Las drogas en la actualidad
Autor | Eduardo Lopez Betancourt |
Páginas | 133-173 |
Page 133
Hace ya casi cien años, se promulgaron en los Estados Unidos las primeras leyes criminalizando el comercio de las drogas (ley Harrison 1914), y se firmó el primer documento internacional en la materia (Convención Internacional del Opio de La Haya, 1912). A partir de ahí, durante todo el siglo XX, la guerra contra las drogas y su tráfico fue la consigna, retomada por gobiernos a lo largo y ancho de todo el mundo.
¿Cuál ha sido el resultado de esta cruzada? Si el objetivo de la política anti-drogas era erradicar el comercio, y por ende, el consumo de sustancias psicoactivas del planeta, puede afirmarse llanamente, que ha sido un fracaso. A inicios del siglo XXI, no sólo un número sin precedentes de personas a lo largo de todo el mundo consumen drogas prohibidas, sino que la actividad ilícita que se las proporciona goza de muy buena salud, al grado de ser, como se ha visto, el negocio más rentable en todo el sistema capitalista; tasado a nivel mundial, en unos 320.000 millones de dólares según el Informe Mundial sobre las Drogas 2005 de la Oficina de Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito (ONUDD).
Además, como nunca antes, el consumo y el comercio de drogas han originado consecuencias sociales desastrosas: violencia indiscriminada, corrupción política al por mayor, explotación y daños a la salud pública, como consecuencia no sólo de los posibles efectos nocivos de las sustancias en el organismo de los consumidores, sino en especial, de los riesgos atribuibles a las condiciones de clan-destinidad que ha generado la prohibición (adulteración, desarrollo de sustancias cada vez más potentes, de sucedáneos sintéticos más tóxicos). Así, puede afirmarse, que el principal logro de la cruzada antidrogas del siglo XX ha sido convertir al tráfico de sustancias psicoactivas, en el monstruo que es hoy en día. El narcotráfico es, simplemente, hijo de la prohibición.
A finales de los noventa, Husak apuntaba que si la estrategia represiva hubiera dado resultado, este éxito se reflejaría en cuatro puntos principales: “a) menos zonas cultivadas con plantas de las que se extraen las tres grandes drogas narcotizantes: cocaína, heroína y marihuana; b) menor disponibilidad de esas drogas en
Page 134
los mercados consumidores; c) precios más altos, y d) menor número de consumidores, tanto habituales o inveterados como ocasionales. Desafortunadamente, en ninguno de estos rubros se registra progreso alguno”.195 Esta situación, como se analizará, no es muy distinta a finales de la primera década del siglo XXI. Por lo contrario, la política internacional en materia de drogas ilícitas, según ha reconocido la propia ONU, ha generado diversas consecuencias negativas:
La creación de un mercado negro controlado por el crimen.
Los recursos destinados a la lucha contra el crimen, se aplican en detrimento de la inversión en salud pública.
La represión ha trasladado la producción a otros lugares, manteniendo una oferta global estable.
Los cambios en los precios como consecuencia de la represión, no ha erradicado el consumo, lo ha desplazado hacia otro tipo de drogas.
La política prohibicionista ha generado la estigmatización de los adictos, que son marginalizados socialmente.196
De acuerdo a los defensores de la política de fiscalización y combate al tráfico de estupefacientes, la cruzada, aunque no ha llegado a ser un éxito, va cosechando resultados. Para la ONU, vocera y promotora en el ámbito internacional de la posición prohibicionista, los resultados son una realidad y la tendencia sostenida es que se “está logrando contener el problema mundial de las drogas”197; según se señala repetidamente en sus Informes mundiales sobre drogas de los últimos años. El éxito que se promociona, como “una contención a largo plazo” del fenómeno, se deriva de que a nivel global, tanto producción como consumo parecen haber entrado en los últimos años en una cierta etapa de estancamiento; es decir, si las cifras no han disminuido significativamente, tampoco han aumentado con tanta amplitud como en las últimas décadas del siglo XX. Junto con ello, un considerable incremento en las incautaciones, lleva a la ONU a afirmar que se está yendo por un buen camino.
Page 135
No obstante, este optimismo es cuestionable. Las estimaciones globales sobre producción y consumo de sustancias ilícitas elaboradas por la ONU pueden mostrar ahora cierta estabilidad, pero siguen reflejando de manera general un crecimiento continuo cuando se les analiza como parte de un proceso más amplio. La tendencia de los últimos dos o tres años puede ser una relativa estabilización de las estimaciones sobre producción y consumo, pero afirmar que esta circunstancia es una prueba de que se ha logrado contener y frenar el tráfico ilícito, es olvidar deliberadamente que desde inicios de la década de los noventa a la fecha, el mercado de las drogas se ha desarrollado sostenidamente.
-
Producción
Por lo que hace a la producción, datos estimativos sobre la magnitud de ésta en el mundo durante las últimas dos décadas, se incluyen en los siguientes cuadros.
Cuadro 6
Producción mundial de drogas en toneladas métricas Datos estimativos, años 1990-19981981990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 Opio 3,760 4,274 4,143 4,610 5,620 4,452 4,355 4,823 4,346 Heroína 376 427 414 461 562 445 436 482 435 Hoja de coca 319,200 345,700 349,100 285,200 322,600 349,500 358,700 330,200 314,400 Cocaína 774 833 866 769 891 930 950 875 825 Canna- bis - - 21,700 - - - - - - Anfeta- minas 70 - - - - - - - 312 Éxtasis - - - - - - - - 70 Page 136
Cuadro 7
Producción mundial de drogas en toneladas métricas Datos estimativos, años 1999-20071991999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 Opio 5,764 4,691 1,630 4,520 4,783 4,850 4,620 6,610 8,870 Heroína 576 469 163 452 478 495 472 606 733 Hoja de coca 353,000 325,800 305,500 294,400 286,650 303,280 289,480 292,430 298,200 Cocaína 925 879 827 800 859 1.008 980 984 994 Canna- bis 26,200 - 32,100 - 42,100 45,000 42,000 41,400 - Anfeta- minas - 500 - - 445 480 478 494 - Éxtasis - 90 - - 113 126 113 102 - De las siete sustancias cuya producción fue estimada, para seis el último dato anual disponible es significativamente mayor al primero. Ello muestra, con sencillez, que la cantidad de droga que se produjo en el mundo en 2006 y 2007, es mayor a la que se producía a principios de la década de los noventa.
En el caso del opio, de manera general, la producción se mantuvo por debajo de las 5,000 toneladas desde el año de 1990 hasta el 2005; con las excepciones de 1994 y 1999 en que llegó a más de 5,500 toneladas y del 2001, en que descendió a 1,600. En 2006 este indicador se disparó hasta las 6,600 toneladas, crecimiento que se mantuvo en 2007 cuando casi alcanzó las 9,000. Este incremento gradual en la producción de opio, implica mayores cantidades de heroína. De las 376 toneladas que se estimaban en 1990, la cifra casi se duplicó para 2007.
Situación similar experimentó la producción de cocaína. De poco menos de 800 toneladas en el año de 1990, la cifra fue ascendiendo paulatinamente durante la mitad de la década; para alcanzar las 900 toneladas en 1999, y ya para el año 2004, las 1,000 toneladas, promedio en el que se ha mantenido desde entonces (984 toneladas en 2006 y 994 en 2007).
La producción de cannabis muestra también incrementos destacables. De alcanzar las 33,100 toneladas métricas entre 1988 y 1989, disminuyó a 21,700 en 1992, para luego elevarse hasta las 45,000 toneladas (el doble de 1992) en 2004, y mantenerse por sobre las 40,000 en los años siguientes.
Page 137
En el caso de las drogas sintéticas, los incrementos en las cifras estimativas son mucho más considerables. La producción de anfetaminas pasó de 70 toneladas...
Para continuar leyendo
Solicita tu prueba