Misericordias como un Instrumento de la economía Solidaria en la Lusofonía

AutorCarmen Parra Rodríguez
Páginas165-188

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1 Introducción

En el año 2008 y de acuerdo con las directrices europeas, el gobierno portugués decidió seguir una política expansionista. Esta política expansiva ha creado el fantasma del default de la deuda soberana portuguesa si el país no vuelve a los mercados en 2013, según lo acordado con la troika1. Sin embargo la situación de empobrecimiento es evidente.

Sin capacidad de endeudamiento o de emisión de moneda, no hay políticas keynesianas que puedan resistir. La posibilidad de abandonar el euro es siempre una solución con un coste de no menos del 25% del ingreso familiar.

Un aumento del desempleo de esta magnitud, lanzando los desempleados por encima del 30% de la población activa, implica el fortalecimiento de los instrumentos solidarios, alternativos, dado que el Estado está limitado en su capacidad de acción, a causa de la disciplina financiera.

Uno de los instrumentos solidarios más eficaces en estas situaciones son las Misericordias, una originalidad Portuguesa que terminó por caracterizar el imperio colonial portugués y la presencia cultural portuguesa en el mundo.

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De hecho, Portugal ha desarrollado desde el siglo XVI un modelo de respuesta a las necesidades sociales que hoy en día es el eje de la solidaridad no solo en el país, sino también en las comunidades nacidas de su imperio colonial. Las Misericordias, no son una orden religiosa o una estructura estatal. Muy por el contrario son asociaciones civiles orientadas al cumplimiento de funciones sociales (salud, juventud, inmigración y el envejecimiento, la nutrición y la emergencia social, entre otros) que hasta el siglo XX no comenzaron a ser asumidas directamente por el Estado. El tamaño de la obra de la Santa Casa da Misericordia de Lisboa (SCML) llevó a la intervención pública en la institución como consecuencia del control comunista de la revolución democrática en 1975. Pero la nacionalización no ha reducido ni la autonomía ni la función de la Misericordia de Lisboa. Las dificultades financieras recurrentes llevaran a la atribución a la SCML de la concesión de los juegos sociales como Totobola, y, recientemente, el Lotto, Euromillones y otros. Mientras que mantiene todavía los recursos privados, herencias y legados, el SCML depende principalmente de los ingresos de los juegos y de la participación pública, siendo una verdadera institución del Sector IV. Las otras misericordia de Portugal2, así como de los restantes países y comunidades de lengua portuguesa, son instituciones civiles, lo que significan que son instituciones del Tercer Sector.

Cuando fallan las políticas públicas y cuando el Estado de bienestar ya no tiene recursos para mantener la providencia pública, estas instituciones son un ejemplo que ha sobrevivido desde el Renacimiento, hace cinco siglos, siempre presente en el apoyo a las poblaciones más necesitadas.

2 La crisis económica creada por el Estado y la reducción de las ayudas sociales

Después de la estanflación de los años setenta, que demostró la falsedad de los modelos keynesianos, esta crisis económica y financiera está demostrando que el credit crunch fue debido, no a la falta de facilidad cuantitativa de moneda de los bancos centrales, sino por la falta de confianza creada inicialmente, a principios de marzo de 2007, cuando el Banco Central Europeo vaciló en dar crédito a la economía y dejó en claro el problema bancario derivado del subprime americano.

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En los últimos cuatro años, esta «crisis camaleónica» ha mutado, pero en todos los casos el principal problema sigue siendo la confianza.

Hoy la crisis que un día fue bancaria, y se convirtió en una crisis de deuda soberana, y sólo después en crisis económica –que luego ha vuelto a poner en duda la sostenibilidad de las finanzas públicas, arrastrando los bancos a una crisis de liquidez, que los poderes políticos, habidos por culpables, confundirán con una crisis de solvencia, empeorando la recesión, que ha puesto también la globalización en duda– probablemente se transfigurará en una crisis socio-política y de seguridad.

Nos dimos cuenta desde el principio de esta crisis que los países de la moneda única forman parte de una «unión monetaria» que no fue completada correctamente con una unión económica y con una unión de presupuestos públicos. Pero a pesar de que este proceso está en construcción, con el Fiscal Compact y una mayor participación del FMI acordadas en la Cumbre de la UE en los días 8-9 de diciembre de 2011 y 30 de enero de 2012 –que ha establecido normas fiscales más estrictas para los países de la moneda única (aunque quedaran fuera el Reino Unido y la Republica Checa)– la cuestión del formato político de la Unión Europea resta en abierto, creando dudas sobre la sostenibilidad política de la Unión.

Los países periféricos, que se beneficiaron del rescate del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera fueron arrojados a un «purgatorio» hasta 2013, donde saldrán, en caso que sean capaces de refinanciar su deuda pública en el mercado y garantizar la sostenibilidad de su sistema bancario, mientras que los títulos de deuda españoles e italianos fueron entregados al Banco Central Europeo y al futuro Mecanismo de Estabilidad Financiera, que comenzará a funcionar en junio de 2012.

Esta separación –y diferente tratamiento– puede preparar la rene-gociación de la deuda pública de Grecia, Portugal e Irlanda, sin que se contaminen los otros países del euro, para proteger a las principales economías de la zona euro de la contaminación de la periferia.

Ilusión o no, siempre será una solución provisional. Sin ningún crédito adicional y con el aumento del desempleo (Portugal esta en el 13,6%), con las políticas de austeridad estos países van a empobrecer.

Herederos de la Ilustración Francesa, del socialismo soviético y del intervencionismo keynesiano, mas sobretodo de la moralidad calvinista, los actuales dirigentes de la Unión Europea, después de la gran decepción del rechazo de la Constitución Europea –y, por tanto, de una Europa federal en 2006– iniciaron un camino político de gestión de las instituciones in-

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tergubernamentales, al margen de los tratados - y en particular del Tratado de Lisboa - reforzando el directorio en la Unión Europea, que fortalezca las políticas de cohesión3.

Frente a la crisis de 2009 los líderes europeos han decidido incrementar la intervención pública a costa de la deuda pública, que en definitiva no ha resuelto ningún problema y sólo sirvió para aumentar las asimetrías sociales y enriquecer la clientela política. En el caso portugués se ha creado un régimen de excepción para la contratación pública por un año.

Los mercados reaccionaron a las altas deudas soberanas y al crecimiento económico reducido que las inversiones públicas han inducido, lo que, junto con el credit crunch, ha dado lugar a la crisis de la deuda soberana en la periferia europea, que se ha ampliado progresivamente hacia el centro, amenazando el euro y la Unión.

La incapacidad de liderazgo europeo, de dar una respuesta a la crisis de los países pequeños ha aumentado el problema en las principales economías del euro. La respuesta de consolidación fiscal y reducción de los costes de los factores laborales, vieron, por vía del rescate financiero de Irlanda, Grecia y Portugal y a través de los programas de austeridad general acordados per los Consejos Europeos desde 2010, y sobretodo en 2011 y 2012, especialmente con el anuncio de un nuevo tratado, el Fiscal Compact4.

La estrategia europea inscrita en el Fiscal Compact, aprobada en 31 de Enero de 2012, ha inducido una austeridad que ha impuesto una espiral de empobrecimiento responsable de una doble recesión en Portugal. Porque el ajustamiento publico sólo se puede hacer al mismo tiempo que el ajustamiento5privado, cuando hay superávit en la balanza de pagos, o cuando no ha sucedido hasta el momento. Aunque es cierto que la caída del consumo y la inversión en 2012 podrá venir a equilibrar la balanza comercial, por primera vez en su historia económica.

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Y además, cuando se analiza el caso de Portugal no se puede olvidar que el estado de crecimiento anémico ya existía antes de la crisis en sí misma que se inició en 2007, donde Portugal, aparte del debate europeo, siempre tendría que sufrir el empobrecimiento que sufre desde 2010.

Y lo que los estudios muestran es que Portugal, en la trampa crisis-austeridad-crisis, es el país europeo donde la mayoría de las medidas afectan más a los pobres. Pero el problema no es sólo portugués.

Según la OIT, en todo el mundo, el número estimado de trabajadores pobres, con más de 15 años viviendo con menos de 1,25 dólares por día se redujo de 847 millones en 1991 a 476 millones en 2010, mientras que el número de personas que viven con menos de 2 dólares al día disminuyó de 1,250 billones a 942 millones. Sin embargo, si se excluye a China las cifras globales, el escenario mundial se revela menos alentador. En este caso, el número de trabajadores pobres que viven por debajo del umbral de pobreza de 1,25 dólares al día sólo disminuyó 23 millones de habitantes, de 437 millones en 1991 a 414 millones en 2010. Por otro lado, si se excluye China, el número de trabajadores que viven por debajo del umbral de pobreza de 2 dólares por día aumentó durante el mismo período de 697 millones a 794 millones en todo el mundo.

La crisis económica mundial tuvo un impacto considerable en el crecimiento global de los salarios. Mientras que los salarios aumentaron en promedio un 2,7% en 2006 y 2,8% en 2007, el...

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