Manipulación política, populismo y necropolítica en el líbano
| Autor | Francisco salvador barroso cortés. María Ángeles Alaminos Hervás |
| Páginas | 180-198 |
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CAPÍTULO 9
MANIPULACIÓN POLÍTICA, POPULISMO
Y NECROPOLÍTICA EN EL LÍBANO
FRANCISCO SALVADOR BARROSO CORTÉS
Universidad Loyola Andalucía
MARÍA ÁNGELES ALAMINOS HERVÁS
Universidad Loyola Andalucía
1. INTRODUCCIÓN
A la hora de abordar el problema que presenta la implementación de
agendas sectarias en pro de intereses particularistas, tenemos que prestar
atención al problema de la manipulación política. El caso del Líbano es
sintomático porque realmente parte de su valor radica en la libertad de
expresión y en su pluralismo político-confesional. Tanto la libertad
como el pluralismo se han visto afectados negativamente precisamente
por la interacción entre fatores como el sectarismo, populismo y el sis-
tema de gobernanza conocido como ‟comunitocracia”. Sea como fuere,
el Líbano en cuanto entidad estatal ha seguido perdiendo enteros y se
está aproximando al colapso total. En este sentido, son muchas las pre-
guntas que deberíamos plantearnos con relación a dicha interacción:
¿Cómo se relacionan los sistemas mediáticos con las estructuras de di-
visión y las identidades políticas?, ¿hasta qué punto la manipulación po-
lítica favorece o facilita la implementación de agendas puramente sec-
tarias y populistas que abogan por desestabilizar y debilitar al Estado?,
¿de qué forma se retroalimentan la manipulación política con el secta-
rismo y populismo político?, ¿cómo la ‟comunitocracia” se ha visto fa-
vorecida por la manipulación política?, ¿de qué manera la manipulación
política garantiza la ejecución de políticas sectarias y populistas que lle-
van a la implementación de la ‟necropolítica” y de un nuevo barba-
rismo?
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Con vistas a dar respuesta a algunas de las preguntas anteriormente plan-
teadas, podríamos emplear la herramienta que nos ofrece el ‟paralelismo
político” (Hallin y Mancini, 2004) para conceptualizar la relación de los
sistemas mediáticos con los clivajes políticos. De hecho, sostenemos
que en el Líbano la mayoría de los medios de comunicación privados
han asumido un papel político activo en la movilización de la opinión
pública a favor de líderes de corte claramente populista.
Efectivamente, el ‟paralelismo político” puede manifestarse en los
vínculos organizativos de las instituciones mediáticas, las afiliaciones
políticas de los profesionales de los medios, las orientaciones del papel
periodístico, el contenido de los medios y las audiencias. Por lo tanto, el
‟paralelismo político” se vería potenciado por la propia estructura del
sistema mediático. Así, por ejemplo, el Líbano cuenta con 110 publica-
ciones para una población de algo más de cuatro millones de habitantes.
Se supone que ninguna de estas publicaciones vende más de 10.000
ejemplares al día (Dajani, 2013, p.2).
Esto también se aplicaría al ámbito audiovisual. Así que, tanto los me-
dios escritos como los audiovisuales se presentarían como no autosufi-
cientes desde un punto de vista financiero, y esto afectaría a una mayor
predisposición a aceptar ayuda financiera de fuentes externas a cambio
de apoyo editorial. De igual forma, las principales instituciones mediá-
ticas que defienden intereses distintos de los suyos sacrifican la credibi-
lidad en aras del beneficio material. En realidad, los medios de comuni-
cación libaneses reciben ayudas económicas, u otras formas de subven-
ción, por parte de embajadas, empresas y grupos locales, así como del
gobierno libanés. A cambio, se espera que dichos medios apoyen y di-
seminen políticas de su espónsor o mecenas. Según Nabil Dajani, los
servicios que los periódicos libaneses brindan a sus clientes se pueden
dividir en tres tipos generales.
En primer lugar, a través de un compromiso editorial sin límites y ses-
gado a favor del patrocinador, independientemente de si es el Estado o
un grupo no estatal. En segundo lugar, mediante la publicación de ar-
tículos y noticias que apoyen y defiendan al patrón o ataquen y denigren
a sus opositores, independientemente de su naturaleza. Finalmente, a
través de la promoción de determinadas políticas, a menudo mediante
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