Prólogo: La transición digital de la Justicia frente a la virtualización de las emociones, la robotización de las pasiones y la tecnologización de las tensiones
| Autor | Sonia Calaza López |
| Páginas | 11-13 |
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PRÓLOGO:
La transición digital de la Justicia frente a la virtualización de
las emociones, la robotización de las pasiones
y la tecnologización de las tensiones
Sonia Calaza López
Catedrática de Derecho procesal UNED
Me resulta muy satisfactorio, por distintos motivos, presentar –a modo de
prólogo– este excelente libro –“La Administración (judicial) electrónica”– de
Román García-Varela Iglesias, Letrado de la Administración de Justicia. El Autor
de esta monografía es –sin lugar a dudas– una joven promesa del Derecho, un
talento jurídico en plena ebullición científica y –a pesar de su juventud– un con-
sagrado jurista. Su profunda vocación jurídica, que viene de familia –hijo y nieto
de magistrados, habiéndolo sido su padre, además, del Tribunal Supremo–, unida
a su capacidad de trabajo, tenacidad, y entusiasmo por mejorar nuestro sistema
jurídico, lo han impulsado a desarrollar una línea de investigación tan potente y
definida, como imprescindible en este tiempo –¿revuelto?– de sostenibilidad, aus-
teridad, inclusividad y digitalización, en el que muchos estudiosos anhelamos una
transición más prudente, segura –y responsable– desde la tradicional solidez del
Derecho en general –en nuestro caso, ya en particular del Derecho procesal –, ha-
cia la moderna liquidez, flexibilidad y hasta elasticidad –muchas veces, inequívoca
consecuencia de la permanente espontaneidad, improvisación e, incluso, fugaci-
dad– de las mismas relaciones jurídicas.
La digitalización de las relaciones jurídicas –en progresión, además, ascen-
dente– comporta, como es lógico, el surgimiento de tensiones, desencuentros,
desavenencias en la red; en definitiva, de controversias en sede electrónica o hí-
brida, que –sin embargo– serán resueltas –por el momento y todavía– en un es-
cenario procesal exclusivamente analógico. Pero no sólo el hábitat digital de las
comunicaciones y actuaciones procesales es, a día de hoy, el único espacio por
descubrir, transitar y regular. También ha llegado ya –muy a pesar de la morato-
ria solicitada– la implementación de nuevas y sofisticadas técnicas de Inteligencia
Artificial, que se nutren de datos –cuya debida protección “está en el aire”– para
exportar –con inteligencia, ingenio y creatividad: propiedad intelectual e indus-
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