene razón quien piense así, pero la solución de este problema no está en la sustitución de la función reproductora ausente. Es importante darnos cuenta de que la "terapia" debe ir dirigida a restablecer el equilibrio emocional... perdido por la persona. La causa de este desequilibrio está en la falta de aceptación de la esterilidad, no en la esterilidad en sí misma considerada. La solución adecuada va en la línea de ayudar a las personas a redimensionar y poner en un marco adecuado el deseo de tener hijos.

En muchos casos bastará con que entienda lo que es un hijo, su valor profundo, y esto, no para acrecentar la vehemencia de su deseo y su frustración, sino para que se dé cuenta de que no se trata de un bien disponible, de un bien adquirible, por el que se trabaja y se lucha hasta hacerlo propio. Una idea correcta de lo que son la paternidad y la maternidad, de lo que es un hijo, ayudará mucho a las personas que sufren por no ver cumplido su anhelo de tenerlo.

En otros casos habrá que ayudar a la persona a entender que la ausencia de hijos no significa falta de...

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