El derecho natural y su incesante retorno

AutorEustaquio Galán y Gutiérrez
CargoCatedrático de Filosofía del Derecho
Páginas168-177

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En el corazón mismo de la Filosofía del Derecho reside la pregunta por el derecho natural. Es ésta una de las cuestiones de más interés humano, de más arraigo en el espíritu y de mayor permanencia en el sistema de la cultura occidental.

A menudo se ha certificado la defunción del derecho natural en la historia del pensamiento. No es éste el caso de nuestra época. Las épocas en que tal ha ocurrido, fueron épocas espiritualmente blandas, fofas, simplistas, sin graves problemas ni grandes tensiones que han hecho ensordecer la .conciencia del hombre a sus últimos llamamientos y cegado su espíritu ante los lejanos horizontes donde le espera el porvenir. Si el pensamiento humano ha negado a veces la existencia del derecho natural, estos eclipses han sido siempre pasajeros, y tras ellos el derecho natural se ha afirmado con una luz más viva que la del lucero de la mañana.

Y es que, en realidad, el derecho natural no puede sucumbir y constituye una preocupación que, en retorno incesante, asedia al hombre con su inquietud. El derecho natural es un problema hondamente metafísico y, por tanto, se halla instalado en la raíz misma de la existencia humana. Porque la Metafísica no es un campo .de divagaciones fantásticas y estériles-como entre nosotros señaló J. Corts-, y es más, mucho más, que una disciplina especial en la que el hombre se despoja de su propia humanidad para penetrar en un mundo hermético y frío, desvitalizado y espectral, extraño al calor y a la palpitación de la vida auténtica y adonde sólo unos cuantos iniciados pueden tener acceso. El hombre es-como ha dicho Max Scheler-un animal metafísico. La Metafísica-como antes Kant y ahora Heidegger han destacado-per-Page 169tenece a la naturaleza del hombre y es el acontecimiento radical de la existencia humana. Y porque la vocación metafísica habria en los senos mismos del espíritu, y porque el derecho natural es una cuestión metafísica, llegan a ella todos los hombres" y ""todas las épocas que tienen una existencia auténtica, y de ella se alejan, en cambio, los hombres y las épocas que falsifican su propio ser, es decir, los hombres y las épocas que viven apócrifamente..

Hubo momentos en la Historia en los cuales la preocupación por el derecho natural fue no sólo motivo de una disciplina especial, la Jurisprudencia, sino el centro espiritual de toda la época. Tal sucedió, por ejemplo, en los tiempos de la llamada Ilustración. Nuestra época, los días en que vivimos, y sobre todo aquellos que de un modo inmediato nos van a venir, harán precisamente de nuestra situación histórica una de esas épocas en las cuales la preocupación por el derecho natural sobrepasa los moldes de un problema amaneradamente académico, para convertirse en una cuestión dramáticamente humana y fundamental; en una cuestión de cuya solución se hacen depender todas las demás cuestiones, y no sólo todas las demás cuestiones, es decir, no sólo todo aquel hacer humano (ciencia) arte, técnica, economía etc.) que se llama cultura, sino también la misma vida individual y, sobre todo, la convivencia social, dé cuya prosperidad o ruina depende, como todos hemos experimentado la. suerte y el destino de nuestras más privadas y recónditas formas de existencia personal. . .

El derecho natural encierra la pregunta por la causa última que fundamente y determine el derecho; la pregunta por la esencia misma del derecho la pregunta por un derecho válido en sí, con independencia del que artificialmente hacen valer los hombres; la pregunta por un derecho .dado por la Naturaleza y, en consecuencia, prepositivo y más valioso que el positivo, y al que éste tiene que atemperarse como a un paradigma y a un modelo.

La preocupación por él Derecho natural, y con ella la Filosofía del Derecho, nace como un ensayo de solucionar una gran antinomia del espíritu, aquella antinomia planteada por estos dos datos : el derecho que obliga a los hombres en sociedad como mandato de algunos de ellos, y la conciencia del hombre que se sabe no sujeto a la voluntad de ningún otro hombre, sino igual en dignidad a él. El derecho natural surge del esfuerzo por aplacar esta antinomia,Page 170 del esfuerzo por buscar la razón y el fundamento de la sujeción a ese derecho positivo que vale y obliga en la sociedad como si fuera el mandato de algunos hombres. Y mejor aún, el derecho natural nace del ansia de ordenar y estructurar la convivencia social de un modo justo, de una manera natural, de una forma adecuada a la naturaleza del hombre y a la naturaleza misma de la sociedad.

La pregunta por el derecho natural fue por primera vez planteada fecundamente en Grecia. De la historia del derecho natural hay que eliminar á los pueblos orientales, tal vez con excepción del hebreo. La, razón de ello la dio ya aquel gran reaccionario y meta físico...

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