La distinción público-privado

AutorSilvina Álvarez Medina
Páginas25-61
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CAPÍTULO I
LA DISTINCIÓN PÚBLICO-PRIVADO
The romanticization of privacy has
led to its being both overvalued as sacred
and condemned as a particularly dark
social menace.
Anita L. A, 1988.
La vida privada y familiar reúne un conjunto de acciones y relacio-
nes interpersonales que se distinguen por su carácter restringido, íntimo,
personalísimo; se trata de acciones y relaciones que involucran estrecha-
mente a las personas, que por lo general las comprometen afectivamente
y las proyectan conjuntamente, a través de una red tupida de compro-
misos, disponibilidad, responsabilidades, cuidados y expectativas. Para
garantizar que estos espacios puedan desarrollarse con autonomía y sin
interferencias indeseadas, los sistemas jurídicos han acuñado el derecho
a la intimidad. El origen de este derecho puede rastrearse en la distinción
que la losofía política liberal ha trazado entre la esfera pública y la esfe-
ra privada. A esta distinción me referiré enseguida. Este capítulo tiene el
propósito de exponer el desarrollo que los conceptos de esfera privada y
esfera pública han seguido, como ámbitos separados, regidos cada uno de
ellos por principios diferentes y recogidos por el derecho con regulaciones
también diferentes. En primer lugar, realizaré algunas precisiones sobre el
concepto y la extensión de las ideas de público y privado. A continuación,
me centraré en la noción de privacidad o intimidad, como una noción
diferente de la noción de esfera privada, más especíca o circunscrita, y
haré mención especial a las acciones privadas de las mujeres. Este análisis
me llevará, en el próximo capítulo, a volver a pensar la distinción público-
Silvina Álvarez Medina
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privado desde una perspectiva no excluyente, sino gradual, menos cen-
trada en la idealización de la autonomía como capacidad plena o absoluta
y más interesada en las acciones, su contexto y alcance interpersonal. Esta
nueva perspectiva me permitirá incorporar la participación de las institu-
ciones estatales y del derecho y reformular la vieja noción de interferencia
estatal.
1. EL CONCEPTO
En la tradición liberal —al menos desde autores como H y L
en el pensamiento político inglés— la separación entre razón y pasión hizo
necesaria la construcción de categorías independientes, capaces de reunir
las características de dos modos diferentes y separados de ser persona y
vivir en el mundo: esas categorías son lo público y lo privado. La esfera
pública es el centro mismo de interés para los propósitos del hombre ra-
cional y la construcción de la sociedad política, mientras que las pasiones,
las emociones y los sentimientos deben ser dejados de lado en el espacio
público y connados a la esfera privada (E, 1981: 117-118). Esta
separación se puso de maniesto con claridad a partir de la Ilustración.
Durante este periodo se forja y robustece la idea según la cual la razón es
el instrumento que permite al hombre avanzar, de la mano de la ciencia, y
ordenarse social y políticamente. Los sentimientos, las pasiones, en cam-
bio, son consideradas estorbos que entorpecen ese avance y que deben,
por tanto, ser aparcadas a la orilla de la razón, negadas o escondidas. Esta
negación de la vida emocional de las personas en la losofía política es
compensada a través del lugar reservado a lo privado en la distinción pú-
blico-privado 1. El ámbito privado, la intimidad de las relaciones de pareja
y la familia son el lugar para las emociones, exiliadas del ámbito públicoy
concentradas en un espacio hermético a la visibilidad e injerencia del es-
pacio común, compartido o ciudadano, de las instituciones y del derecho.
En el espacio de lo privado, las emociones son el territorio por excelencia
de las mujeres, a través del entramado relacional-afectivo radicado en la
familia.
La individualidad masculina se centra en las capacidades de la razón
y externaliza su vida emocional, para hacerla depender del entorno feme-
nino. Almudena H explica este proceso a través de la distinción
razón-emoción como eje para la división de tareas que estructuran la so-
ciedad desde la perspectiva de género; la autora ofrece una explicación de
1 También la losofía moral ilustrada, representada en su modelo más exitoso por la lo-
sofía moral kantiana, sufrió el inujo del desprestigio de las emociones, calicadas estas como
la parte más oscura del sujeto moral. Al encumbrar el dominio de la razón, se construyó un
modelo de razonamiento moral basado en la negación de las emociones, que no intentó inte-
grarlas en el razonamiento práctico, sino que prescindió de su análisis y comprensión. Para
una breve introducción sobre las emociones y las decisiones de las personas, véase S. Á
M (2018a: 171-177).
La protección de la vida privada y familiar
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la construcción de la estructura patriarcal guiada por dicho eje, llegando
a proponer que el llamado «orden patriarcal» se vería mejor representado
por la expresión «orden disociado razón-emoción» (2018: 38). Según H-
, la identidad moderna de varones y mujeres se remonta a esta dis-
tinción, que sirve para explicar su distinta conguración en unos y otras
(2018: 40). La autora rastrea en la arqueología de la identidad de varones
y mujeres y se ja en la movilidad —espacial— de los varones —antes
que en la maternidad de las mujeres— como el punto de inexión para
que los primeros abandonasen una concepción relacional de su identidad
—que en los inicios de la socialización habría sido el signo distintivo de
ambos— y desarrollasen su individualidad (2018: 75-94). La explicación
que ofrece H desenmascara la individualidad anclada en la au-
tonomía y la razón toda vez que pone de maniesto que con estos únicos
elementos no podría haber triunfado en su conquista del poder; que sus
éxitos — cientícos, tecnológicos y también políticos y jurídicos— no des-
cansan en una individualidad aislada. La autora arma que la individua-
lidad desvinculada de los aspectos emocionales propios del ser humano
no podría haber triunfado porque habría generado más inseguridad que
certezas (2018: 107) 2. Este proceso hacia la consolidación del individuo ra-
cional y autónomo, que H describe a través de tiempos largos y
de diversas etapas del desarrollo de la humanidad, alcanzaría con el pen-
samiento ilustrado del siglo  su cristalización y plasmación intelectual
y teórica 3.
La escisión entre razón y emoción, entre lo individual y lo relacional,
casa en todos sus extremos con la distinción público-privado, ya que el
espacio reservado por la losofía política a la vida privada, que luego se
traducirá en el tipo de regulación jurídica reservada para ella, contempla
precisamente la reserva de un espacio para el orecimiento de la vida rela-
cional y emocional, un complemento para los avatares del individuo racio-
nal, cientíco, tecnológico, público y poderoso. La esfera privada e íntima
es un espacio para el necesario complemento emocional, cuidado y sumi-
nistrado por las mujeres. Según H, la identidad individualizada
no puede prosperar sin la identidad relacional, esta última mantenida fun-
damentalmente por las mujeres a través de los afectos. En los términos de
la autora, los varones desarrollaron una «individualidad dependiente», es
decir, recostada sobre la vida relacional y emocional proporcionada por
2 En palabras de H: «[E]l problema reside en que sin sostener los vínculos con
su grupo esos hombres no podrían mantener la seguridad en sí mismos, porque se les haría
evidente la desproporción de su fuerza frente a la del universo [...]. Parece un problema irre-
soluble. Pero no lo fue. La negación de la contradicción, a costa, entre otras estrategias, de la
subordinación de las mujeres, representó su solución» (2018: 125).
3 Tras la expansión de la escritura —a cuyo análisis e implicaciones H dedica
parte de su investigación— y de la mano de los avances cientícos, razón y poder se fundie-
ron en el refuerzo de la individualidad y la negación de la identidad relacional y emocional
(2018: 95-108). Sobre la evolución del individualismo hacia las teorías contractualistas, los pac-
tos de sujeción y el connamiento de la naturaleza, los afectos y las emociones en el ámbito
privado, véase S. M (1996: 30-54).

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