Castan Tobeñas, José: Los derechos del hombre. Tercera edición, con texto actualizado y notas de M.a Luisa Marín Castan. Ed. Reus, Sociedad Anónima, 1985
| Autor | José MarIa Chico y Ortiz |
| Páginas | 563-566 |
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Castan Tobeñas, José: Los derechos del hombre. Tercera edición, con texto actualizado y notas de M.a Luisa Marín Castan. Ed. Reus, Sociedad Anónima, 1985.
El autor del prólogo de la edición que vamos a comentar de uno de los mejores trabajos de don José María Castan Tobeñas, que es su hijo, José María Castan Vázquez, me hace el gran honor de citarme a pie de página por aquel comentario mío a la primera edición que se publicó en la Revista de Derecho Notarial, de donde fui asiduo colaborador. Este hecho, unido a la entrañable amistad que le profeso, al agradecimiento que todo jurista debe al Profesor Castan, a la oportunidad de la publicación y a la actualización del trabajo, me hacen emprender de nuevo el camino de la recensión de aquello que leí en su día, subrayé en su día y que nunca pensé que podía dejarse de aplicar ni en su día, ni en ningún día. ¿Tiene el hombre derechos? ¿Desde qué momento tiene derechos el hombre? ¿Puede un cambio legislativo desconocer los derechos que una legislación anterior le otorgó?
El estudio monográfico de Los derechos del hombre es la última aportación del Profesor Castan al campo del Derecho, a la pureza filosófica del Derecho. Esa especie de destino que el hombre tiene le hace escribir -para la vida de los demás- lo que él no puede disfrutar en el ejercicio de su -derecho a la muerte-. La primera edición de su trabajo aparece cuando el ya había fallecido. Antes de morir entrega las pruebas corregidas. Yo recuerdo la impresión que el. contenido del libro me produjo y que, en sustancia, es la esencia del pensamiento filosófico de lo que aquel gran jurista llevaba dentro. Cuando uno llega a la plenitud puede generalizar, puede contemplar el panorama desde el puente de mando con afirmaciones categóricas. Su tesis, su clasificación de los derechos, el perfil de la naturaleza y sus diversas visiones de los derechos del hombre no solamente no ha perdido actualidad, sino que era precisa esta publicación en este crucial momento de una nación donde aquellos derechos -intocables- que se dibujan en el frontispicio de las cartas, convenciones, declaraciones y constituciones de los pueblos se ponen en tela de juicio y, a veces, hasta se ignoran.
La España -picaresca- debe tener su manifestación en el campo del Derecho. Circula entre el pueblo llano aquel aforismo de que -hecha la ley, hecha la trampa-, y aquella frase atribuida a Romanones, el gran político, que decia:, -no me preocupa que mis adversarios dicten las leyes, si a mí me permiten reglamentarla...-. Mi duda está en,si ahora la Ley no precisa de Reglamento de aplicación. En esa labor de interpretación que al jurista se le concede resulta difícil descubrir la mens legis de la rnens legislatoris, y de ahí que se acudiese a...
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