Fomento Productivo y economías Solidarias en Chile: Una revisión de los Principales Instrumentos de Promoción
| Autor | Carmen Parra Rodríguez |
| Páginas | 119-140 |
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El fomento productivo1 y las estrategias para absorber el desempleo se han transformado progresivamente en una de las principales responsabilidades del Estado moderno, sobre todo en épocas de crisis sociales y económicas. Ya en Chile en la década de los años treinta (1939) el Estado crea la Corporación de Fomento Productivo (CORFO), que constituyó uno de los primeros procesos institucionales de fomento de la actividad industrial influenciado fuertemente por el paradigma de la teoría de la modernización, el cual asignó al sistema capitalista la responsabilidad casi absoluta en el proceso de desarrollo. Esta responsabilidad se ha ido trasladando progresivamente a otros actores de la sociedad descentralizándose e incorporando a otros actores tales como la sociedad civil y el gobierno local ajustándose así al paradigma de la participación ciudadana en el desarrollo.
El municipio2actualmente se constituye teóricamente en un protagonista central en el proceso de fomento del desarrollo económico y productivo de sus territorios, desarrollando iniciativas productivas a nivel local y familiar que permitan dinamizar la economía, desde su rol político y administrativo establecido en la legislación municipal. Así, el municipio históricamente, observador y protagonista natural del desarrollo territorial se ve enfrentado hoy a nuevas y múltiples demandas técnicas y de gestión en un escenario donde la ciudadanía cada vez se presenta más exigente y cautelosa con el cumplimiento de los principios de la modernización del Estado.
Este artículo pretende a partir de la revisión de dos casos:
• Describir las metodologías y técnicas que los municipios efectivamente utilizan en Chile para potenciar el desarrollo y el fomento productivo para cumplir así con la función y misión establecida en
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la Ley de municipalidades de promover acciones que fomenten el desarrollo productivo y el empleo.
• Evidenciar cómo el fomento productivo puede promover la práctica de economías solidarias en los territorios aprovechando los recursos dispuestos por la institucionalidad central a partir de sus múltiples programas y fuentes de financiamiento.
• Analizar a partir de la revisión de dos municipios de características agropolitanas como es el caso de Melipilla y Curacaví, sus estructuras administrativas y sus procedimientos de gestión para el desarrollo económico de sus territorios estableciendo un análisis comparativo que permita ampliar el conocimiento de este tipo de experiencias.
A pesar de que estos últimos años, Chile ha impulsado diversos incentivos para el desarrollo productivo, se debe reconocer que aún deben mejorarse una serie de aspectos tanto en sus planteamientos formales, como en su implementación. El Instituto Latinoamericano y del Caribe de Planificación Económica y Social (ILPESA, 2005) reconoce que el fomento productivo, aún debe esforzarse por favorecer a aquellos que realmente más lo necesitan ya que «las políticas de fomento están apoyando mayoritariamente a un sector que cumple una importante función social en términos de generación de empleo, pero que, en términos de desarrollo productivo, está escasamente volcado hacia los mercados internacionales. Por lo tanto, se puede concluir que buena parte de las franquicias otorgadas a las exportaciones favorecen mayoritariamente a las grandes empresas. Con los programas de capacitación sucede algo similar. A pesar de que se ha producido un gran crecimiento del número de empresas capacitadas, particularmente en el rango de las micro y pequeñas empresas, en términos del gasto en capacitación, éste, en más de las tres cuartas partes, ha favorecido a las grandes empresas» (Silva, Sandoval. 2005: 8).
Respecto del fomento productivo en el ámbito territorial /local (aspecto central en el presente artículo) cada vez se considera más importante el diseño de políticas públicas e instrumentos de gestión que logren estimular el máximo aprovechamiento de los recursos locales, con la finalidad según Silva (et. al) de impulsar nuevos estilos de desarrollo basados en
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las potencialidades de las economías locales como complemento indispensable de las políticas nacionales de desarrollo.
Los procesos de desarrollo territorial esperan:
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Fuente: Elaboración propia en base al texto de Silva I. y Sandoval C. «Desarrollo económico local/regional y fomento productivo: la experiencia chilena». Serie gestión Pública ILPES, Naciones Unidas, CEPAL. 2005.
A partir de lo anterior, no se debe desconocer que la transformación de los sistemas productivos, el crecimiento de la producción y la generación de empleo para el mejoramiento de la calidad de vida, todos objetivos fundamentales del desarrollo territorial, en gran medida guardan relación con los estilos de gestión pública de los gobiernos locales. Se plantea que, «el desarrollo local y regional es eminentemente un proceso endógeno que procura aprovechar sus potencialidades propias, naturales, humanas, institucionales y organizacionales para producir la transformación de los sistemas productivos locales con el propósito de mejorar la calidad de vida de la población. Ello requiere la innovación de los sistemas locales de empresas para que puedan ser más competitivos, lo que demanda del punto de vista de la organización social, consensuar proyectos de desarrollo que interpreten a todos los actores territoriales, para compartir una visión común sobre las áreas estratégicas que habría que impulsar» (Vidal, et. al. 2005: 11).
A partir del caso chileno, puede plantearse que las iniciativas han surgido principalmente del nivel político-administrativo central, existiendo instrumentos de fomento elaborados de manera puntual de acuerdo a la demanda de grupos específicos, por lo que este enfoque a juicio de los expertos impide la generación de economías de escala y aglomeración, fundamentales para la formación de masa crítica de empresas, capaz de avanzar hacia niveles superiores de competitividad. Sin embargo, no se puede dejar
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de mencionar que paulatinamente comienza a articularse mayor cantidad de programas, como los programas territoriales (PTI), el programa TODO CHILE, el programa Emprende Chile y algunos programas desarrollados en articulación con los gobiernos regionales (GORE) y la Corporación de Fomento Productivo (CORFO).
Respecto de los municipios, las competencias para el fomento productivo han ido aumentando y perfeccionándose cada vez más. Al menos la Ley Orgánica Constitucional de Municipalidades establece el fomento productivo como una función «compartida» del gobierno local. Lo anterior ha sido apoyado además por la ley de microempresas, que han ido conformando unidades dedicadas al fomento productivo que ofrecen asesoría, orientación y apoyo a los pequeños empresarios de la comuna. Si bien, la mayoría de la bibliografía al respecto coincide en señalar que las iniciativas aún no han sido suficientemente evaluadas, se destacan instrumentos e iniciativas de intervención que se articulan con las comunas a través del municipio.
El Servicio de Capacitación Técnica (SERCOTEC) diseñó un programa de fortalecimiento y creación de unidades de fomento productivo al interior de los municipios. Se destaca la capacitación sobre fomento productivo a funcionarios municipales, la generación de planes de fomento productivo y el apoyo a la creación y funcionamiento de unidades de fomento productivo municipal.
El Fondo de Solidaridad e Inversión Social (FOSIS) articula la conformación de mesas de trabajo comunales encargadas de elaborar propuestas de intervención y focalizar recursos que provienen desde el gobierno regional (GORE).
El Instituto de Desarrollo Agropecuario (INDAP) dispone del programa de desarrollo local en comunidades rurales pobres (Instrumento denominado PRODESAL) que ejecuta conjuntamente con los municipios seleccionados y con el FOSIS, «entrega subsidios para el desarrollo de capacidades productivas en comunas pobres. Su orientación es fuertemente social pues busca posibilitar que las familias minifundistas, en mayor condición de vulnerabilidad, accedan a tecnología para lograr mejoras en su productividad» (Vidal, et.al. 2005:72)
Emprende Chile, espera lograr una mejora en la calidad de vida de las personas a través del aumento de sus ingresos, el mejoramiento de las condiciones de trabajo y el incremento de la competitividad de las micro y pequeñas empresas.
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Un escenario de crecimiento mundial favorable para nuestro país no está garantizado, especialmente cuando la crisis económica europea amenaza con generar una nueva crisis en su sistema financiero y en su Estado de Bienestar. En Chile, se debe moderar el nivel de gastos del sector público y recuperar los niveles de productividad de fines de los ochenta y comienzos de los noventa. Sólo así se podrá caminar a paso seguro para lograr transformar a Chile en un país desarrollado. (Instituto Libertad y Desarrollo, 2010). Quizás nadie pensó alguna vez en el creciente protagonismo que el municipio en Chile iba a adquirir en el proceso de desarrollo social de la Nación. De acuerdo al sentido...
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