MUMFORD, Lewis. El pentágono del poder. El mito de la máquina II. Logroño, Pepitas de Calabaza, 2011

AutorQuim Sirera
Páginas171-173

Page 171

Hace 40 años, Lewis Mumford (N.Y., 1895 -Amenia, 1988), historiador, urbanista y pensador de la Técnica, daba a conocer este notable trabajo sobre el desarrollo histórico a través de la técnica, la relación entre el progreso humano y la evolución de la técnica.

Estudio que Mumford había empezado en 1934 (Técnica y civilización) y había continuado en 1967 (El mito de la máquina. Técnica y evolución humana). Trabajo que por su extensión (800 páginas), por la amplitud de sus miras, por la profundidad de sus análisis y por el acierto en sus predicciones sobre a dónde nos conduce la lógica del desarrollo técnico, lo convierten en una obra referente para entender nuestro mundo y las posibilidades de su superación, apostando por otra forma de organización social, un nuevo sistema que no vaya en contra de la humanidad del hombre sino a su favor. Para ello Mumford empieza desmontando el mito de la máquina, el mito del progreso basado en la fe incuestionable de que el desarrollo técnico es siempre favorable al desarrollo humano.

El período abarcado en este estudio se extiende desde el siglo XVII al siglo XX, desde que se construye el cosmos mecanicista (Galileo, Descartes, Bacon) hasta llegar al caos del siglo XX (la automatización de la auto-matización). Para Mumford, el avance más decisivo de la nueva concepción mecanicista tuvo lugar fuera del terreno de la técnica: fue el regreso del dios Sol, símbolo del poder centralizado. La astronomía y la mecánica celeste sentaron las bases de un orden absoluto, tanto político como industrial, como el que se había fijado en la Era de las Pirámides. Con la nueva imagen mecanicista del mundo -reducción de lo orgánico a lo mecánico-, el hombre se deshumaniza, la vida es interpretada como un fenómeno puramente mecánico.

Esta cosmovisión mecanicista marca el fin de la politécnica que había imperado a lo largo de toda la Edad Media. Ésta había absorbido los inventos de culturas anteriores incorporando a las suyas técnicas que venían de muy atrás, como el molino de agua y el molino de viento, el arado, el telar, la rueda de alfarero..., y que ayudaron a darle a este periodo cohesión y armonía. Fue la Ilustración la que entendió la Edad Media como un periodo de ignorancia, de superstición y de atraso técnico, sin ver su riqueza politécnica. El hecho de que la técnica medieval persiguiera otras metas que las estrictamente centradas en la expansión mecánica contribuyó a que se la considerara atrasada...

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