Plásticos biodegradables a partir de fuentes renovables

AutorMario Demicheli
CargoIPTS

Asunto: Varios estudios han coincidido en la predicción de una tasa de crecimiento anual de aproximadamente el 30% para esta década, en Europa y en los EE.UU., para los polímeros biodegradables de origen natural. El crecimiento del mercado se ve favorecido por las autoridades, los consumidores ecológicos y los grupos activistas del medio ambiente. En consecuencia, muchas compañías en el mundo se están apresurando a desarrollar tecnologías novedosas, a la vez que despliegan estrategias de mercado complementarias.

Relevancia: La producción de plásticos biodegradables podría conseguir ahorros de energía y grandes beneficios medioambientales, por lo que merece la pena considerar la integración de estos materiales en la política de gestión de residuos en Europa. Además, la creación de normas y etiquetas sería un medio útil para pasar de la investigación a la innovación, y para desarrollar un mercado europeo de estos materiales.

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Análisis

Los plásticos y el medio ambiente

Cada vez resulta más evidente que el uso de plásticos de larga duración para aplicaciones de vida corta no está en absoluto justificado, especialmente cuando existe un peligro creciente de perturbación de los sistemas vivientes. La eliminación de residuos plásticos es de sumo interés en cirugía, higiene, catering, envasado, agricultura, pesca, protección medioambiental, aplicaciones técnicas y otros usos potenciales [1.

La mayoría de los plásticos y polímeros sintéticos actuales se obtienen a partir de productos petroquímicos. Los plásticos convencionales son persistentes en el medio ambiente, por lo que un tratamiento inadecuado de eliminación de los residuos de materiales plásticos es una fuente significativa de contaminación ambiental e incluso de perturbación importante de la naturaleza. En el mar, por ejemplo, los desechos plásticos como cuerdas y redes o bandas de plástico de los envases de bebidas enredan y ahogan a los mamíferos marinos. Un estudio realizado sobre cadáveres de cetáceos ha revelado que 1 de cada 30 animales se había sofocado con desechos plásticos [2. Los plásticos tienen también un impacto muy costoso sobre la gestión de los residuos, y las autoridades municipales están empezando a ser conscientes del ahorro considerable que puede suponer la recogida de los residuos orgánicos "húmedos" en los llamados "biobins" (silos biológicos) para ser convertidos en compost. Por todas estas razones, para los responsables de las decisiones y para la industria de los plásticos es primordial conseguir las condiciones necesarias para sustituir los polímeros no degradables por plásticos degradables, especialmente para aplicaciones en la industria del envase y embalaje, sobre todo para los envases no recuperables [3.

El cambio hacia fuentes renovables

La producción de plásticos biodegradables puede enmarcarse dentro del contexto más amplio de una "industria más verde", con la mayoría de los programas nacionales de Investigación, Tecnología y Desarrollo centrados en el uso de biomasa renovable como suministro alternativo frente a los combustibles fósiles para la industria petroquímica. Las principales razones de todo esto son la explotación del potencial de la fotosíntesis para ahorrar energía, la disminución del efecto invernadero, el desarrollo de procesos y productos compatibles desde el punto de vista ecológico, la diversificación de la agricultura más allá de la producción alimentaria y, posiblemente, la creación de empleo [4.

Así, la utilización de biomasa renovable (cosechas) y de los "residuos" agroindustriales emerge como alternativa clave. Realmente, los residuos constituyen la opción de suministro más prometedora: no sólo son baratos sino que su conversión resuelve otros problemas medioambientales, convirtiendo "desechos" en productos útiles. Esto significa que los países sin posibilidades de ampliar sus producciones agropecuarias podrían, sin embargo, beneficiarse económica y ecológicamente, reduciendo el impacto ambiental asociado a la eliminación de sus residuos industriales. Esto ha dado lugar a una importante labor de investigación y también, recientemente, se han logrado innovaciones en dos direcciones principales: el desarrollo de nuevos microorganismos que pueden convertir sustratos baratos, y la clonación y expresión de genes biosintéticos en las plantas.

Extensión del ciclo de reciclado

El reciclado de plásticos convencionales es un modo de reducir los problemas asociados a los residuos plásticos. Sin embargo, muchos materiales de envase y embalaje no son apropiados para el reciclado porque están contaminados con alimentos y tinta, y la limpieza necesaria previa al reciclado resulta muy cara. El reciclado de los envases les cuesta a los alemanes aproximadamente 3 DM por kg. Además, el reprocesamiento conduce a menudo a una degradación en el uso del polímero y a una acumulación creciente en el sistema. En otros países la ausencia de mercados para polímeros reciclados ha llevado a la acumulación de existencias y al dumping. El reciente cambio en la legislación alemana relativa al reciclado de envases, que disminuye las cuotas del 64% al 50%, es en parte la respuesta a la ausencia de mercado para los polímeros reciclados de baja calidad. Se están desarrollando tecnologías de despolimerización que pueden devolver los plásticos a su material de partida (el monómero de alimentación), de modo que puedan utilizarse para rehacer el polímero no degradable. Sin embargo, este proceso aumentará el coste del monómero de alimentación y por consiguiente del plástico final, y no resolverá el problema de la degradabilidad del plástico, que perdurará en el medio ambiente [5.

Incluso el ciclo más eficaz de reciclado de residuos plásticos no biodegradables, en cualquier proceso de producción, tiene un coste de producción asociado al que hay que añadir el coste de eliminación. No obstante, los plásticos biodegradables no deben considerarse como sustitutos de los plásticos en general, sino sólo para aplicaciones específicas. De hecho, algunos materiales plásticos tienen propiedades físicas únicas, por lo que serán insustituibles durante mucho tiempo [6.

Biopolímeros, plásticos convencionales y plásticos biodegradables

Las resinas empleadas en la fabricación de plásticos biodegradables son de dos categorías: naturales y sintéticas. Las resinas naturales (o biopolímeros) tienen como base recursos renovables tales como el almidón y la celulosa, y los polihidroxialcanoatos (PHA) producidos por microorganismos. Otros polímeros, como las proteínas y las pectinas, pueden también utilizarse, potencialmente, para desarrollar plásticos y polímeros biodegradables. Los polilactidos (PLA), es decir, poliésteres alifáticos formados por polimerización del ácido láctico, se incluyen generalmente en esta categoría, ya que el monómero puede producirse por fermentación [7.

Los polímeros sintéticos se obtienen a partir del petróleo y de otros productos e incluyen polímeros de poliéster y polietileno. Un ejemplo de polímero sintético biodegradable es la policaprolactona, una resina de poliéster termoplástica. Recíprocamente, la modificación física o química de un biopolímero natural puede derivar en una pérdida de su biodegradabilidad. Los materiales plásticos convencionales de base petroquímica no se degradan fácilmente en el medio ambiente debido a su alto peso molecular y a su carácter hidrófobo. Por consiguiente, la eliminación de los plásticos se ha convertido en un gran problema para el medio ambiente, dando lugar a programas para reciclar, incinerar o convertir en compost estos residuos [8.

El sector de los plásticos

En 1994, el consumo de materiales plásticos en la industria de tratamiento de los plásticos en la UE fue aproximadamente de 30 millones de toneladas. A Alemania le corresponde casi la cuarta parte de la demanda total de la UE. Las economías de Asia empiezan a integrarse más y depender menos de EE.UU. y Europa. Los principales países fabricantes de plásticos en Asia son Japón, Corea, Taiwan, China y Singapur, con una producción de más de 25 millones de toneladas; es decir, un cuarto de la producción mundial. En China, la fabricación de productos plásticos ha ido creciendo más de un 20% anual durante la década de los 90.

En estos últimos años, han aumentado enormemente las exportaciones de la UE a los países de Europa Central y del Este [9. En consecuencia, van a empeorar los problemas de gestión de los residuos en estos países, algunos de los cuales posiblemente se unan a la UE en un futuro próximo [10. En los países muy industrializados los plásticos representan entre el 20 y el 40%, en volumen, de los residuos sólidos municipales. Ha llegado el momento, por tanto, de pensar en la cooperación para desarrollar estrategias de producción de plásticos degradables, como está sucediendo en los países asiáticos, y sobre todo porque los países de Europa Central y Oriental poseen los abundantes recursos agrícolas que se necesitan para producir la materia prima necesaria [11.

Envases y embalajes

La producción de envases y embalajes es el subsector más grande de la industria de transformación de plásticos, ya que constituye la tercera parte de la demanda. La industria alimentaria es el principal usuario, seguida de las industrias de bebidas y de distribución. A pesar de las consecuencias medioambientales, el mercado europeo del envase y embalaje plásticos está aumentando cada año en miles de millones de ECU. Los productos farmacéuticos, de limpieza y los cosméticos son los mayores utilizadores de envases y embalajes. Por esto, previendo una legislación futura restrictiva encaminada a reducir el peso y volumen de los envases y embalajes, estas industrias están muy interesadas en ver aparecer en el mercado de envases y embalajes biodegradables baratos [9.

La mayor tasa de crecimiento corresponderá a las resinas de poliéster para botellas, especialmente en el mercado de las bebidas carbonatadas, cuya demanda anual es actualmente de más de 500 millones de ECU. Como respuesta a esto, las compañías japonesas han diseñado recientemente un sustituto para las botellas de poliéster, con excelentes propiedades físicas, por modificación del "Bionolle", un poliéster biodegradable, con una técnica conocida como moldeo por soplado y estirado [12.

Películas de plástico

La mayoría de las películas de plástico se basan en polietilenos, constituyendo el polietileno de baja densidad una sexta parte del consumo total de plástico en la UE. Los principales usos de las películas de plástico son las películas impresas para envasado automático, las películas retráctiles para envolturas, las películas para uso en agricultura y horticultura (invernaderos, sustratos inertes), películas para la construcción, bolsas para consumidores, bolsas de basura, sacos resistentes, y películas para una amplia gama de aplicaciones técnicas, como cintas magnéticas, tarjetas de crédito, estampado de láminas en caliente, cables, aislamiento de motores, películas para proteger muebles y para oficinas. Los usos en agricultura constituyen el 3% del consumo total de plástico en Europa. En los últimos 20 años las películas de plástico para cubrir invernaderos han experimentado una innovación y un crecimiento espectaculares [9.

Estructura de la industria

La industria de los plásticos existe dentro del contexto más amplio de la industria petroquímica. Este sector se ha visto últimamente muy afectado por la necesidad de dedicar grandes cantidades de capital y subvenciones de I+D para cumplir con las cada vez más estrictas regulaciones medioambientales [13. La capacidad existente de producción de polímeros está actualmente en manos de los principales grupos petroquímicos, que a su vez responden a la demanda de materias primas de los fabricantes. La industria de transformación de los plásticos está formada principalmente por pequeñas y medianas empresas. Después de obtener la materia prima, el fabricante de plásticos con una empresa de tamaño medio, tiene que vender sus productos a las grandes industrias, como los fabricantes de coches, los de equipo eléctrico y electrónico y los grandes almacenes [9.

Actualmente, la tecnología de los polímeros biodegradables puede ofrecer sólo una gama limitada de materiales. Esta es la razón principal por la que EE.UU. y Japón se están centrando en el desarrollo tecnológico de los polímeros biodegradables, con el fin de ampliar la gama de estos polímeros que puedan cumplir los requisitos de tratamiento y de propiedades para muchas aplicaciones en las que la biodegradabilidad del material es cuestión primordial [14. La industria bioquímica (cereales, azúcar, alimentos en general) se encuentra en una posición ideal para la obtención de plásticos biodegradables a expensas de la industria petroquímica o, a la inversa, la industria petroquímica podría adaptar su tecnología para procesar materias primas renovables, aprovechando su larga experiencia en el proceso. En la transición, hay un nicho en donde podrían surgir PYMES que integren a la vez la producción y la transformación de polímeros.

Desarrollos recientes

En el marco de este artículo no hay espacio suficiente para presentar una revisión de todos los plásticos biodegradables que existen o que están en desarrollo. A continuación sólo se mencionarán dos ejemplos recientes de innovación.

En los EE.UU. cuatro laboratorios del DOE (Departamento de Energía) han firmado un convenio de 7 millones de dólares con Applied CarboChemicals, una empresa de especialidades químicas, para fabricar materiales de partida químicos a partir de cultivos agrícolas renovables, con un costo sensiblemente menor que la síntesis química convencional basada en el petróleo. El proyecto está fundamentado en el reciente desarrollo por el DOE de un microorganismo nuevo como parte de un proceso que convierte los cereales en intermediarios clave para obtener una serie de productos industriales y de consumo, incluyendo polímeros, fibras textiles, pinturas, tintas, aditivos alimentarios y parachoques para automóviles. Los mercados nacionales para estos productos químicos superan la cantidad de 1.300 millones de dólares anuales. También se espera un aumento en el número de puestos de trabajo para la próxima década, cuando las empresas aumenten su capacidad de fabricación y se extiendan a mercados mundiales [15. Este es un ejemplo típico de combinación de plantas de síntesis química y de biosíntesis, una propuesta que se persigue en América por sus posibilidades de ahorro de energía. La línea de I+D que se está siguiendo sugiere la posibilidad de ampliar el proceso, en un futuro próximo, al uso de residuos orgánicos industriales ( tales como los de la industria azucarera) para sustituir a los cereales.

Recientemente, Metabolix (Cambridge, Mass) ha obtenido licencias de patentes del MIT sobre inserción de genes para la producción de las enzimas clave en el mecanismo de producción de PHB (polihidroxibutirato, un componente esencial de los termoplásticos de poliéster biodegradables) en bacterias y cereales transgénicos. Las bacterias y las plantas transgénicas pueden también copoliesterificar el -hidroxibutirato con los hidroxialcanoatos hasta C12. Dado que los PHB, los únicos PHA que se conocen producidos en las plantas, tienen propiedades físicas pobres, y se ha tenido poco éxito al intentar mezclarlos con otros polímeros y plastificantes, estas innovaciones podrían ser esenciales para un uso más amplio de PHA en productos comerciales [16]. El atractivo potencial de la producción de plásticos biodegradables en un sistema de producción renovable de bajo coste (utilizando maíz, mandioca, soja, etc.) se hace evidente si se tiene en cuenta el incremento de "joint ventures" recientes y la adquisición de empresas por grandes firmas multinacionales, como Monsanto y Cargill [17. La Tabla 1 presenta algunas de las actividades precomerciales y comerciales que se estan llevando a cabo en Europa.

Algunos intentos previos de desarrollo y comercialización de materiales biodegradables, han fracasado debido a costes altos, ausencia de buenas propiedades físicas (principalmente resistencia al calor y al agua), falta de una infraestructura adecuada para la gestión de los residuos y de medios adecuados para que el público pueda diferenciar los productos.

Tabla 1: Plásticos biodegradables en Europa: ejemplos de empresas [18]

Empresa Actividades

Biotec (Melitta)

Emmerich (Alemania)

Producción comercial de mezclas de almidón biodegradable/ policaprolactona (PCL) para, por ejemplo, envases y embalajes y manipulación de residuos (bolsas de basura).

BASF Ludwigshafen

(Alemania)

Desarrollo de copoliésteres sintéticos biodegradables y mezclas con almidón, por ejemplo, para obtención

de películas flexibles.

Bayer/Wolf Walsrode

Leverkusen

(Alemania)

Copoliéster-Amida biodegradable, sintética y precomercial, por ejemplo, para obtención de películas flexibles.

Novamont

Novara (Italia)

Producción comercial de almidón mezclado con poli- caprolactona y/o polivinil alcohol, "Mater-Bi".

Biodegradabilidad y transformación en compost

Algunas mezclas de polietileno y almidón pueden degradarse por agentes físicos (tales como la luz). También se está comercializando un tipo de polietileno que incluye un catalizador que acelera la degradación térmica del polímero. Sin embargo, la biodegradación es otra cosa distinta.

La norma ASTM D-5488-94d define "biodegradable" como "capaz de sufrir descomposición a dióxido de carbono, metano, agua, compuestos inorgánicos o biomasa, siendo el mecanismo predominante la acción enzimática de microorganismos, que puede medirse mediante ensayos estándar, en un periodo especificado de tiempo, que refleja las condiciones de eliminación disponibles".

La transformación en abono o compost, es un proceso de descomposición biológica acelerada considerado por muchos como una solución potencial a la crisis de gestión de residuos sólidos que existe en muchas partes del mundo. Un producto transformable en abono o compost es definido como "capaz de sufrir descomposición biológica en una zona especial como parte de un programa disponible, de forma que el material no se pueda distinguir visualmente y se descomponga en dióxido de carbono, agua, compuestos inorgánicos y biomasa, a una velocidad similar a la de los materiales transformables en abono conocidos" [7].

La gestión de residuos sólidos debería incluir un conocimiento crítico de la descomposición de polímeros sintéticos que pueden eliminarse como residuo sólido en los vertederos municipales. La investigación, el marketing y las revisiones reglamentarias de los polímeros degradables deberían tener en cuenta las características de degradación en vertederos reales, no sólo en ensayos de laboratorio.

Para satisfacer los requisitos de transformación en abonos, todos los componentes de la mezcla tienen que biodegradarse completamente en las condiciones de formación de compost, dentro del espacio de tiempo de este proceso. Actualmente se están desarrollando propuestas de normas de ensayo nacionales y europeas para medir la biodegradabilidad en condiciones de formación de compost. El factor clave es si el material de la biodegradación (es decir, el residuo dejado por la biodegradación) es perjudicial para el medio ambiente [19]. Determinar solamente la cantidad de mineralización no tiene en cuenta la naturaleza del residuo dejado. Además, la biodegradación de mezclas de polímeros sintéticos no degradables y almidones, que de hecho pueden "biodesintegrarse", es dudosa

Alemania está tratando el tema de salud de las plantas en sus normas de biodegradabilidad/transformación en abono; un producto debe ser totalmente biodegradable en condiciones de transformación en abono y el material resultante no puede ser fitotóxico o ecotóxico, es decir que deberá ser compatible con el crecimiento de plantas y la actividad microbiana. De hecho, la suposición de que utilizar ingredientes naturales conduce siempre a productos inocuos no es cierta. Lo más importante es el destino final del material biodegradable [7].

Un asunto a tratar es si los ensayos de laboratorio actuales reflejan con exactitud la biodegradabilidad de un material en una pila real de compost. Los medios en los que tiene lugar la biodegradación difieren ampliamente en términos de composición microbiana, pH, temperatura y humedad y no se reproducen fácilmente en el laboratorio. Otra cuestión para el desarrollo de normas es equilibrar la necesidad de estabilidad durante la vida útil con rápida degradabilidad. Se necesitará desarrollar sistemas de distribución más sofisticados para evitar que los productos estén mucho tiempo en los almacenes y crear más instalaciones de transformación en abono directamente relacionadas con la eliminación de estos productos. En Japón, la Sociedad de Plásticos Biodegradables (BPS) ha propuesto una norma para la degradabilidad que ha sido aceptada en aquel país y está siendo considerada por la Organización Internacional de Normalización (ISO) [14].

La Marca OK de Conformidad para Compost se concede conjuntamente por la oficina internacional de inspección de la calidad A.I.B.-Vinçotte Inter y Organic Waste System, un instituto de investigación en el campo de la biodegradabilidad [20]. Los fabricantes pueden utilizar esta etiqueta en su material como prueba de que cumple el ensayo de biodegradabilidad y de que es adecuado para compost. Hasta ahora, no existe ningún método de laboratorio estándar, adoptado internacionalmente, para investigar la biodegradabilidad aeróbica en un medio en que se produce compost.

Retos futuros

La aceptación de polímeros biodegradables probablemente depende de cuatro incógnitas: (1) la respuesta de los consumidores a los costes que hoy día son de 2 a 4 veces más altos que para los polímeros convencionales; (2) la posible legislación (en particular la concerniente a polímeros hidrosolubles); (3) el logro de biodegradabilidad total; y (4) el desarrollo de una infraestructura para recoger, aceptar y procesar polímeros biodegradables como una opción generalmente disponible para la eliminación de residuos [14].

En un contexto social, los plásticos biodegradables requieren una reconsideración de los hábitos de vida. Estos exigirán su recogida por separado, implicar al público en general, responsabilizar a las grandes comunidades para que instalen sistemas de reciclado, etc. En la cuestión de coste, la mera conciencia del hecho puede, a menudo, subestimar la importancia de los costes de eliminación y de los ambientales que habrán de añadirse al coste del tratamiento.

La biodegradabilidad está ligada a un medio ambiente específico. Por ejemplo, el tiempo de biodegradación medio requerido para la transformación en compost de un bioplástico es de 1 a 6 meses. En Europa la transformación en compost está aumentando y el porcentaje de población con este tipo de instalaciones disponibles para sus basuras llega al 80% en Holanda, 40% en Alemania y 30% en Bélgica. Sin embargo, se carece todavía de una regulación adecuada y ya han aparecido las primeras quejas, por ejemplo en Holanda, donde los ciudadanos deben pagar el mismo impuesto por los plásticos para transformar en compost que para incineración [21].

El desarrollo de plásticos biodegradables, a base de almidón, parece muy prometedor, dado que el almidón es barato, disponible anualmente, biodegradable en varios medios e incinerable. Las principales desventajas para la industria son la baja impermeabilidad de los bioplásticos y la migración de los plastificantes hidrófilos con los consiguientes fenómenos de envejecimiento. El primer problema, junto con el factor coste, es común a todos los plásticos biodegradables.

En lo que concierne a los poliésteres biológicos (PHA), la reciente compra de la empresa Biopol de Zeneca por Monsanto, que intenta ampliarla para incluir polímeros derivados de plantas, no sugiere un futuro brillante para la producción microbiana de estos polímeros [22]. Sin embargo, la investigación sobre la producción de polímeros por bacterias es valiosa porque puede ser útil para ayudar a comprender cómo ampliar la gama de polímeros producidos por las plantas [23].

En resumen, los bioplásticos del futuro se producirán a partir de fuentes renovables, tendrán un bajo contenido energético y presentarán propiedades de uso similares a las de los plásticos convencionales.

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Palabras clave

Plásticos biodegradables, mercado, normas, fuentes renovables, química verde, transformación en abonos

Agradecimientos

Este trabajo se ha realizado con ayuda de la DG XII-E2 (investigación agro-industrial), la Asociación de Regeneración Orgánica y Compostage (ORCA) y la Asociación de Fabricantes de Plásticos Biodegradables, cuyas contribuciones se agradecen.

Referencias

  1. Doi, Y., et al., eds. Biodegradable Plastics and Polymers. , ed. Y. Doi and K. Fukuda (eds.). 1994, Elsevier.

  2. Pearce, F., Dead in the water. New Scientist, 1995. 4 Feb: p. 26-31.

  3. Colvin, R., Bioderadable polymers make small-scale return. MPI, 1995(Abril): p. 19-21.

  4. AIR agriculture and agro-industry, including fisheries programme (1991-1994). Catalogue of research and demonstration projects. EUR 16552 EN, 1995.

  5. Environmentally Friendly Plastics for the Future. aCHiEvement, 1995. 1(Abril).

  6. Fritz, H.-G., et al., Study on production of thermoplastics and fibres based mainly on biological materials. 1994, DG 12.

  7. Farrell, M. and N. Goldstein, Unraveling the biodegradable plastics maze. Biocycle, 1995. 36(11): p. 74-79.

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  10. Abbey, A., Social needs proposed as priority for EU research. Nature, 1996. 382: p. 194-.

  11. Joint Biodegradable Plastic Research Using Starch Planned For Thailand, en Japan Chemical Week. 1995 (Nov 9).

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  13. Endless Frontier, Limited Resources, 1996, Council on Competitiveness: Washington DC.

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  18. Hakola, J., Neste Oy Chemicals. (comunicación personal), 1996.

  19. Itavaara, M. and M. Vikman, A simple screening test for studying the biodegradability of insoluble polymers. Chemosphere, 1995. 31(11-12): p. 4359-4373.

  20. Ponthieu, E., Did you say biodegradable? The Orcazette, 1996. 4(1): p. 7-9.

  21. Bioplastic Seminar (DGXII/E2). 1996. Oct 1.

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Contactos

Mario C.Demicheli, IPTS, tel. +34-5 448 83 21, fax +34-5 448 83 26 correo electrónico: mario.demicheli@jrc.es.

Bert Lemmes (ORCA,IBPMA) Av.E. Meunier 83, Box 1, B-1200 Bruselas, Bélgica, tel.+32-2 772 90 80, fax +32-2 772 6835.

CV

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Mario C. Demicheli es ingeniero químico y doctor en química aplicada. Ha trabajado en el campo de la catálisis en química orgánica y procesos limpios en diferentes organizaciones. En el IPTS realiza, actualmente, vigilancia y prospectiva sobre tecnologías agroalimentarias, biotecnología y tecnologías ambientales en general. También participa en actividades de cooperación y estudios entre la UE y terceros países mediterráneos. Está interesado en la investigación agro-industrial (aplicaciones en alimentos y otras áreas) y en desarrollo regional.

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