Las empresas de inserción, herramienta económica para luchar contra la crisis

AutorCarmen Parra Rodríguez
Páginas31-53

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1 Introducción

Buscar soluciones a la crisis más allá de las ayudas sociales que ofrece la Administración Pública es un reto en el que nos ha situado el actual marco financiero, sin embargo a día de hoy no hay otra salida, siendo necesario utilizar a las mismas empresas que han provocado esta situación para reactivar los mercados al mismo tiempo que luchan por reducir las bolsas de pobreza que la crisis ha dejado a su paso.

La idea de buscar ayuda en el sector privado no es novedosa ya que en Francia el concepto de «inserción por lo económico» lleva asentado varias décadas ayudando a colectivos que se encuentran en riesgo de exclusión social. En España este concepto ha tardado más en llegar e incluso a día de hoy carece de autonomía, siendo la Economía Social la que lo absorbe, siendo esta confusión terminológica la que no deja crecer la denominada Economía Solidaria en la que las empresas de inserción (EI) encuentran su espacio de desarrollo.

Hay por tanto que delimitar los conceptos de «inserción por lo económico», así como las denominadas Economía Social/ Solidaria, para entender las función socioeconómica que ocupan las empresas de inserción. Así mismo se debe analizar el papel que representa la Administración Pública en este nuevo entorno económico, liderando la reserva de mercado, ayudando así a reactivar el sector servicios sin aumentar el gasto público.

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2 La inserción por lo económico en el contexto de la crisis actual

La inserción por lo económico como concepto nacido en Francia en los años 70 (De Miras C., 2005) exige una nueva perspectiva a cuyos parámetros hay que atender para poder dar respuestas adecuadas a un fenómeno que irreversiblemente se ha instalado en nuestro entorno socio-laboral. En este sentido todos somos conscientes de que gran parte de las tasas de paro que hoy soportan los países industrializados tienen su origen en la deslocalización, sin embargo hay determinadas actividades empresariales que no pueden ser objeto de este fenómeno por tener que realizarse en el territorio. Esto sucede por ejemplo con el reciclaje de residuos, el transporte, las actividades turísticas etc. Junto a ellas hay otras que perfectamente se adaptan a ser producidas fuera del lugar donde serán consumidas o donde el servicio será prestado, no siempre siendo criticable la decisión empresarial que ha llevado a dicha determinación, ya que responde a cuestiones justificadas por sus políticas de producción.

Partiendo de estas reflexiones, las premisas de trabajo se centran en descartar el seguimiento de criterios de crecimiento basados en la acumulación de riqueza, así como las políticas empresariales sin escrúpulos que toman sus decisiones sin tener en cuenta el daño social que producen pensando exclusivamente en un enriquecimiento desmesurado (Parra, «La inserción por lo económico…» 2010). Hay por tanto que desplazar estos objetivos y cambiarlos por otros parámetros diferentes que permitan un enriquecimiento equilibrado que ayude a los Estados a mantener su nivel sin generar grandes grietas entre sus capas sociales (Cáritas Española. La inserción por lo económico: experiencias de inserción laboral en la economia social, 1997). La selección de estos parámetros cambia en el tiempo y en el espacio dependiendo del tipo de sociedades al que se aplique y el tipo de mercado en el que se actúa por lo que en este caso se ha centrado la selección en el contexto actual y en un país industrializado siendo estos tres factores los que pueden influir de manera directa en una sociedad con conciencia.

2. 1 La concienciación social

Dar servicio a la comunidad, aumentar la calidad de vida o el desarrollo sostenible, son algunas de las manifestaciones de este cambio coyuntural que dan respuesta a nuevas fórmulas para afrontar los retos que el Siglo XXI ha aportado a la aldea global.

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Un ejemplo de ello se puede encontrar en otro sector muy afín al de la economía solidaria como es el medio ambiente. Así, desde hace unos años la sociedad ha tomado un papel activo en la conservación del entorno ambiental, de tal manera que el consumidor prefiere pagar un poco más por un producto, si de esta manera protege un árbol o preserva la capa de ozono.

Hoy en día se debe buscar un efecto similar en el ámbito solidario, de tal manera que la economía busque junto a la obtención de beneficios la posibilidad de reinsertar sectores de la población en situación de dificultad que el modelo económico vigente hasta nuestros días ha generado.

2. 2 La proximidad

Otro aspecto que afecta de plano a la inserción por lo económico es la fragilidad de las economías locales frente a la globalización. Hoy parece más lógico consumir productos fabricados o cultivados al otro lado del mundo sin tener en cuenta los puestos de trabajo o el nivel de negocio que se puede hacer perder a las empresas que están ubicadas en nuestro entorno. No obstante en esta área se juega con puntos a favor, ya que prima la responsabilidad de lo concreto y cercano, aspectos ambos que crean sobre todo a nivel particular una conciencia de ayuda y soluciones próximas que animan y alimentan este sector. (Parra C. Empresas con conciencia.- Ed. Viceversa, Barcelona 2010). Ahora bien, los beneficios que buscamos en la proximidad deben ser mutuos y deben basarse en las buenas relaciones de vecindad. De esta manera y a modo de ejemplo un consumidor preferirá consumir o utilizar productos y servicios locales propios de su territorio si la empresa que los produce contribuye con algún tipo de patrocinio para la promoción del deporte en la zona donde está ubicada o desarrolla programas de ayuda que sirvan para mejorar el nivel de vida de las personas de su entorno.

2. 3 Los instrumentos financieros éticos

Así mismo no se pueden obviar las diferencias notables existentes entre los diferentes Estados, sobre todo en el terreno de los útiles financieros, entendiendo como tales las actuaciones que realiza la sociedad civil a través de aportaciones, o ahorros éticos, con el fín de actuar sobre las políticas activas de empleo.

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En este sentido la sociedad debe apostar por dar a sus ahorros una extensión ética que cada día se va asentando de una manera más contundente en nuestro entorno. Hasta ahora se trataba de ganar más y enviar ayudas a organizaciones solidarias, consiguiendo calmar la conciencia.

Hoy en día la propuesta es coadyuvar en la erradicación de la pobreza participando activamente con entidades que invierten nuestros ahorros en la creación de riqueza, a través de microcréditos, inversiones en pequeñas empresas de economía solidaria, energías limpias etc. (Sanmartin, S. instrumentos financieros éticos y socialmente responsables. Metodología de evaluación de las empresas españolas, Papeles de Ética y Economía de Dirección, nº 6, 2001).

Ante la necesidad de potenciar estas premisas expuestas para conseguir aminorar los efectos de la pobreza y la exclusión social, debemos buscar mecanismos diferentes a los que nos lleva la dinámica actual del mercado. Hay por tanto que mostrar los instrumentos que se han generado para contrarrestar los excesos establecidos por el modelo económico desarrollado en la segunda mitad del S.XIX, concienciando a la sociedad de que es posible poner en marcha otras formas de economía que ayudarán a conseguir una sociedad más justa y equilibrada, donde los factores económicos ayudarán a mantener esta situación dentro de unos límites aceptables.

3 Economía social, Tercer Sector y Economía Solidaria

Economía social, tercer sector y economía solidaria son tres conceptos muy próximos que conviven en un contexto caracterizado por su posicionamiento entre la economía y la lucha social, sin embargo a pesar de su origen común, cada uno responde a un objetivo distinto que se ha venido configurando histórica y socialmente hasta el día de hoy. En la actualidad se puede decir que todos ellos continúan cumpliendo con su función social pero que han seguido caminos paralelos y complementarios que confluyen cubriendo un hueco socioeconómico especialmente profundo en tiempos de crisis.Por estas razones y para no crear confusión, es conveniente definir cada uno de estos conceptos antes de comenzar a trabajar con las herramientas de la economía solidaria.

3. 1 Economía social

El concepto de economía social tiene diferentes alocuciones dependiendo de donde situemos su origen, siendo en la actualidad la acepción domi-

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nante la que se consolidó en Francia en los años sesenta que tuvo como fruto La Carta de la Economía Social. Su origen difuso hace difícil su definición y por ello las referencias se han hecho residualmente como el sector económico formado por aquellas organizaciones que no forman parte ni de la economía pública ni de la economía privada. (Ariño, A. (Ed.).- Diccionario de la Solidaridad (I).- Definición de Economía social.- Tirant Lo blanch.-Valencia 2003).

Por el contrario, si se busca una definición positiva se podría hablar del conjunto de...

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