Instituciones jurídicas de la provincia de León en el período medieval

AutorManuel Fernández Núñez
Páginas740-750

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Las luchas, contiendas judiciales, litigios y discusiones sobre la propiedad comienzan a iniciarse en los primeros siglos de la reconquista. Pleitos análogos a los promovidos por Indisclo y Novidio, repícense frecuentemente.

El presbítero Mauregato sostuvo, al parecer, ruidoso expediente con Godosteo sobre dominio de sus ricas haciendas. Intervino el mitrado en concepto de arbitro, y concilio a los litigantes. En reconocimiento a tal mediación, Mauregato le cede parte de las tierras ganadas a Godosteo y corresponde a la vez Odoario a la liberalidad del presbítero regalándole una rica piel.

Al aproximarse el siglo X, el patrimonio del Monarca disminuye en proporción creciente, efecto de la preponderancia adquirida por magnates y clero. Los pequeños estados organizábanse paulatinamente merced a la relativa paz que el reino disfrutaba. Cada elemento procura recobrar su genuina significación, y ni el pueblo abandona sus franquicias, ni las clases acomodadas lo que estimaban anejo a su condición social. Y aun cuando la Corona insiste en manumitarse de poderes extraños a su autoridad suprema, acrecen en influjo nobleza y clero, y despréndese el Rey de propiedades, tierras y vasallos en proporción inconcebible.

La lucha interior recrudécese, y un día son los pueblos, otro la nobleza que amenaza con sublevaciones, intrigas yi ambiciones egoístas que perduran, y siempre el Monarca en continuo desasosiego, ha de vivir arrancando facultades a la Corona y despojándose de atributos en favor de los elementos que intentan pulverizar su soberanía.

Alfonso III, luego de donar varias tierras de sus dominios en la provincia de León a iglesias y cabildos, hace merced singular a losPage 741 condes Bermudo, Odoario, Ñuño y Froila de plazas, castillos y fortalezas. A pesar de proceder tan laudable, no logra contener la sublevación de aquéllos, ni que dejaran de secundarles otros ricos hombres que habían adquirido singular valimiento. La rebelión consumóse, apoyada por Nuño, y aun cuando Alfonso castigó la desobediencia de los díscolos, no es menos cierto que, ante el temor de nuevos disturbios, colma a algunos de señaladas distinciones.

Esto explica que en ciertos momentos de compromiso para la Monarquía o para el Tesoro, la Corona aparentase satisfacción por dádivas o compensaciones ridiculas, en justa correspondencia a sus liberalidades.

Conocida es la situación deplorable del reino de León a raíz de las campañas de Almanzor que, en sus correrías por la región no dejó piedra sobre piedra. Bermudo el Gotoso debió pensar en las dificultades que ofrecerla su restitución a un Trono deshecho y derrumbado, y cobijóse, en previsión de mayores conflictos, a la sombra de prelados y magnates, a quienes reconoce derechos y dora de espléndidos beneficios, según testimonio de varias escrituras del Tumbo de Astorga.

Gimeno I, Obispo a la sazón de la Diócesis, muy reconocido a las bondades del Rey. manifiéstale su gratitud regalándole "un azor, un1 galgo y un podenco muy buenos". Bermudo, a juzgar por la referencia de esta escritura, no olvidaba la afición favorita de reyes y príncipes, no obstante las calamidades que aquel reino .sufría.

Repoblación del territorio leonés

Ya en esta época repuéblanse villas y lugares yermos en ocasiones gentes que ocupaban territorios próximos a la capital, huyen de la invasión y refúgianse en valles y campos alejados del enemigo. Las hazañas de Almanzor cuajaron de gentes los contornos de nuestro partido, y claro está que los reyes, en sus testamentos, contribuyen eficazmente a fomentar el interés de prelados, condes y vasallos, y en este sentido las donaciones o cesiones de pueblos impónense con las condiciones de poblarlos, sin cuyo requisito anúlase en ciertos casos la gracia

Monjes y anacoretas contribuyen no poco a extender la poblaciónPage 742 del reino Las montañas del Bierzo hállanse habitadas por santos ermitaños y místicos creyentes, y otro tanto sucede con las sierras de Nogarejas y Casrrocontrigo, especialmente este lugar, donde ya se cuenta la tradición de la ermita de Torneros, y existe memoria de un monasterio antiquísimo, en el que se repiten milagrosos hechos. Fehacientes testimonios acreditan que Genadio, Obispo de Astorga, recorrió nuestra provincia, fundó conventos y edificó poblaciones.

Creación de Bermudo el Gotoso es el eremitorio de Santa María de Carraccdo: si interesante como legado arquitectónico de la época, no menos digno de estudio en atención a los privilegios de que gozó y litigios que sostuvo con pueblos, monarcas y judies durante la Edad Media. Estos monjes singulares afincan en el territorio y por él se desparraman como una plaga. No existe pueblo, villa ni aldea en la que dejen de ejercer jurisdicción, ni vedado que les sea ajeno, ni campo, tierra o monte exento de foro.

Allí donde carecen de dominio, llega el celleruelo 1 del convento, o el abad, o los dos en amable compañía, y a cambio de tolerar a una familia el uso y disfrute de una casa, llévanse tierras, viñas y vasallos para el convento. Cuando los judíos consiguen ocupar el partido y comienzan a ejercer el préstamo con caracteres usurarios, los frailes de Carraccdo saben aprovechar la oportunidad acercándose a los deudores, y a trueque de saldar el crédito, arrancan a la víctima sus bienes, que "graciosamente les son donados, para solventar deudas de los judíos". Véanse los documentos que más adelante se citan, y ellos servirán de ejecutoria a estos hechos.

La hacienda de los monjes alcanza La Bañcza y León, pueblos de Soto, Alcaydón, Huerga, Oteruelo, Seisón, Villamedina, La Isla y otros de menor vecindario. Y véase cómo se transforma el carácter que en un principio afectó al territorio. La Valduerna...

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