Balance del capítulo primero

AutorJesús Pérez Caballero
Cargo del AutorDoctor en Seguridad Internacional por el Instituto Universitario General Gutiérrez Mellado de la UNED (Madrid)
Páginas119-122
3. BALANCE DEL CAPÍTULO PRIMERO
1. Los crímenes contra la humanidad, a partir de un origen no técnico
vinculado a los crímenes de guerra y una evolución de décadas, se regulan
en el art. 7 ECPI con claridad suficiente como para no ser confundidos con
los otros tres crímenes internacionales. En su caso, lesionan bienes jurídicos
individuales fundamentales en un contexto de particular alteración del com-
ponente político imprescindible para la organización de cualquier sociedad.
2. Defino crímenes contra la humanidad, a partir de la ampliación de
la propuesta por GIL, como una serie de delitos enumerados en el art.7.1
del ECPI, cometidos en el marco de un ataque generalizado o sistemático
contra una población civil con conocimiento de dicho ataque, por parte de
un individuo vinculado a o con la tolerancia de, un Estado u organización
que controla de iure o de facto el territorio donde se cometen, o vinculado
a una organización con la capacidad de provocar el colapso sustancial, o
de mantener una situación de colapso total, del Estado donde se cometen.
3. Por ataque no debe interpretarse sólo uno militar, ya que los críme-
nes contra la humanidad se han desligado de su vínculo con un conflicto
armado. Lo anterior no obsta a la posibilidad de promover estos crímenes
durante un conflicto armado; simplemente significa que pueden cometerse
en tiempos de paz o de guerra. El concepto de ataque es un iceberg: sirve para
detectar la necesidad de un elemento político que recoja las consecuencias
materiales aparejadas a los nexos bélico o estatal. De lo anterior, se deduce
que el elemento político no puede fundirse con el contextual, pero sí con
la idoneidad de quien promueve dicho ataque. Así, la comisión múltiple
de los delitos o de un solo acto de gran magnitud, han de insertarse en el
hecho global resultante de la interacción entre los elementos contextual y
político. Esto puede entenderse considerando los elementos del tipo como
un continuum conceptual donde cada parte conforma a las otras.

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