Las organizaciones de narcotraficantes mexicanas en el sexenio 2006-2012 desde la perspectiva del elemento político
| Autor | Jesús Pérez Caballero |
| Cargo del Autor | Doctor en Seguridad Internacional por el Instituto Universitario General Gutiérrez Mellado de la UNED (Madrid) |
| Páginas | 197-287 |
6. LAS ORGANIZACIONES DE
NARCOTRAFICANTES MEXICANAS EN EL
SEXENIO 2006-2012 DESDE LA PERSPECTIVA DEL
ELEMENTO POLÍTICO
“-Kima: Fighting the war on drugs, one brutality case at a time.
-Carver: Girl, you can’t even think of calling this shit a war.
-Herc: Why not?
-Carver: Wars end.”604
6.1. INTRODUCCIÓN
Un conflicto armado concita unos rasgos cualitativos que, en los críme-
nes de lesa humanidad, se sustancian en los elementos contextual y político.
En México605, las características de las organizaciones de narcotraficantes606,
unidas al número de asesinatos cometidos por individuos vinculados a éstas,
604 SIMON, David (escritor) y JOHNSON, Clark (director), 2002, “The target”, en SIMON,
David (productor ejecutivo), The Wire, New York City: HBO.
605 Desde la perspectiva del elemento político de los crímenes contra la humanidad, especi co
cuándo me re ero al Estado mexicano o federación, o al resto de Estados o entidades federativas.
606 He utilizado indistintamente los términos “organización de narcotra cantes” y “cártel”,
en su uso frecuente de “[o]rganización ilícita vinculada al trá co de drogas o de armas”, según
REAL ACADEMIA ESPAÑOLA, 2001. Cártel. En Diccionario de la lengua española, 22.a ed. Dis-
ponible en: http://lema.rae.es/drae/?val=c%C3%A1rtel (consultado el 15 de agosto de 2013).
Según ASTORGA, la palabra “narcotra cante” aparece en México en periódicos de la capital en
1956 y 1957, aunque sin ser frecuente hasta años después. ASTORGA, Luis 1996, El siglo de las
drogas. México D.F.: Editorial Planeta, pp. 92-93. El sociólogo mexicano es contrario al uso de
la palabra “cártel”, a la que denomina “categoría de percepción puesta de moda en los ochenta
para designar un supuesto tipo de organización de los tra cantes colombianos”, ibídem, p. 130.
Este autor señala que “[l]a acción organizada, concertada y racional de todos los grupos para
la búsqueda de un objetivo común no se re eja por ningún lado. Lo que parece existir es más
bien un mercado de competencia abierta con una dinámica de control social interno y externo
donde predomina el estado de naturaleza; un mercado cuyos agentes sociales actúan conforme
al ethos empresarial del liberalismo puro y donde los grupos más fuertes tienden a conformar
una estructura oligopólica”. Ibídem, p. 160. DE LA CORTE Y GIMÉNEZ-SALINAS, op. cit., pp.
137-138, comparten la crítica, pero aceptan el uso normalizado del término “cártel” y no el rela-
cionado con la economía. Para el análisis de las organizaciones de narcotra cantes del sexenio, el
término cártel dota de un añadido cualitativo, sea de capacidad de oponerse al Estado, sea por la
variedad de actividades ilícitas que realizan al margen del trá co de drogas. Véase, por ejemplo,
ICG, Peña Nieto’s Challenge: Criminal Cartels and Rule of Law in Mexico, Crisis Group Latin America
Report N°48, 19 de marzo de 2013a, http://www.crisisgroup.org/~/media/Files/latin-america/
mexico/048-pena-nietos-challenge-criminal-cartels-and-rule-of-law-in-mexico.pdf (consultado el
9 de mayo de 2013), pp. 5 y 8.
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plantean la cuestión sobre la naturaleza de su violencia. Durante el sexenio
2006-2012, con Felipe Calderón (Partido de Acción Nacional, PAN) como
presidente federal, las cifras de muertes atribuidas al crimen organizado607
varían entre 60.000 y 65.000608. Este número es superior al de algunos con-
607 Según el art. 2 de la Ley de Federal Contra la Delincuencia Organizada, aprobada el 28
de octubre de 1996 y entrada en vigor el 29 de octubre de 1996, “[c]uando tres o más personas
se organicen de hecho para realizar, en forma permanente o reiterada, conductas que por sí o
unidas a otras, tienen como n o resultado cometer alguno o algunos de los delitos siguientes,
serán sancionadas por ese solo hecho, como miembros de la delincuencia organizada”. Los
homicidios atribuídos a estas organizaciones se dividirían, a efectos de cuanti cación extra-
jurídica en: ejecuciones o “acciones planeadas por una organización para eliminar presuntos
miembros de organizaciones rivales o elementos de la propia que habían cometido alguna falla
o traición”; “enfrentamientos entre grupos de delincuentes armados”, que “no se trata de una
acción unilateral de una organización en contra de otra, sino de un encuentro violento entre
personas armadas o sicarios de dos organizaciones enemigas”; “enfrentamientos entre un grupo
de personas armadas, en principio miembros de alguna organización criminal, y autoridades,
ya sean policías locales o fuerzas federales”; y “homicidios provocados en agresiones directas o
unilaterales de organizaciones criminales en contra de autoridades de cualquier tipo, es decir,
agresiones unilaterales en las que no hubo respuesta violenta de estas últimas: emboscadas a
patrullas municipales en que morían los policías sin responder a la agresión; o arrojar granadas
a o cinas de policías estatales desde vehículos en marcha”. VALDÉS CASTELLANOS, Guillermo
2013, Historia del narcotrá co en México, Aguilar: México D.F., p. 81, pp. 387-388. El mismo autor
cuanti ca, para el período de enero 2007-diciembre 2011, 51.501 fallecimientos de este tipo,
distribuidos en: ejecuciones, 42.240 (82%); agresión por enfrenamiento, 4321 (8%); agresión
directa, 3629 (7%); y enfrentamientos entre delincuentes, 1311 (3%). Ibídem, p. 389.
608 Sobre una cifra de 132.135 homicidios al nalizar el sexenio, sumados de los datos del
INSTITUTO NACIONAL DE ESTADÍSTICA Y GEOGRAFÍA [INEGI], “En 2012 se registraron 26
mil 037 homicidios”, Boletín de prensa Núm. 288/13, 30 de julio de 2013, Aguascalientes, http://
www.inegi.org.mx/inegi/contenidos/espanol/prensa/Boletines/Boletin/Comunicados/Especia-
les/2013/julio/comunica9.pdf (consultado el 30 de octubre de 2013), p. 2, la estimación sobre
las atribuidas al crimen organizado proviene de MOLZAHN, Cory, RODRÍGUEZ FERREIRA,
Octavio y SHIRK., David A., Drug Violence in Mexico. Data and Analysis Trough 2012, Trans-Border
Institute. Joan B. Kroc School of Peace Studies, University of San Diego, febrero de 2013, http://
justiceinmexico. les.wordpress.com/2013/02/130206-dvm-2013- nal.pdf (consultado el 8 de oc-
tubre de 2013), p. 15. Para los problemas de su cuanti cación y la manera en la que se caracteriza
una muerte como presuntamente relacionada con el trá co de drogas, véase ibídem, pp. 6-11 y
HOPE, Alejandro, “De muertos y números”, Plata o Plomo, 18 de agosto de 2012c, http://www.
animalpolitico.com/blogueros-plata-o-plomo/2012/08/18/de-muertos-y-numeros/ (consultado
el 6 de noviembre de 2013), donde se destacan los problemas de una cuanti cación, según él,
basada en inferencias, redundante, confusa y que criminaliza a la víctima sin un juicio previo. Las
cifras o ciales sobre este aspecto dejaron de publicarse en septiembre de 2011, pero coinciden
con las 65.362 proyectadas por Milenio, un diario que se ha caracterizado por hacer el conteo:
LÓPEZ, Roberto, “65 mil homicidios dolosos en el sexenio de Calderón”, Milenio, 8 de abril de
2013, http://www.milenio.com/cdb/doc/noticias2011/bfa2b0eda97fcfc2a1f45995a54794e9
(consultado el 8 de octubre de 2013). Antes de 2006 “nadie ha estado contando los homicidios
relacionados con el trá co de drogas”. RÍOS 2012a, op, cit.p. 4. La propia autora resalta que en
2008 los crímenes relacionados con el crimen organizado aumentaron un 142% (de 2826 a 6837)
y en 2009 y 2010, un 40% y un 59% respectivamente y, a su vez, recuerda que esta violencia no
es homogénea, sino que se concentra en unas pocas regiones: 4 de los 32 estados concentran el
84% de las muertes; 10 de los 2450 municipios concentran el 40% de los crímenes y los siguientes
EL ELEMENTO POLÍTICO EN LOS CRÍMENES CONTRA LA HUMANIDAD 199
flictos que han demandado la intervención de la CPI609, pero, por ejemplo,
inferior al de homicidios (sea atribuidos al crimen organizado, sea de otra
índole) en el mismo período en otros países latinoamericanos610. Además,
estas cifras pueden contextualizarse con las características de las manifesta-
ciones de otros tipos de violencia en México611, no sólo la relacionada con
el crimen organizado. Ello alerta contra lecturas que unifiquen a posteriori,
por ejemplo, los asesinatos ocurridos en un sexenio y cometidos por indivi-
duos vinculados a alguna organización de narcotraficantes. Por ejemplo, se
90 más violentos concentran el 32%; y no en todos los Estados crece progresivamente, ya que
en algunos se producen oleadas de violencia que posteriormente decrecen. Ibídem, p. 3. En
este contexto también se enmarcan las cifras de VALDÉS para el período 2007-2011: en cuatro
entidades federativas han ocurrido el 51% de los fallecimientos atribuidos al crimen organizado
y siete concentran el 66%: Chihuahua 13.061 (25%), Sinaloa 5835 (11%), Guerrero 4618 (9%),
Tamaulipas 2869 (6%), Durango 2758 (5%), Nuevo León 2500 (5%) y Michoacán 2417 (5%).
En el resto, 17443 (34%). VALDÉS, op. cit., p. 391.
609 A efectos ilustrativos y sin que quiera extraer consecuencias materiales de esta comparación,
la CPI conoce de situaciones dispares, que han tenido lugar en lapsos de tiempo variables, como
la de la República Democrática del Congo, con 5.4 millones de muertos (mayo de 1997-marzo de
2004); Uganda, con 2300 muertos y 1.67 millones de desplazados internos (marzo de 2002-julio de
2004); Darfur, con 300.000 muertos y 2.5 millones de desplazados internos ( nales de 2002-junio
de 2005); Costa de Mar l, con 3000 muertos y 1 millón de desplazados internos (noviembre de
2010-octubre de 2011); o Libia, con 12.500 muertos (principios de 2011 hasta mediados de agosto
del mismo año). Véase MCLAUGHLIN, Daniel, International Criminal Tribunals. A visual overview,
Leitner Center for International Law and Justice, Fordham Law School, New York City, http://
www.leitnercenter.org/ les/News/International%20Criminal%20Tribunals.pdf (consultado el
8 de octubre de 2013), pp. 63-70. No obstante, las cifras mexicanas son muy inferiores a casos
paradigmáticos de crímenes contra la humanidad como los 800.000 muertos en 100 días de 1994
en Ruanda. Ibídem, p. 21.
610 Como Honduras, El Salvador, Venezuela, Guatemala o Colombia, según UNODC, 2011
Global Study on Homicide. Trends, Contexts, Data, 2011, http://www.unodc.org/documents/da-
ta-and-analysis/statistics/Homicide/Globa_study_on_homicide_2011_web.pdf (consultado el 8
de octubre de 2013), pp. 50 y 54.
611 ESC ALANTE GONZALBO ha realizado varios análisis de los factores de la violencia por
regiones, no sólo la relacionada con el crimen organizado, sino la causada por otros factores.
Así, para el período 1999-2007, señala “la crisis del orden rural creado por el régimen revolucio-
nario” en Oaxaca, Guerrero, Michoacán, Morelos y el Estado de México; “la muy débil presencia
del Estado en la Tierra Caliente de Guerrero y Michoacán, en la parte alta de la Sierra Madre
Occidental, entre Sinaloa, Durango y Chihuahua”; y “el acelerado crecimiento de la población
en los últimos 20 años” en las ciudades de la frontera norte. En todo caso, “[e]ntre 1992 y 2007
disminuyeron sistemáticamente, año con año, tanto la tasa nacional como el número de homicid-
ios. La tasa pasó de un máximo de 19.72 en 1992 a un mínimo de 8.04 en 2007 [por cada 100.000
habitantes]”. Véase ESCALANTE GONZALBO, Fernando, “Homicidios 1990-2007”, Nexos en línea,
1 de septiembre de 2009, http://www.nexos.com.mx/?p=13270 (consultado el 22 de agosto de
2013). Esta línea coincide con las explicaciones multicausales de la violencia no sólo en México,
sino en América Latina, del PNUD. Véase PNUD, op. cit., pp. 7 y 75 y ss. A su vez, el citado autor
mexicano constata el aumento de homicidios en las zonas de México donde ha habido operati-
vos federales (militares y policiales). Véase EL MISMO, “Homicidios 2008-2009. La muerte tiene
permiso”, Nexos en línea, 3 de enero de 2011a, http://www.nexos.com.mx/?p=14089 (consultado
el 30 de octubre de 2013).
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