Luigi Mariucci, in memoriam

AutorJoaquín Aparicio Tovar
CargoProfesor Emérito de la Universidad de Castilla-La Mancha
Páginas17-19
17
Escribir éstas líneas supone un doloroso esfuerzo. Día a día nos conmueven las
espantosas cifras de las personas que están perdiendo la vida en esta pandemia,
pero el 10 de diciembre la COVID, al llevarse a nuestro amigo Luigi Mariucci,
descarnadamente nos obligó a mirar de frente con feroz rabia “los vertiginosos
ojos claros de la muerte”, como dijera el poeta Gabriel Celaya. Gigi, con gran
fortaleza de ánimo y optimismo, se enfrentó y superó otros serios problemas
de salud, la misma fortaleza con la que luchó durante varias terribles semanas
con el virus que se nos presentó por sorpresa el año pasado, pero esta vez ese
ente microscópico ganó la partida. El dolor y la rabia que sentimos quizá son
iguales al dolor y rabia de otras personas que ha perdido a seres queridos y nos
ponemos en su lugar al ser golpeados con tanta fuerza, porque Gigi era “uno de
los nuestros, uno de los mejores”, como ha dicho Antonio Baylos.
Por encima de todo Mariucci era un amigo que compartía los valores que la
Revista de Derecho Social trata número a número defender. Era brillante, pero no
un académico refugiado en una estéril erudición o un seco tecnicismo (aunque
tenía un altísimo rigor técnico), sino que para él la pasión por el Derecho
del Trabajo estaba estrechamente unida a la pasión política, cosa que nunca
ocultaba, más bien, al contrario, lo explicitaba. Umberto Romagnoli ha destacado
que Gigi asumió desde que era joven rebelde de la izquierda extraparlamentaria
de finales de los años 60 del siglo pasado una ética de la convicción de
principios, unida a una ética de la responsabilidad, que le llevó a “profundizar
con una escrupulosidad poco menos que religiosa el conocimiento del derecho
al que el trabajo ha dado el nombre”. El mismo Gigi dejó escrito que entendía
del derecho del trabajo como “un instrumento crítico con el que mirar el orden
social, las formas de la prestación de trabajo y también el poder político”. Su hijo
Lorenzo, en un conmovedor texto escrito pocas horas después de su muerte, ha
insistido en que su pasión por el Derecho del Trabajo estaba unida a su pasión
por la política por un único hilo conductor. La política entendida “como empeño
colectivo que encuentra su razón de ser en un sistema de valores y de justicia en
los que creer y jamás entendida en el sentido oportunista o como instrumento
de poder”.
Joaquín Aparicio Tovar
Profesor Emérito de la Universidad de Castilla-La Mancha.
ESTUDIO
LUIGI MARIUCCI, IN MEMORIAM

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