Hacia una definición competencial del mediador comunitario: una aproximación exploratoria al colectivo desde un análisis documental
| Autor | Ángel José Olaz Capitán |
| Cargo del Autor | Universidad de Murcia |
| Páginas | 91-102 |
— 91—
CAPÍTULO 8
HACIA UNA DEFINICIÓN COMPETENCIAL DEL MEDIADOR COMUNITARIO
UNA APROXIMACIÓN EXPLORATORIA AL COLECTIVO DESDE
UN ANÁLISIS DOCUMENTAL
ÁNGEL JOSÉ OLAZ CAPITÁN
Universidad de Murcia
INTRODUCCIÓN
Este trabajo se plantea de un modo exploratorio de qué modo se encuentra
competencialmente configurado el perfil del mediador comunitario.
En la actualidad y desde el punto de vista de la formación reglada existen dos
expresiones para el acceso al desarrollo de su función: el grado de trabajo social
conforme a las directrices marcadas por la ANECA en el año 2004 y el sistema de
certificación de profesionalidad del 2011.
El actual estado de la cuestión evidencia las no coincidencias en materia
competencial de estas dos vías de entrada al desempeño profesional del colectivo,
evocando la posibilidad de plantear un modelo convergente.
Este trabajo de carácter exploratorio sugiere la hipótesis de que las no posibles
coincidencias y contradicciones derivadas de ambos planteamientos dificultarían una
profesionalización del colectivo. En este sentido, se hace oportuno como objetivo más
inmediato y desde un punto de vista metodológico, analizar documentalmente estas
fuentes como punto de partida para establecer unas primeras conclusiones
exploratorias y, en su caso, un conjunto de conclusiones.
La Mediación comunitaria Estado de la cuestión
El D.R.A.E. define el término mediación a través de dos acepciones: en primer
lugar, como la acción y efecto de mediar; y, en segundo término, como la actividad
desarrollada por una persona de confianza de quienes sostienen intereses
contrapuestos, con el fin de evitar o finalizar un litigio.
Desde la interpretación de autores relevantes en esta materia, la mediación
también puede entenderse como una acción básicamente facilitadora de la
continuidad en las relaciones involucradas en un conflicto (Haynes, 2000), en una
negociación (Ripoll-Millet, 2001), como una forma de intervención profesional
(García-Longoria, 2006), su jeta a una ética (Otero, 20 13) y como competencia
transversal del trabajo social (Rondón y Munuera, 2009).
La nómina de autores es elevada lo que no evitaría el contar con las apreciaciones
de otros tantos que ponen su acento en otras coordenadas como Pontes (2003) quien
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