La II República (1931-1936), la Guerra Civil (1936-1939) y el Banco Hipotecario después de la guerra (1939-1941)

AutorManuel Valverde Villa
Páginas265-315
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CAPÍTULO III TÍTULO SEGUNDO
LA II REPÚBLICA (1931-1936),
LA GUERRA CIVIL (1936-1939)
Y EL BANCO DESPUÉS DE
LA GUERRA (1939-1941)
Estudiamos a continuación cada uno de los tres apartados en que se divide este
Capítulo.
A) LA II REPÚBLICA (1931-1936)
1. INTRODUCCIÓN A LA II REPÚBLICA (1931-1936)159
Después de la Dictadura de Primo de Rivera se estableció en España, en estos
momentos tan complicados, la llamada ‘dictablanda’ del Gobierno del general Beren-
guer y, después, del almirante Aznar, que formó Gobierno junto a ministros monárqui-
cos como La Cierva y Romanones.
Los partidos republicanos, con Azaña, Lerroux y Alcalá Zamora se refuerzan
frente al desprestigio social de los partidos monárquicos. El ejército, los sindicatos de
la UGT y de la CNT, las huelgas provinciales, revueltas de los estudiantes y la rebe-
159 Ver más ampliamente sobre este período 1931-1939 el libro de RAYMOND CARR. ESPAÑA:
De la Restauración a la Democracia-1875-1980-Ariel Historia. Barcelona 2003. Págs.155-
209; el marqués de LOZOYA, Historia de España, tomo sexto. Salvat editores. Barcelona,
1976. Págs. 386-444; igualmente existen numerosísimas publicaciones sobre la II República que
no podemos por espacio repetir.
EL BANCO HIPOTECARIO DE ESPAÑA HISTORIA DE SUS OPERACIONES HIPOTECARIAS
MANUEL VALVERDE VILLA
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lión en Cataluña hicieron el resto. Se constituyó un Comité Revolucionario y ante
unas elecciones, llevadas a cabo el 12 de abril 1931, donde el bloque republicano había
triunfado en Madrid, Barcelona y en las grandes capitales de provincias, Miguel Maura
instaló el Gobierno provisional en el ministerio de la Gobernación, donde ondeaba la
bandera republicana, roja, gualda y morada. Al día siguiente, en un discurso se dirigía el
rey Alfonso XIII al país con un mensaje, para evitar el derramamiento de sangre entre
españoles, diciendo: ‘No renuncio a ninguno de mis derechos, porque más que míos
son depósito acumulado por la Historia, de cuya custodia ha de pedirme cuenta rigu-
rosa’, suspendiendo deliberadamente el mismo rey su poder real. Dos días después de
las votaciones, el 14 de abril de 1931 acababa la monarquía borbónica del rey Alfonso
XIII, que se marchaba al exilio, y España se constituía, sin derramamiento de sangre,
por segunda vez, en una República, bajo el manto de una democracia parlamentaria. El
14 de junio de 1931 se inauguraban las nuevas Cortes Generales y el 9 de diciembre de
ese mismo año se votaba la Constitución de la República.
El año 1931 fue para España uno de los más trascendentales de su dilatada
historia. Los acontecimientos políticos en él ocurridos y los actos derivados de su pro-
clamación tuvieron una capital importancia e inuencia decisiva para la vida económica
de la nación, para el futuro de la misma y hasta para la transformación de sus hábitos e
instituciones estatales y seculares.
Durante los cinco años de duración de la II República hubo dieciocho gobiernos
de coalición entre partidos, presididos por Niceto Alcalá Zamora y Manuel Azaña,
consecuencia de los diferentes partidos coincidentes en las Cortes constituyentes de
1931, con intereses antagónicos en sí mismos, que impedían la gobernanza del país y
eran poco ecaces en sus funciones, con unos presupuestos bajos por falta de ingresos,
un estancamiento de la industria y de las exportaciones y un millón de parados.
Tres problemas acuciaron a la República: 1. La autonomía catalana –la Gene-
ralidad–, bajo las ideas de Macià y Companys, con su Estatuto de 10 de septiembre
de 1932, que habían proclamado la República el 13 de abril de 1931 con el título de
«República Catalana», como Estado integrante de la Federación Ibérica; 2. La cuestión
religiosa (anticlericalismo, quema de iglesias y expulsión de los jesuitas) y 3. La reforma
agraria con la Ley de Reforma Agraria de 11/9/1932, de gran complejidad jurídica, que
afectaba tanto a la propiedad, y que nunca se llevó a aplicar después de las elecciones
de 1933, donde ganó la derecha tradicional, quedando suspendida su ejecución, aparte
del pronunciamiento militar fracasado de Sanjurjo y otros generales rebeldes, el 10 de
agosto de 1932.
La derecha se había organizado en la ‘Acción Popular’, y ‘Renovación Española’,
luego integradas en la CEDA de Gil Robles, y en 1933 ganaron las elecciones, debido
a que la derecha se presentó en coalición, mientras que la izquierda, los socialistas y
CAPÍTULO III LA II REPÚBLICA (1931-1936), LA GUERRA CIVIL
(1936-1939) Y EL BANCO DESPUÉS DE LA GUERRA (1939-1941)
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TÍTULO SEGUNDO EL BANCO HIPOTECARIO DE ESPAÑA EN EL SIGLO XX. OPERACIONES …
los republicanos se presentaron por separados, perdiendo los socialistas la mitad de sus
escaños, y los republicanos de izquierda casi desaparecieron de las Cortes. Gobernaron
en coalición con los socialistas de la ‘Alianza Obrera’ hasta febrero de 1936.
Al contrario, en el año 1936, fue la izquierda –el Frente Popular– quien ganó
las elecciones con 271 diputados, dividida entre los partidarios de Prieto y de Largo
Caballero. Hubo un ambiente de violencia y disturbios en las calles, tanto de derechas
como de izquierdas. Una epidemia de conictos sociales invadió España. Los hubo de
todas las clases, transformándose algunos de ellos en verdaderas explosiones revolucio-
narias; no habiendo autoridad bastante para intervenir en su solución, ni fuerza pública
suciente para atajarlas y cortar sus consecuencias.
En los campos de Extremadura y Andalucía, donde con frecuencia los obreros
eran explotados y padecían jornales de hambre, fueron fácilmente alucinados por agita-
dores, que les ofrecían el reparto de las tierras, lanzándose al incendio de las cosechas,
sacricio de ganados y toda suerte de desmanes, quedando abandonadas las labores de
la tierra; tropelías y desmanes, bajo un Gobierno de la República, que permitió tales
atropellos a la propiedad y a la vida.
Por otro lado, la derecha conservadora, formando un Bloque Nacional, con Calvo
Sotelo al frente, que, junto a los requetés de navarra y los falangistas de José Antonio Pri-
mo de Rivera, fomentaron, con el apoyo del ejército, una conspiración militar, mediante
una rebelión o sublevación militar. El asesinato de Calvo Sotelo, el 13 de julio de 1936,
precipitó los acontecimientos, cuyas circunstancias decantaron a muchos conspiradores
indecisos, centrada en una rebelión, que fue llevada a cabo nalmente por los generales,
Mola, Sanjurjo, Varela, Goded, Cabanellas, Saliquet, Queipo de Llano y Franco, organi-
zados éstos por Mola y, nalmente, por Francisco Franco, Capitán General de Canarias,
quien se presentó en un vuelo de avión en Tetuán, donde estaba el grueso del ejército es-
pañol de Marruecos, iniciándose la sublevación contra la República el 18 de julio de 1936.
2. EL BANCO HIPOTECARIO DE ESPAÑA
ANTE LA II REPÚBLICA
2.1. Actuación normativa de la República
y su relación con el Banco
La depresión económica mundial de 1929 afectó a la economía española, que
resistió la crisis posterior mejor que otras economías europeas, pero fue una crisis im-
portante de tipo bancaria, cambiaria y bursátil, que duró 3 años, y que, al coincidir con

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