Prácticas comunitarias en los servicios sociales municipales
Autor | Antonia Picornell-Lucas/Enrique Pastor Seller/Helena Belchior Rocha |
Páginas | 123-138 |
CAPÍTULO 4.
PRÁCTICAS COMUNITARIAS EN LOS
SERVICIOS SOCIALES MUNICIPALES
1 . CONSTRUYENDO UN ESPACIO URBANO INCLUSIVO DESDE
LA MIRADA DE LOS NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES
1.1. Avances en las formas de vida de los niños, niñas y adolescentes
Hasta hace escasas décadas, a los niños, niñas y adolescentes se les nega-
ba su reconocimiento como agentes sociales de cambio; sus derechos no se
identifi caban ni estaban defi nidos en ningún sistema de bienestar social. Sus
puntos de vista, experiencias y capacidades eran ignoradas y no consideradas
imprescindibles para su desarrollo humano y su bienestar personal y social.
Estaban invisibilizados. El sistema educativo, el sanitario, el judicial, el de los
servicios sociales, e incluso el familiar, se limitaban a su protección desde una
cultura paternalista y de superioridad del mundo adulto.
Sin embargo, estos discursos y representaciones deterministas sobre la
infancia se van modifi cando de la mano de la investigación científi ca y del
avance legislativo. La propia Convención sobre los Derechos del Niño (1989)
planteó un reto político, moral y legal, al otorgar una particular importancia
a la promoción de la participación activa y a la escucha de los niños y niñas, a
disfrutar del derecho fundamental a su ciudadanía (arts. 12, 13, 15 y 17). Y, a
pesar de las resistencias y las voces que se cuestionan estas prácticas, se visuali-
zan nuevos espacios donde los niños y niñas son considerados sujetos sociales
y políticos, demostrando su preocupación y compromiso social y su potencial.
Antonia Picornell-Lucas, Enrique Pastor Seller y Helena Belchior Rocha
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Ejemplos como el activismo de Greta unberg contra el cambio climático
o el de Malala Yousafzai en defensa del derecho de las niñas a la educación o los
movimientos sociales de niños, niñas y adolescentes, especialmente en países de
América Latina, reivindicando prácticas garantes de la defensa de su identidad,
muestran la capacidad de agencia de los niños y niñas para la comprensión y
modifi cación del contexto social, político y económico. Agencia de la infancia
entendida como el ejercicio de poder de los niños y niñas a los que se les reco-
noce un conocimiento, la posesión de recursos y una capacidad refl exiva (Pávez
y Sepúlveda, 2019) para incidir en sus realidades.
Esta posición protagonista de los niños y niñas comienza a vincularse con
el impulso de experiencias en los entornos de investigación y en las estructuras
de poder. Su incorporación progresiva, como sujetos centrales y activos, a los
procesos de investigación, está produciendo un conocimiento más real sobre
sus vidas. Este cambio de objeto a sujeto de estudio supone un giro en las
estrategias metodológicas (Rodríguez y Martínez, 2020), que necesariamente
deben respetar los tiempos, horarios, lenguaje y características personales de los
niños y niñas, dentro de unos parámetros éticos (Fernandes y Cássia, 2020).
Sin embargo, la incorporación de los niños y niñas a las investigaciones, in-
cluso a su diseño, se encuentra todavía muy condicionada por los signifi cados
atribuidos a sus capacidades.
No obstante, en el ámbito comunitario, la evidencia sugiere un compromi-
so democrático cada vez más progresivo por involucrar activamente a la infancia
y adolescencia en la co-construcción de la comunidad. Estructuras y espacios,
en los sistemas escolar, familiar, social, de justicia, que refuerzan su recono-
cimiento como seres humanos con capacidad para formarse juicios propios e
infl uir en los cambios sociales, a la vez que aseguran también su motivación
y bienestar al sentirse escuchados. Como ejemplo, el Manifi esto de la Infancia
y Adolescencia 2020 (UNICEF, 2020), presentado por representantes de los
Consejos de participación de Infancia y Adolescencia del ámbito municipal al
Gobierno español con propuestas relacionadas con los ODS y con el impacto
del COVID-19 en sus vidas, a tener en cuenta en el diseño de la Estrategia
Nacional de Desarrollo Sostenible. Es un claro ejemplo de cómo el municipio
es el lugar donde los niños y niñas tienen la oportunidad de participar de ma-
nera continua y sentirse agentes protagonistas del desarrollo de su comunidad.
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